Hay días en los que salir de casa se convierte en un acto de coraje. Viento, lluvia, diversos eventos en la ciudad… todo jugaba en contra de Xoel López la pasada semana cuando se acercó al Auditorio Mar de Vigo para presentar su último trabajo «Sueños y Pan«, un trabajo que veía la luz el pasado año y que el coruñés se ha encargado de presentar a lo largo y ancho del todo el Estado. Posiblemente estos dos factores, el clima y las visitas de Xoel, hicieron que el Mar de Vigo presentase una entrada un tanto pobre y es que las zonas posteriores apenas presentaban público.
A la hora señalada las luces se atenuaban y poco a poco la banda que acompaña habitualmente a Xoel tomaba posiciones en el escenario y comenzaban a sonar los primeros acordes de ‘Jaguar‘. Así comenzaban dos horas de música y sonrisas, porque sí, lejos de convertirse en una carga, las butacas vacías sirvieron al herculino como motivación. Él mismo avisaba tras el primer tema: preparados, hoy el concierto será largo. Y sí, lo fue, pero en ningún caso fue pesado.
Es un placer ver a un artista como Xoel López intentar bailar el swish mientras espera a su compañero Budiño sobre el escenario. Ver como se sienta en la cornisa de escenario para apurar las últimas líneas de ‘Tierra‘. O como es capaz de conversar con el público. Porque sí, Xoel es buen músico, eso nadie lo duda pero además Xoel consigue caerte bien, atraparte con su discurso y sus temas en incluso que te den ganas de adoptarlo y llevártelo a casa. Y quieres, porque sabes que es buen tío en ese momento en el que una fan le aborda mientras se retira del escenario para que firme su libro en mitad del concierto y a la vuelta, antes de los bises, Xoel hinca rodilla al suelo no para simplemente firmar el libro sino para dedicárselo ¿O imagináis a esa perturbada mujer abordando a Morrissey o a Liam Gallagher? Seguro que aún se encontraba buscando dientes a lo largo de la Avenida de Beiramar. Pero no, Xoel sonríe y convierte un momento bizarro en algo de lo más natural.
Comprendo a aquellos a los que Xoel López no les dice nada, incluso reconozco que a veces, cuando me lo encuentro en un cartel pienso «otra vez» y suspiro; pero una vez ante él debo reconocer que tiene algo magnético que muy pocos artistas tienen. Ahora es posible que alguno de vosotros pueda pensar «claro, lo dice porque ha asistido a un concierto íntimo» pero no es el caso. He visto a Xoel López en muchas situaciones: en formato trío, en festivales en los que fallaba el sonido y Xoel (y su banda) eran capaces de levantar en concierto, subido a una cocina con tan solo una guitarra o en ocasiones en la que la escasa entrada hundiría al más seguro pero Xoel siempre ha conseguido salir, no indemne, sino victorioso. Y eso es muy pero que muy respetable.
Dos horas más tarde abandonábamos el Mar de Vigo con una sonrisa dibujada en nuestra cara, esperando nuevos temas, tarareando los antiguos y comentando el buen hacer de un músico que siempre es una apuesta segura sobre un escenario.