Siete. Siete son los pecados capitales. Siete son los enanitos de Blancanieves o los niños que debe cuidar Ana Obregón en aquella serie de principios de siglo. Siete son los miembros de Colectivo da Silva, quienes al igual que los enanitos (dejemos a Ana que ya tiene suficiente lio con su «maternidad») tienen sus propias inquietudes y viven su propias andanzas.
Carlos Jiménez Caraballo es un séptimo de Colectivo pero el 100% de Caraballo. Un proyecto en el que el artista granadino abandona los bailes para sumergirse en un mundo ansioso, diverso y complejo. Una mirada musical al corazón de toda una generación que ahora ves la luz recopilada en un disco homónimo del que hoy hablamos Carlos J. Caraballo.
Pregunta – Carlos, la primera pregunta no puede ser otra. Colectivo da Silva es etiquetada como una “de las bandas del momento” y en vuestros conciertos es habitual que colguéis el cartel de “todo vendido” ¿qué te ha llevado entonces a arrancar este proyecto en solitario?
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Respuesta – Son unas cuantas las razones de porqué hice este proyecto, pero la principal es la inquietud creativa que tengo. Colectivo Da Silva tiene un discurso muy marcado en la ironía y la fiesta y me apetecía hacer canciones distintas. Canciones que hablaran de tú a tú.
P. – Caraballo tiene un discurso intimista, y quizás más oscuro, en cambio Colectivo da Silva es fiesta ¿Cómo logras el equilibrio entra ambas caras de la moneda?
R. – Puede parecer difícil, como compositor en ambos proyectos, dividir la cabeza y ponerse en la piel de ambos proyectos. Sin embargo, para mí todo ha surgido de una manera muy natural.
Por poner un ejemplo, a la vez que componía el Casa Vargas de Colectivo también hice algunas de las canciones de este disco como CARABALLO. Según el mood que tuviera cada día hacía una canción para un proyecto u otro.
P. – Como decimos Caraballo es primera persona, que ahora ve la luz con un debut homónimo de 10 canciones ¿Se podría considerar este debut como diario sonoro de Carlos Jiménez?
R. – Así es. Para mi este disco refleja una etapa de mi vida en concreto, el que quiera saber qué ocurrió que escuche las canciones.
P. – ¿No supone demasiado vértigo abrirse en canal ante cientos de desconocidos?
R. – Bueno, estoy acostumbrado a hacerlo en las letras de Colectivo. Si es verdad que en ese caso utilizo una voz que nos representa a los 7 y es más generacional, pero no deja de ser la voz de mi generación.
P. – En Caraballo navegas entre diferentes estilos, desde el funk de ‘No Me Importa’ hasta sonidos mucho más folk de ‘Vacío’ ¿tiene algún límite Caraballo?
R. – Yo escucho desde bossa nova hasta heavy metal, las canciones que compongo de una manera u otra acaban bebiendo de estas influencias que tengo. No descarto en un futuro seguir ampliando géneros.
P. – Como comentábamos antes Colectivo da Silva es una de las bandas más solicitadas del momento, ahora además comienzan las presentaciones de “Caraballo” ¿De dónde sacas el tiempo?
R. – Por ahora compagino bien ambos proyectos, confío poder seguir haciéndolo en un futuro. Todo es cuestión de organizarse.
P. – Tu carrera, y de la Colectivo da Silva, ha crecido en paralelo a vuestra formación académica ¿Cómo es posible gestionar esa “doble vida”?
R. – Mientras estudiaba la carrera la música era parte de mi vida, pero más como un hobby. Fue más adelante cuando decidí dedicarme a ella profesionalmente.
P. – En tus proyectos siempre le has dado importancia a la puesta en escena reforzando los temas ¿Caraballo seguirá la línea marcada o al tratarse en un proyecto tan intimista el desnudo será total?
R. – La puesta en escena para mi siempre será algo muy importante, la música entra por los ojos casi antes que por los oídos.
P. – Puestos a soñar ¿A te gustaría que te llevase Caraballo?
R. – A Argentina! Me encantaría viajar allá.