Dos cosas nos han quedado meridianamente claras de nuestra visita el pasado sábado a La Textil Underground de Barcelona: primera, microcemento para nuestro puto pazo en ruinas (cosas nuestras…) y segunda, “haremos todo lo que podamos y un poco más de lo que podamos, si es que eso es posible y todo lo posible e incluso lo imposible, si también lo imposible es posible” para volver a ver a Mi Capitán.

Y es que se han hecho largos los tres años que han pasado desde la última vez que se juntaron encima de un escenario, una eternidad, aunque aún recordamos la primera vez que supimos de este proyecto allá por el 2013. Una banda que engloba una exclusiva selección de la nutrida escena musical de la ciudad condal, una especie de “club del gourmet” del rock independiente. Semejante elenco, está formado por los ríos de Egon Soda, Standstill y Love of Lesbian que desembocan en el delta de sonido de Mi Capitán, donde sus integrantes salen de su zona de confort dando rienda suelta a su lado más salvaje, crápula y macarra, creando composiciones que hablan de la senda turbia de la mayoría de edad, apoyadas en los cimientos de un sonido sucio, contundente, sólido y vigoroso, pero a la vez elegante y exquisito.
La noche comenzaba con el ‘círculo vicioso’ y la energía de Said Muti, que animó el ambiente haciendo de tripas rock&roll y se encargó de dejar perfectamente estirada la alfombra roja para lo que iba a venir después, que “no era cosa menor, dicho de otra manera, era cosa mayor”. Y hasta aquí llegan las referencias marianas para centrarnos en intentar explicar con palabras el cúmulo de sensaciones que el Supergrupo barcelonés nos ha provocado.
Arrancaron apuntando directamente a nuestra sien y advirtiéndonos de que fuéramos con cuidado, para dejar patente desde el minuto cero lo que habían venido a hacer esa noche. A Gonçal Planas se le notaba con ganas, acomodado en su personaje de Frontman bribón y tanto él como Julián, Víctor y Ferrán tensaban y afilaban las cuerdas para dotar de la fuerza necesaria a las canciones de su último LP «Como ladrones sorprendidos«. El espectáculo que estaban regalando al respetable justificaba con creces el primer sold out en su cuenta de resultados, su actitud iba caldeando cada vez más el ambiente, la percusión de Ricky Lavado aportaba el matiz corrupto (en el buen sentido de la palabra) que las letras canallas demandaban, las teclas de Dani estaban opositando para instalarse en las puertas del averno y el hombre que todo lo hace bien, aka Ricky Falkner marcaba el tempo y lubricaba los pistones de esta maquinaria electrointensiva. Con lo cara que está la energía y lo que desprende esta gente… ahí seguían a lo suyo, como si fuera ‘Tan fácil’, repasando también lo más destacado de Drenad el Sena y Un tiro por la salud del Imperio, con la sofisticación por bandera. Hits como ‘Algo inesperado’, ‘El Coleccionista’ o ‘Dos mil apuestas’ coreados por un público de todas las edades, se entrelazaban con títulos destacados de su tercer trabajo como ‘Todo se pudre al atardecer’ o ‘En mi cabeza’ y se despidieron por todo lo alto: ‘Es suave la voz’ y ‘Acaba con él’.

Nos da la sensación de que todo lo que digamos no va a alcanzar para explicar lo que presenciamos, no era la primera vez que estábamos frente a ellos, nunca dejan indiferente, no defraudan, a todos los hemos visto en sus múltiples facetas y proyectos, mismo perro pero distinto collar. Con el traje de Mi Capitán hemos disfrutado de ellos en Portamérica (2015) o en el Sonorama (2018) y con el concierto de La Textil hemos constatado que la crudeza de las salas es el mejor escenario posible para disfrutar de tanta concentración de talento por metro cuadrado. Estamos convencidos de que cuando Perarnau IV habla de esa reunión de amigos barbudos con consejos oportunos, se está refiriendo expresamente a ellos. Tienen domicilio social en La Casamurada, huelen a carreteras secundarias, de las que tienen curvas y atraviesan parajes inhóspitos, a corbatas aflojadas dispuestas a celebrar hasta la madrugada después de un día duro.
Han vuelto, “felices y guapos, más altos y fuertes, mejor que cuando se fueron”. Fin de la cita.