The Gift cumple 21 años sobre los escenarios y para celebrarlo han lanzado al mercado su disco más ambicioso hasta el momento «Altar«. Un trabajo, el sexto de la banda lusa, que veía la luz este mes de mayo y que ha sido producido por Brian Eno. Una colaboración que se gestaba en la última visita de la banda a Vigo, cuando el propio Eno vino desde Reino Unido para asistir al concierto de la banda ofreció en el Auditorio Mar de Vigo y del que en su momento os dimos buena cuenta.
Y aquí es donde termina la parte objetiva de la crónica y comienza la subjetiva.
Fiestas de San Froilan, Lugo, 2006, termina el concierto de Iván Ferreiro y decidimos que es el momento de volver a casa pero sucede algo: una voz femenina invade el ambiente. Es la de Sónia Tavares, ellos son The Gift y esta es la primera vez que visitan España. En ese momento surgió el flechazo. Desde ese momento mi presencia en los conciertos de los lusos ha sido habitual. Como seguidor de la banda creo que «Altar» es un gran disco, no llega a ser redondo pero sí un gran trabajo que demuestra el crecimiento y evolución de la banda desde aquel «Vinyl«.
Pero centrémonos en el concierto que The Gift ofrecieron el pasado jueves en el Teatro AFundación. Tras un pequeño desajuste horario entre la apertura de puertas y el comienzo del concierto a las 20.50, Sónia, bañada de luz roja, irrumpía en el escenario haciéndonos vibrar con ‘I Loved it All‘, canción con la que se abre el ya mencionado «Altar«. Y sin movernos del mismo encaramos ‘Vitral‘, ‘Hymn to Her‘, la espectacular ‘Yoy Will be Queen‘ y la bailable ‘Big Fish‘ tema que levantaba a todo el teatro por primera vez en la noche.
Pero como la misma Sónia nos contaba, también habría tiempo para viejos tema ¡y tanto que lo hubo! Comenzando por ‘Music‘, una canción que forma parte de la historia personal de quien escribe estas líneas, siguiendo por ‘Driving my Slow‘, ‘RGB‘ y ‘OK! Do You Want Something Simple?‘, sin duda una gran selección de temas que ya podríamos considerar clásicos dentro de la discografía de la banda. Y dicho esto, ¿chicos, qué costaba tocar ‘11:33‘ y hacer un concierto perfecto?
‘Love without Violins‘, elegido como tema adelanto del disco, nos devolvió al presente. Un presente, un «Altar«, un disco que no abandonaríamos hasta que la banda dejó el escenario entre vítores y aplausos.
Y entre aplausos los lusos regresaban al escenario para hacernos disfrutar con ‘Singles‘ y agradecer nuestra presencia. A nosotros tan solo nos quedó bailar y agradecer la suya y el esfuerzo de Sònia que el pasado jueves se encontraba malita. Tras doce minutos que terminaban al ritmo de ‘Love without Violins‘ la banda abandonaba de nuevo el escenario del teatro para minutos después sorprendernos para volver a interpretar ‘Big Fish’, al parecer la primera vez no habíamos bailado lo suficiente… pues obrigado por nos fazer dançar. Obrigado por «Altar».
Debo decir que tras ver y escuchar la puesta en escena de este «Altar» mi opinión sobre el disco ha mejorado sustancialmente, en algún punto todo se acelera, todo se convierte en un fiesta y la banda nos arrastra a la pista de baile sin perder un ápice de elegancia.
Aunque sería mejor decirlo con algo más de perspectiva, posiblemente The Gift se encuentre en su mejor momento de su carrera.