por El pasado sábado 28 la calle Goya gozó de un tránsito más congestionado de lo habitual y las ansias de concierto flotaban en el ambiente. Horas antes de que Amaral saliera a escena, el cartel de sold out ya coronaba las taquillas del WiZink Center. Al entrar, tuvimos el tiempo justo para pillar algo de comer y beber antes de que empezara, donde bien podías optar por la típica pizza de Papa’s John o tirar de nachos y palomitas. Todo valía (su precio en oro).
El punto final a la gira Nocturnal se anunciaba como especial ya que además de cerrar gira, Amaral grababa en directo su próximo CD y DVD. Algo pasadas las 21:30 un abarrotado Palacio de los Deportes ansiando vibrar, dieron la bienvenida a Eva, Juan y los suyos. Una puesta en escena de altura para despedir una etapa que les ha llevado definitivamente a romper con los prejuicios del indie que les señalaban desde que arriesgaron con ‘Hacia lo salvaje’.
El concierto arrancó con ‘Unas veces se gana y otras se pierde’, perteneciente a su último LP y continuó con clasicazos como ‘Revolución’, ‘Kamikaze’ o ‘Salir corriendo’ con un sonido que emocionó a la multitud, aunque la que escribe siga pensando que la mayoría de artistas logran transmitir mejor en pequeñas salas. Las canciones se fueron sucediendo alternando las que están incluidas en Nocturnal y las más repetidas en las principales emisoras durante dos horas y media en la que se mostraron incansables.
Los visuales merecen mención aparte ya que, además de ser el eje que vertebró todo el concierto de los zaragozanos, sumó atractivo a la puesta en escena. Con una luna llena presidiendo el escenario, los motivos celestiales fueron los que marcaron la tónica general del concierto.
Un directo de dos horas y media cargado de diversión y nostalgia, que quedará para el recuerdo de unos pocos afortunados que pudieron disfrutarlo en directo y otros muchos que podrán revivirlo a través del próximo lanzamiento de Amaral.
