Despedimos el mes de febrero regresando a la sala Heliogàbal y fue un placer y una suerte reencontrarnos con nuestro amigo Víctor del Diablo, que nos trató estupendamente bien. La Helio es uno de esos reductos que dobla su apuesta por la música emergente, manteniendo un equilibrio aseado con bandas más consolidadas en su agenda. Larga vida a este tipo de espacios. Allí tocaban esa noche La hermana de Miguel y McEnroe, que actuaría por partida doble en la mítica sala del barrio de Gràcia a lo largo del fin de semana.
Victoria, actuaba en casa y estuvo más que bien rodeada encima del escenario, para presentar su segundo EP «Si Nunca» (Malapata Records). Su sonido, viene aderezado de una voz cruda, pero con tintes cálidos, que susurra nostalgia y emana melancolía generacional. Su hermano menor, Juan, se dejó ver para acompañarla en un par de pases. Quien no haya tenido ocasión de poder verla en directo, tendrá una nueva oportunidad el próximo 28 de marzo acompañada de nuevo de Juan y de Miguel, con su alter ego fraternal denominado Tres Tristes Trías. No sabemos lo que daban de desayunar en esa familia para que, con el paso de los años haya florecido tanta creatividad, ingenio y talento, pero es una pena no haber podido compartir mesa y mantel para ver si se nos pegaba algo.

Luego llegó el turno de Lezón, que volvía a Barcelona casi un año después y lo hacía acompañado de su primo Pit a la guitarra. A pesar de su prosa introspectiva y en ocasiones afligida, en el cara a cara Ricardo es más jocoso de lo que uno pudiera esperar. Para continuar con la estela de la previa, se presentó ante la sala, que para entonces ya contaba con su aforo completo, como el primo de Pit.
A McEnroe no lo vamos a descubrir a estas alturas, tampoco, lo pretendemos. No hay nada nuevo que podamos decir de su desempeño, de su forma de tocar, de su directo… En este caso, se presentó en un entorno que le es familiar, y en esa comodidad y calidez, el concierto avanzaba con naturalidad, con varios de los temas de su dilatada trayectoria que iban cayendo como fruta madura, incluyendo ‘La Cara Noroeste‘, o como el mismo la definió, “la vez que más cerca estuvo de producir un hit”. A su izquierda, Pit a las cuerdas mejoraba la atmósfera. En el fondo resulta abrumador intentar hablar y contar algo que tenga cierto sentido de la gente a la que se admira, porque siempre está esa sensación de inseguridad y miedo a priorizar el sesgo del mito al resto, y además ya se ha hablado largo y tendido de la voz tan personal de Ricardo y de canciones que trascienden la membrana epidérmica. Solamente diremos que, a día de hoy, posiblemente sea la banda más adecuada para disfrutar de la música en directo con una cerveza en la mano, y esto creo que es mucho decir. Una muestra gráfica que puede ayudar a explicar lo que acabamos de decir, es el respeto absoluto que le muestra la gente a lo largo de todo el concierto y que es sumamente difícil encontrar en otras actuaciones.


En Mayo, tendremos la ocasión de volver a disfrutar de su presencia, con su inseparable compañero de fatigas Ramón Rodríguez. Ocho años después de «Lluvia y Truenos«, en 2024 se volvieron a reunir para dar forma a «Nuevos Bosques«. Hagan lo estrictamente necesario por estar allí o se arrepentirán.