abril 19, 2024

Rufus T. Firefly en la cresta de la ola

Los nueve años de carrera de esta banda, han dado título a su segundo álbum de estudio que se publicó en noviembre del 2014. A lo largo de este año, Rufus T. Firefly no ha parado de hacer bolos en conciertos y festivales y sobre todo, de estar en boca de todos. Nueve ha sido el despegue que necesitaba esta banda que no para de dar pasos sin descanso y trabaja bien duro para consagrarse dentro de la música nacional.

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El sábado pasado estuvimos en la sala Ego Live! de Alcalá de Henares presenciando uno de los directos de este grupo. Tengo que hacer especial mención a esta sala que está apostando muy fuerte por la música indie rock y los grupos que están arrasando dentro de este género ya que no es fácil encontrar en esta ciudad salas que lo ofrezcan._MG_6944

Los chicos de Rufus siendo cinco miembros, casi necesitan de un poco más de escenario para desplegar toda su esencia psicosideral. Los primeros temas que escuchamos fueron fruto de su sencillo «Grunge» y su disco «Ø» entre los que se encontraban ‘Incendiosuicida’, ‘Ours is the fury’, ‘El séptimo continente’, ‘El día de la bici’, ‘Un mundo sin abejas’, ‘Subir a por alas’ y ‘Escribe aquí el nombre de la persona que más quieres’ (un título cuanto menos curioso).

La ayuda de Martí Perarnau (vocalista del grupo Mucho), al que Rufus ha pedido ayuda para los temas de su último disco, está notablemente presente en el sonido psicodélico-cósmico de «Nueve».

_MG_7013Boquiabiertos y pasmados estábamos observando al grupo y envolviéndonos de ese sonido que desprenden de sus guitarras, bajo, batería, teclados y los más importantes que son los que les dan el toque característico a su música, los sintetizadores. El trance en el que entra Víctor Cabezuelo cada vez que sale a tocar es realmente inaudito, sin duda, un despliegue de sensaciones que, puede que sin quererlo, las transmita también a su público.

‘El problemático Winston Smith’, el single más conocido de su último disco y el que más tiempo dura (seis minutos de buenos matices limpios de guitarra), sirvió como despedida del concierto. No sin antes, haber hecho un parón a mitad del bolo para que Rufus instaurara el «momento chupito de la noche en la sala Ego». Un break que recomendaron que todo grupo debe hacer cuando toque allí.

Entre chupitos, buen rollo y una inmersión en un bucle psicodélico en estado puro disfrutamos de una gran noche y de una banda enorme que ha venido a traer la música de otra parte, desde Aranjuez.

«Ahora que tienes en tu poder todas las respuestas, ya puedes soltarte del miedo…«

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