Un equipo de personas decide unirse para crear un circuito de conciertos en el que promocionar a los artistas emergentes. Con esta breve frase podríamos describir lo que viene siendo Girando Por Salas, aunque, evidentemente, es mucho más que eso.
La primera edición de GPS nace en el año 2010, formando parte del circuito cincuenta artistas. A partir de este momento el número de inscripciones y conciertos crecieron exponencialmente, y siete años después, en esta séptima y reciente edición, veintiséis bandas han contado con el apoyo de GPS y los diferentes colaboradores.
El 29 de junio de 2016 se dieron a conocer el nombre de esas veintiséis bandas seleccionadas que pasarían a formar parte de este circuito, y el pasado 20 de abril tuvo lugar la clausura de esta gira con una celebración por todo lo alto en la sala Clamores con las actuaciones de Siloé y Shirley Davis & The Silverbacks.
El acto lo iniciaba la diferente representación colaboradora, como fue el caso del INAEM, para posteriormente dar paso a las bandas. Y así era cómo Fito y los suyos darían inicio a las actuaciones para presentarnos y defender el proyecto musical Siloé. ‘La Verdad’ sonaba, pero Fito no estaba en el escenario, solo su séquito de guitarra, bajo y batería. ¿Dónde te escondías, Fito? Vale, todos los allí presentes nos girábamos al mismo tiempo para descubrir a Fito sentado en una silla, armónica al cuello y guitarra al hombro, interpretando en acústico su Verdad.
De esta manera tan íntima se iniciaba su actuación, terminando dicha canción y yéndose rápidamente sobre el escenario para continuar con ‘Contemos Aullidos’, ‘Invasor’ y ‘Daños Trágicos’, tres canciones que forman la columbra vertebral de su primer álbum. Un disco que meses atrás comentábamos (pincha aquí) cuya crítica saldaba de manera muy positiva, apostando claramente por la puesta musical que nos traía este chaval vallisoletano.
El público está disfrutando, se nota el ambiente entregado y de complicidad que existe con la banda. Seguidamente se quedaba Fito solo en el escenario y nos pediría estricto silencio para su próxima canción, un tema que ya he escuchado en anteriores ocasiones pero que sigo sin saberme el título. Se trata de una nueva canción con una crítica directa a lo que es España. Y con este ritmo más pausado el concierto estaba llegando a su fin. Fito nos hablaría de las ‘Minas de Sal’ de Polonia para presentar la canción que serviría de antesala a su despedida.
La segunda parte de la ceremonia tornaría a un ritmo completamente diferente. Nos íbamos a sumergir en la inmensa voz que nace de la garganta de Shirley Davis. En esta ocasión no estaría sola, le acompañaría la banda The Silverbacks, y de esta unión se llenaría la noche de soul en la propia sala.
The Silverbacks pusieron la base musical: teclado, saxofón, trompeta, batería y bajo; y así comenzaría ‘Black Rose’, haciendo su aparición posteriormente sobre el escenario Shirley. Es el mismo título del primer disco que tienen grabado juntos, cuya fuerza vocal es evidente en la primera escucha. Canciones como ‘My Universe’ y ‘Be Yourself’ lo avalan.
La carrera musical de Shirley comenzó en Londres, continúo en Australia, y TucXone Records se hizo cargo de traer esta prodigiosa voz hasta nuestro país. La química entre ella y The Silverbacks fue directa y fue así como nace este primer álbum. Un conjunto de temas que defienden sobre el escenario, mientras Shirley pide la colaboración del público, animándonos a estar en todo momento metidos en las canciones. Y así sucedió en los siguientes temas hasta la finalización del concierto, una carta de presentación de lo que viene siendo el primer trabajo.
Y así es cómo concluía una noche de música un jueves cualquiera en la capital madrileña. La música en directo está más viva que nunca, y con esta diversidad de estilos GPS se despedía de su séptima edición, nuevamente exitosa, dejándonos con ganas de saber qué nos deparará la octava.