El pasado viernes 20 de enero Trump fue investido presidente de los Estados Unidos; nosotros no pudimos impedirlo, pero sí pudimos hacer de esa noche una reivindicación donde las protagonistas fueran la música, las ganas de bailar y de exhalar energía por todos los poros de nuestra piel a base de ritmos frenéticos, guitarras y alguna que otra cerveza.
Así que nos personamos en la Velvet Club de Málaga al #FuckTrumpFest, nombre que recibió el evento y que reunía a dos grupos: Kill Kill! y Two of Us, siendo ambos combinaciones ganadoras de bajo y batería. A las once menos cuarto tomaba Two of Us el escenario mientras por pantallas aparecían imágenes de Trump y una piñata con una versión diabólica del mismo colgaba en el centro de la sala. Realmente me sorprendió que ésta aguantara sin caerse con la caña que metió este dúo de Málaga.
No sabía a qué me iba a enfrentar, pero con ese inicio arrollador y el bajo esgrimiendo melodías cargadas de intensidad ya me tenían en el bolsillo. A día de hoy no tienen ningún EP publicado, pero eso no quita que tengan balas en la recámara y se encarguen de ir disparando al público temas protagonizados por un vocal rasgado que juega con el español y el inglés. Nos sonaron temas como ‘Charlie Sheen’ y ‘Kharma’, y aunque el resto de cortes no nos resultaban conocidos, esas estructuras breves pero intensas no permitieron al público descansar ni un instante.
Tras una pausa entre actos donde pincharon a Animal Collective, Tame Impala y Jack White para mantener el ánimo caldeado entre el público, aparecieron sobre el escenario el plato fuerte de la noche: Kill Kill!. De nuevo, una simbiosis de bajo y batería, pero esta vez introduciendo algún toque electrónico, desde un clap a un sintetizador analógico pasando por un theremín manejado por Andrés, el bajista, que añadía unos efectos experimentales la mar de interesantes. Por su parte, Flo se vino muy arriba con la batería a base de ritmos frenéticos que te invadían y de los que no podías huir.
Una introducción oscura acabó por cristalizar en ‘A pesar de todo me la jugaste’, uno de los grandes momentos de la noche con ese “lo nuestro ha muerto, es pura ficción” que sólo podías gritar. Se sucedieron ‘De Londres’ (“Una canción que habla del Brexit”), ‘Cada día era una algarabía’ (“Habla de follar todo el puto domingo viendo Netflix”) y una pausa para celebrar el cumpleaños del bajista. El público en conjunto entonó un cumpleaños feliz mientras le traían una magdalena con velas, y tras este momento de diversión continuaron por desgranar su último álbum: “Reacciones a Distancia”.
Llegó la interpretación de uno de sus mejores y más coreables temas: ‘Pasamos un verano cabreados’, donde la piñata con cara de Trump se destrozó para dar paso a palomitas de colores que invadieron a todos los asistentes añadiendo un mayor toque festivo al concierto. Finalmente, llegó un cierre en el que los bucles, las capas de sonido y todas las armas del grupo se alzaron para crear un cierre instrumental apoteósico lleno de energía que dejó con ganas de más y consiguieron que olvidásemos, al menos un rato, del mundo que había allí fuera esa noche.
Fotografía: Carmina Rodríguez