El pasado sábado, 25 de noviembre, se celebró la fiesta hortera nacional, el festival Horteralia congregó en Cáceres a «hortefans» de toda España que peregrinan a la meca de la horteridad cada año para divertirse como sólo allí es posible.
Sobre las tres, el Pabellón Teodoro Casado estaba ya hasta la mitad de hortefans que esperaban, cocido en mano (por el módico precio de 2€), la aparición de la pregonera. Karina hizo gala de un enorme sentido del humor, estuvo divertida durante la lectura del pregón y toda su actuación en la que repasó éxitos propios y ajeno. Además, nos dejó muy claro que: «¡Horteralia es muy chuli!»
La primera parte del festival fue muy top. Carnical Brothers DJ’s y Las Despechadas DJ’s calentaron el ambiente hasta la llegada de las dos bandas que, para mí, fueron lo mejor del festival. Ladilla Rusa que abrieron y cerraron con su hit ‘Macaulay Culkin’ para delirio de los hortefans que la coreaban. La propuesta cuqui fueron Papá Topo que, ataviados a lo Power Rangers, nos enumeraron todos los sabores de helado posibles.
Después del concurso y reparto de los premios: Mercadillo Franco, Hombreras de Plata y Riñonera de Oro, subió al escenario el artista invitado. La sorpresa, al estilo Sonorama en versión hortera, fue Leonardo Dantés y como no podía ser de otra forma traía preparado un himno para la ocasión al más puro estilo Dantés: “Hortealia es guay, Horteralia es guay, otro festival con más marcha no lo hay.”
Privan de Camp puso la nota petarda al final de la tarde. Hicieron las delicias del público gay con sus taconazos y sus drags sobre el escenario, alternando temazos y playbacks de Rocío Jurado.
Con la lectura del Manifiesto Hortera vinieron las reivindicaciones de los organizadores, que llevan años pidiendo un recinto más grande. ¡Pabellón digno YA! La reivindicación está más que justificada, el Teodoro Casado se queda pequeño. Cuando se alcanza el tope de aforo se vuelve incómodo moverse y acceder a barras y baños.
La segunda parte del festival no tuvo la misma intensidad festiva, con la caída del sol y el recinto hasta los topes, la cosa empezó a decaer un poco. Un Pingüino En Mi Ascensor se convirtieron en el momento bajona de la noche. No sé si por el horario o por el setlist pero el concierto se hizo pesado. A esta bajona se enfrentaron muy dignamente los siguientes grupos, Viceversa y Ku Minerva, que consiguieron levantar a los hortefans en los momentos hits.
Aunque debemos reconocer que en Horteralia, algunas veces, lo que hay sobre el escenario no es lo más importante, el espectáculo puede estar en cualquier rincón, en los modelitos y las coreos que se curran los hortefans o en la cola del baño, donde un grupo vestido como el casting de OT1 improvisa un “Europe Living a Celebration”.
Con Olé Olé en el escenario abandonamos el Pabellón Teodoro Casado “El Vivero” con la esperanza de que las peticiones de la organización sean escuchadas y atendidas porque Horteralia ya es grande pero entre todos podríamos hacerlo enorme.