El pasado jueves la sala Button Factory de Dublín fue punto de encuentro para muchos españoles que, lejos de su país, buscaban disfrutar de Supersubmarina. Tras una década de recorrido a sus espaldas, y a pesar de la pérdida de seguidores por el camino, consiguieron ver la sala dublinesa casi llena. La atmósfera que allí se iba creando era un lujo, con gente que entraba y agradecía el sentirse como en casa gracias al hilo musical con Fito, Marea, Amaral o Lori Meyers que ambientaba el local.
Pasadas las ocho y media de la noche saltaban los protagonistas al escenario aunque con una ausencia: ¿dónde se había metido Javi (teclista)?. A pesar de ello, comenzaba el concierto con un tema de su último disco, ‘Algo Que Sirva Como Luz’, con la que pudieron sentir desde el minuto uno las ganas que allí habían de disfrutarlos. Continuaron con ‘Ana’ y ‘Hasta Que Sangren’ (*anécdota: en su paso por Berlín, éste fue el tema que dedicaron a Merkel). La noche prometía ser extensa y muestra de ello era repaso por temas de su anterior álbum: ‘Tecnicolor’, ‘Canción De Guerra’ y ‘Hogueras’, canciones que marcaban el ritmo de caderas de los más bailarines.
Continuaron con ‘XXI’ y tras reponer energía con una Carling en la mano, Chino daba paso a una de las canciones que definió como perteneciente a la infancia del grupo. En este momento, muchos fueron los que reclamaron ‘LN Granada’, pero el cantante dijo que no la tocarían esa noche, a lo que muchos debieron pensar “¿en serio que vienen a Dublín y no la vana tocar?”. El líder de la banda respondió desafiante y entre risas “¿y si nos saltamos el setlist qué?”. No sabemos si fue así pero ‘LN Granada’ terminó llegando a todos los rincones de la sala antes de quedar ahogada en la garganta de todos.
Durante el concierto se dejó ver un grupo muy cómodo en el escenario, agradeciendo antes de comenzar ‘Arena Y Sal’, el primer single del último disco, la presencia de todas aquellas personas que dejaban una Button Factory aparentemente llena.
Con ‘El Mañana’ incluyeron a mitad de canción una dedicatoria a aquellos que están a cientos de kilómetros de casa por un Erasmus, AuPair, o por amor, lo que viene a ser igual a lo que pasaba en el 90% de la sala.
Llegaba el momento para hacer declaraciones siendo Chino el primero en afirmar que si fueran un grupo cualquiera hubieran salido del escenario “dejándoos con las bragas bien mojadas y con las orejas muy calientes”. Dublín es una ciudad fría pero Chino quería que las féminas allí presentes entráramos en calor. Seguidamente se auto respondió con un “pa qué he dicho esa puta mierda”.
Los bises llegaron un poco de confusión entre el público ya que fue incapaz de continuar con la canción ‘Kevin McAlister’, lo que arrancó un “¿esto qué coño es?” del cantante que, más tarde, consiguió el unísono de todos para finalizar la canción.
La traca final era el plato fuerte de canciones que se habían reservado para despedirnos: ‘Hermética’, ‘Olar De Calor’ y ‘En Mis Venas’; último bloque del concierto donde el cantante saltó entre el público, pie de micro incluido, poniéndolo a sus pies.
Llegaba el final de una bonita noche, poniendo el broche final con su ya conocido ‘Cientocero’, un clásico que ensalzaba la grandeza de este grupo, consiguiendo hacernos sentir dentro de cualquier sala madrileña, catalana, andaluza… y más cerca de casa.
Sinceramente nos esperábamos un concierto con menos afluencia de público, tocar lejos de casa nunca es fácil y más si el país de destino es de habla distinta. Sin embargo, la música viaja más rápido que cualquier otra cosa, siendo las personas las que debemos intentar disfrutar de ese viaje. Agradecer el trabajo de Rock Sin Subtítulos por hacernos partícipes de la gira de Supersubmarina que se extendía más allá de la península, haciéndonos menos mala la distancia con los nuestros.