Los chicos de Vetusta Morla se encuentran inmersos en la promoción de su último disco, «Mismo Sitio, Distinto Lugar». Su último trabajo de estudio es una clara reinvención de su propio sonido, eso sí, siempre dentro de su estilo, ése que los ha convertido en un referente de la música en castellano. En Hipsterian Circus hemos querido saber más de todo lo que rodea a esta nueva obra y para ello hemos charlado con Álvaro B. Baglietto, bajista de la banda. Con él hemos hablado de canciones, viajes y procesos de creación.
Podríamos decir que todos los discos tienen un significado, ¿cuál es el de «Mismo Sitio, Distinto Lugar»?
Nosotros solemos explicar mucho los significados. Este disco tiene el suyo, es como la conclusión. Hemos puesto el título después de un proceso porque las canciones hablan de todo eso. «Mismo Sitio, Distinto Lugar» es como el resumen del significado del disco. Es un proceso de cambio. Cuando nos pusimos a hacer el disco dijimos: «Bueno, ¿quiénes somos? ¿Qué queremos hacer ahora? ¿Qué nos ilusiona? ¿Por dónde queremos ir?». Y en el fondo lo que queríamos era seguir manteniendo la ilusión, porque nos hemos dado cuenta de que, si nos mantenemos siempre cada uno en su rol, haciendo lo mismo, se va desgastando poco a poco la ilusión. Entonces nos dimos cuenta de que teníamos que seguir cambiando y haciendo cosas diferentes. Por eso los procesos han sido muy diferentes en este disco. Hemos ocupado roles muy diferentes. Y esto ha hecho que Vetusta Morla, como grupo, se sitúe en un distinto lugar después de un proceso. Ha sido como un proceso de formateo, nos sentimos renacidos, como ponerse una piel nueva buscando la ilusión y buscando hacer bien nuestro trabajo.
¿Ha sido difícil salir de la zona de confort?
(Risas, muchas risas) ¿Cuál es esa zona de confort a la que te refieres?
Pues es como lo que decías antes, en este disco habéis jugado con sonidos diferentes, hemos conocido otra cara de Vetusta Morla.
Nosotros seguiríamos en la zona de confort si hubiésemos seguido por donde estábamos, pero realmente con «La Deriva» ya hicimos un cambio con respecto a «Mapas». Y con «Mapas» hicimos un cambio respecto a «Un Día en el Mundo». Realmente siempre hemos estado buscando pieles diferentes, estilos diferentes, incluso maneras diferentes de hacer las cosas. A nosotros nos cuesta mucho seguir esa línea de confort porque no nos parece honesto porque todos cambiamos, todo cambia. Y nos gusta mucho esa mirada y después de unos años de hacer música nos hemos dado cuenta de que el cambio forma parte de nuestra esencia. El concepto de «Mismo Sitio, Distinto Lugar» nos gustaba mucho porque se puede aplicar a todo, incluso a las canciones. Una misma canción, que viaja por el mundo y la encuentra una persona en Canadá, otra en Ciudad de México o en París. Y todas sienten cosas diferentes con esa misma letra y con esa misma melodía. Como el patio de un colegio: lo ves de una manera cuando vas de niño y de otra diferente cuando vas como padre de un niño. Todo este concepto nos parecía muy interesante porque nos ha pasado a nosotros en nuestra propia piel y lo aceptamos como parte del juego. Somos así. La vida es así, está siempre en constante cambio. Así que no ha sido difícil salir de nuestra zona de confort porque realmente no existe una.
El lugar del que habla el título del disco, ¿es de salida o de llegada?
Es de llegada. El «mismo sitio» es la salida y el «distinto lugar» es la llegada. Es el fin de un proceso de actualización.
En más de una ocasión habéis afirmado que vosotros no os casáis con ninguna tendencia política, sin embargo, en canciones como ‘El Discurso del Rey’ vemos un mensaje muy social, ¿consideráis que la música es un arma para concienciar a las mentes?
No, no, no. Eso suena a adoctrinar. No, para nada. A lo largo de la historia de la música ha habido de todo y ha habido música que se ha utilizado para eso. Vamos, estaba antes la política que la música. Nosotros ponemos por delante la música que cualquier otra cosa y la música no tiene más sentido que compartir una emoción. Para nosotros se trata de eso, de compartir las emociones que te rodean. En algunos momentos son sociales que pueden parecer políticas porque todo lo social es política y la política está en todas partes, pero al fin y al cabo son emociones que están a nuestro alrededor. Es algo que se nota sobre todo en este disco, están dentro de nosotros, en nuestra tripa, como en nuestra base. Este disco habla mucho más que nunca de nosotros.
En el proceso de creación de este disco habéis pasado por muchos sitios, entre ellos, los Hansa Studios de Berlín, ¿cómo ha sido esa experiencia?
Ha sido un proceso precioso en el que, como te comentaba antes, ha cambiado nuestro propio método. Hemos trabajado y hemos coproducido el disco con Carlos Campi Campón que es una persona maravillosa con la que ya habíamos trabajado en un homenaje a Ray Heredia un año antes y decidimos contar con él para que nos ayudase a tomar decisiones. Él nos ha ayudado a elegir el estudio de Berlín, él ha dirigido el barco allí, porque todo «el mundo Berlín» ha sido como un proceso creativo en sí. No ha sido simplemente ir a grabar, ha formado parte de una experiencia creativa. Después de eso, todo tenía sentido hacerlo así porque hemos ido a Estados Unidos a mezclar con Dave Friddmann que es un genio, un número uno mundial a nivel de lo que se hace hoy en día, la música que está funcionando mejor a día de hoy. Él prácticamente tiene todos los tops en su lista y que hayamos podido trabajar con él ha sido un sueño. Y luego lo ha masterizado Greg Calbi que es legendario ya. Hemos estado muy bien acompañados. Las canciones han viajado mucho y ha sido un proceso, como lo que decía de «Mismo Sitio, Distinto Lugar». Toda la grabación ha sido un proceso en sí. Un continuo cambio muy creativo. Y sobre todo ha sido muy diferente de todo lo que habíamos hecho hasta ahora. Ha sido un viaje.
Sí, el disco se puede resumir así: un viaje de Vetusta Morla.
Sí, es un buen resumen. Es un tránsito desde el inicio que es el mismo sitio, hasta la llegada que es el distinto lugar.
¿Qué ha sido lo mejor de grabar ese disco? ¿Con qué te quedas?
Me cuesta mucho elegir en este tipo de preguntas porque me han venido a la cabeza un montón de momentos y no me sale bien quedarme solo con uno. Uno de ellos, por ejemplo, es el primer día que nos pusimos a ensayar para hacer este disco. Ese día, Guille trajo la base de lo que sería después ‘Consejo de Sabios’ y recuerdo con cariño la sensación de que todos queríamos participar en la canción desde otro ángulo. Es como lo que decía de ocupar otros roles y hacer otro tipo de cosas. Y de repente en la canción eran todo sintes y no había nadie con una guitarra o con un bajo. Me acuerdo de ese momento y de decir: «Uf, a ver dónde nos estamos metiendo que empezamos». Pero ha habido muchos instantes de estos que se me quedan grabados, pero como no los puedo contar todos, digo el primero de todos ellos.
Es que, en general, ha sido todo muy especial, ¿no?
Mucho. Mucho. Mucho. Pero es que en general nuestra vida es muy especial, la mía y la tuya también.
(Risas) Sí, eso quiero pensar. Yo de la mía no me quejo.
(Risas) Pues me alegro de que lo digas.
De hecho, de eso te quería hablar. Lleváis veinte años en el mundo de la música. Si hace veinte años te hubiesen dicho que a día de hoy Vetusta Morla iba a ser uno de los grupos más importantes a nivel nacional, ¿te lo hubieses creído?
Sí, me lo hubiese creído, hubiese dicho: «claro» porque yo hace veinte años era muy «believer». Siempre me han dicho que era un «believer» y no es porque estuviese pensando en esto exactamente, pero en mi realidad de hace veinte años cabía esto perfectamente.
¿Qué consejo le darías a ese yo más joven?
Supongo que el mismo con el que he tratado de vivir siempre: «disfruta del presente que es lo único que tenemos».
Ése es un mensaje que transmitís mucho en vuestras canciones, ¿no?
Sí, desde luego, las canciones son una parte de nosotros. Somos nosotros. Es como que te arrancas un cachito de piel o de brazo y lo transmites en un disco y la gente se lo pone. Es como una prolongación de nuestros cuerpos, de nuestros sentimientos y de nuestras emociones, sin duda.
Hablando de vuestra música, Vetusta Morla tiene una libertad que otros grupos no tienen, ¿eso de debe a que trabajáis con vuestro propio sello?
Yo no sé muy bien compararme con otros, pero sí que tenemos nuestro propio sello, Pequeño Salto Mortal. Y desde el día que decidimos grabar un disco hasta hoy, toda la carrera se ha gestionado desde ahí. Entonces, efectivamente, hacemos lo que nos da la gana. Siempre lo hemos hecho. Cómo queremos y cuándo queremos. Y no sabemos cómo lo hacen los demás, ni cómo sería hacerlo de otra manera. A nosotros nos ha funcionado así y nos gusta hacerlo así y, por supuesto, seguirá siendo así.
¿Cuál crees que es vuestro principal reto con este disco que no hayáis conseguido con los tres anteriores?
Bueno, con este disco ya hemos conseguido un montón de cosas que no habíamos conseguido antes. Pero no se trata de conseguir uno contra otro. Es una evolución, como decíamos antes. Más que conseguir algo que no tuviesen los anteriores discos, son diferentes. Cada uno tiene sus cualidades. Éste, por ejemplo, tiene una producción muy grande. Los otros tenían una producción más pequeña, «Un Día en el Mundo» sobre todo. Las canciones de este disco hablan desde dentro y las de «La Deriva» hablaban desde fuera. Son diferentes capas de nuestra vida porque van pasando los años y las cosas son diferentes. El reto quizás más tangible pueda ser, gracias a nuestro acuerdo de colaboración con Sony, una distribución por toda América, sincronizada con España. Incluso tener aliados y una gira por toda América. Pero no nos plantemos retos, ni nos presionamos de esa manera.
Sí, me refería más al plano de las giras porque con «La Deriva» hicisteis una gira por Europa y comentabais que Europa era un público difícil porque no conocían tanto las canciones.
Sí, el hecho de poder viajar con este disco debajo del brazo es muy bonito y creo que con «Mismo Sitio, Distinto Lugar» vamos a poder viajar más y eso es todo un logro. Es algo muy bonito porque se crea un ambiente muy chulo en las salas de Europa, por ejemplo.
Hablando precisamente de eso, ¿preferís un concierto multitudinario o una sala pequeña?
Prefiero no comparar, si puedo me quedo con los dos. De hecho, en esta gira vamos a hacer todo tipo de recintos. Vamos a hacer pistas grandes como el concierto que daremos en Madrid, vamos a hacer salas pequeñas por Europa y vamos a hacer una gira de teatros por América. También tenemos pensado hacer otro tipo de lugares donde nos gustaría tocar. Así que, ¿por qué elegir y por qué comparar si podemos tenerlo todo? La cercanía, ese sudor del que está en la primera fila en una sala pequeña. En «La Deriva» el último concierto fue así. Fue en Frankfurt y ellos me mojaban con su sudor y yo a ellos.
¡Qué cercano todo!
Es maravilloso, ver los poros de la piel. Estás ahí pegado como si fuese un concierto punk de los años ochenta.
Como si tuvieses al público dentro del bajo
Totalmente y es maravilloso porque están completamente pegados a ti. Pero luego, ver a cien mil corazones latiendo a la vez en un mar de personas es también muy imponente y no se te quita nunca del recuerdo. Así que pongamos que me quedo con todo.
Para terminar, ¿cómo crees que va a ser el 2018 para Vetusta Morla?
¿Que cómo va a ser? ¡Va a ser una maravilla de año! Va a ser un sueño (risas). Yo creo que un gozo constante. Estamos muy agradecidos de tener la oportunidad de compartir todas estas emociones en directo por toda América, España y Europa. Estamos muy emocionados con lo que se avecina en el próximo año.
Las fotos que ilustran la presente entrevista son de Jerónimo Álvarez, podéis echar un vistazo de su obra completa aquí.