En la vida hay, básicamente, dos maneras de hacer las cosas: bien o mal. Y en Hipsterian intentamos hacer las cosas bien. Hacer bien las cosas quiere decir ser honrados y justos con aquellos que pierden su tiempo en leernos. Así hemos tomado con ellos el compromiso de contar cómo vemos las cosas, hacerlo de manera objetiva que pueda transportar al lector al concierto, festival u obra a la que hemos asistido.
Fieles a ese compromiso, y por mucho que nos duela escribirlo, debemos ser claros: el concierto de Neuman, incluido dentro de las Super Bock Under Sessions, fue un autentico despropósito.
No vamos a buscar culpables, no es nuestra función, pero os vamos a contar cómo fue nuestra noche de viernes. Sabedores de cómo funcionan este tipo de eventos decidimos acércanos a Radar Estudios alrededor de las 21.30 horas, que sí, que el cartel ponía 21.00 h. pero entendimos que ese horario era el de apertura de puertas. Así, como ya hemos dicho, accedimos a la sala alrededor de las 21.30 horas con el cartel de «aforo completo» en la puerta y con un gran ambiente en el interior. Saludos, besos, sonrisas, «cuánto tiempo», una cerveza, «¿y cómo dices que te va la vida?», «joder, el otoño ha llegado con ganas», miradas furtivas al reloj, «tío, me he levantado a las 7 de la mañana no he parado y son las 22.00», otra cerveza, más miradas al reloj… así, en bucle, nos plantamos en el 22.30 horas, en ese momento Paco Román aparecía en el escenario ante una sala llena. Mitad enfadada, mitad alcoholizada y totalmente impaciente. Porque sí, todos entendemos un pequeño retraso, esos minutos para esperar a aquellos que sucumben en los atascos y llegan tarde… pero ¿hora y media desde apertura de puertas? ¿una hora desde la teórica hora de inicio del concierto?
En Hipsterian Circus valoramos a los artistas que se suben al escenario a compartir con nosotros su talento, valoramos a las salas que programan de manera habitual y dinamizan nuestras localidades, valoramos a las empresas que apuestan por la cultura y también valoramos nuestro tiempo y el tiempo de quienes, entre los eventos que se organizan en nuestras ciudades, eligen acercarse a una sala para asistir a un concierto. Entonces, como comprenderéis un retraso de una hora y media no nos parece razonable.
Menos razonable aun nos parece que tras ocho temas se le comunique a la banda que deben terminar. Sí, tal y como leéis, cuando Neuman llevaban ocho temas (de los quince que constaba el set-list) alguien comunica a la banda que tienen que ir poniendo fin al concierto. Suponemos que este final anticipado, como reconoció el propio Paco Román, se debe a intentar cumplir el horario del resto de la programación de esta Super Bock Under Sessions. Así que, tras alrededor de una hora de concierto, Neuman encaraban ‘Battle Starship‘ tema que pondría fin a este breve concierto.
La noche comenzaba con muchas posibilidades: Neuman llegaba a Vigo para presentar su último trabajo, «Crashpad«, uno de los discos más esperados de este tramo final del año. Y lo hacía ante una sala que días antes colgaba el «todo vendido».
Neuman tiene una costumbre: sus conciertos comienzan con el primer corte de su último disco. Así, fieles a esa tradición, la noche arrancaba con ‘Stones‘ y tras ella quizás el tema que mejor representa a la banda en este momento de su carrera: ‘Dizzy‘. Sin duda «Crashpad» es un álbum cargado de temas que se postulan para ser esas canciones imprescindibles en la carrera de un grupo y sin duda ‘Dizzy‘ es una de ellas.
Pero no solo «Crashpad» suena en los conciertos de los (ahora) granadinos. Hubo tiempo para regresar al pasado y ese regreso comenzaba al ritmo de ‘Tell You‘ que abría una puerta a los viejos temas de Neuman. Así nos dirigimos, sin saberlo, al momento más emocionante de la noche, un momento que nos esperaba tras ‘Bye Fear, Hi Love‘ en forma de la demoledora ‘Too Pretty‘. Puedo decir que he visto a Neuman más de media de docena de veces, pero nunca me había tropezado con una versión tan desgarradora de este increíble tema.
Y cuando sonaba ‘Sil Fono‘ llegaba el jarro de agua fría. Dos temas más y fin. Así la noche se convertía en un coitus interruptus donde las caras de enfado se mezclaban con los comentarios sobre el gran concierto que la banda estaba llevando a cabo… triste y taciturno final para una noche que pudo haber sido y no fue.
Para terminar esta crónica me gustaría compartir con vosotros una reflexión que hacía el amigo Paul Chícharo al día siguiente: «¿Os imagináis ir al cine o al teatro, esperar una hora y media en la butaca a que empiece y después que no acaben la obra?«, poco más que añadir.