En una noche que podría describirse como un encuentro íntimo entre la realidad y la fantasía, Carlos Sadness trajo su «Realismo Mágico» a Vigo, transformando el Hall del Teatro Afundación en un refugio de melodías y emociones. En el contexto de Momentos Alhambra Acustiquísimos, el artista barcelonés, conocido por su estilo inconfundible y su ukelele, ofreció un concierto que no solo celebró su nuevo álbum, sino que también consolidó su estatus como un pilar del indie pop español.
Sadness, quien a menudo se describe a sí mismo con apelativos tan coloridos como «artista galactropical», se ha forjado una carrera que atraviesa fronteras, resonando tanto en España como en Latinoamérica. Sus letras, una mezcla de poesía y surrealismo, son un viaje a través de paisajes sonoros que evocan la ternura, la bondad y la empatía, temas centrales en su último trabajo. «Realismo Mágico» no es solo un álbum; es una experiencia que invita a encontrar la magia en lo cotidiano, una propuesta que Sadness ejecuta con maestría.
Desde el primer acorde, el público vigués se vio envuelto en un ambiente cálido y acogedor, donde la iluminación tenue y la estética armónica del hall complementaron la atmósfera del evento. Acompañado por Dani Lamas, Carlos Sadness optó por un formato acústico que permitió a las canciones brillar en su forma más pura. La interacción con el público fue constante, con momentos de humor y cercanía que rompieron la barrera entre el artista y sus seguidores. Bromas sobre las luces de Vigo y anécdotas sobre sus visitas anteriores a la ciudad añadieron un toque personal al espectáculo.
Un momento destacado de la noche fue la interpretación acústica, por primera vez, de ‘Aloha‘, canción que en su versión original comparte con los colombianos Bomba Estereo. La duda inicial sobre cómo funcionaría esta versión se disipó rápidamente cuando el público se unió en un canto colectivo, llenando el hall con una energía que solo se logra cuando cada alma presente está en sintonía con el artista. La acústica del espacio amplificó esta conexión, haciendo de cada nota una caricia para los oídos.
El repertorio, cuidadosamente seleccionado, incluyendo temas como ‘Isla Morenita‘, ‘Amor Papaya‘ y el cierre con ‘Que Electricidad‘, cada una resonando con la personalidad vibrante y optimista que caracteriza a Sadness. Pero la visita de Carlos Sadness no solo se escuchó, también se saboreó ya que el evento contó con una parte gastro a cargo del chef Cristiam Saldarriaga de Niño Corvo, que elevó la velada a una experiencia sensorial completa, maridando a la perfección con la música.
El concierto de Carlos Sadness en Vigo fue un testimonio de su capacidad para evolucionar sin perder su esencia. Su música, un mosaico de influencias que van desde el folk tropical hasta el pop más introspectivo, sigue siendo un faro de creatividad en la escena musical actual. «Realismo Mágico» no solo representa una nueva etapa en su carrera, sino que reafirma su compromiso de crear arte que, en su aparente simplicidad, revela capas de significado y emoción.
Más que un concierto fue una celebración de la conexión humana, un recordatorio de que en medio de la rutina diaria (o los millones de luces LED), siempre hay espacio para la magia. Carlos Sadness no solo cantó, sino que construyó un puente entre su mundo y el nuestro, invitándonos a cruzarlo juntos.