Ya se ha abierto la veda de los festivales y Málaga no podía quedarse atrás. Dio el pistoletazo de salida el Ojeando, seguido por el Weekend Beach Festival y terminando por los Álamos Beach Festival. Es una pena que este año no se celebre el 101 Sun Festival, sino hubiese sido un verano muy completo de festivales por la Costa del Sol.
Con el cartel tan variado que ofrecía el Weekend, no nos lo podíamos perder, por lo que cogimos nuestras toallas y bañadores y nos pusimos rumbo a Torre del Mar. El festival se realiza en la playa, por lo que necesitáis tres básicos para llevaros: crema solar, agua a mansalva y muchas ganas de poneros morenos. Me sorprendió la cantidad de gente que venía de fuera de Andalucía, pues siendo un festival prácticamente nuevo ya tiene un nombre fuera de las fronteras malagueñas.
Aunque el camping estaba al lado de los escenarios, cosa que se agradece, si es verdad que se echaba en falta muchos más baños y la entrada trasera que conectaba el recinto con el camping, la cual el año pasado estaba. Salvo quitando eso, el precio tanto de la bebida como de la comida era razonable. Además de que ofertaban mucha variedad, para todos los gustos y colores.
El Weekend es un festival apto para todas las edades, había gente desde 18 años hasta 60 años sin exagerar, pero es lo bueno de este festival que vienen grupos de todas las épocas y estilo. Son tres días de festival, más un día de fiesta de bienvenida. Había tres escenarios y cada uno engloba un tipo de música, el TorreMar Stage tocaban grupos garrapatero, de reggae y de hip-hop; el Weekend Brugal, era de rock e indie y finalmente, el San Miguel Sunrise Stage enfocado solo a la música electrónica.
El miércoles 8 de Julio daba el pistoletazo de salida con la Fiesta de Bienvenida. Este día todo el mundo podría entrar gratis y disfrutar de los conciertos. Uno de los conciertos más coreados del día fue el del grupo La Pegatina. Donde la gente se olvidó de sus penas y se unió a una música alegre y festiva.
El jueves 9 arrancó la jornada con los conciertos matinales, ya a partir de las 7 de la tarde comenzaban los conciertos en el recinto. Empezaron unos Corizonas, grupo nacido de la unión por un lado de Arizona Baby y por otro de Los Coronas, que con su rock-folk nos demostraron que los western no están pasado de modas y que las barbas están más de moda que nunca. Mucha gente me comentó que nunca los había escuchado y que les había sorprendido bastante, la verdad que siguen teniendo un directo muy bueno, donde los instrumentos no solapan a la voz del cantante.
Uno de los platos fuertes del jueves fue El Puchero del Hortelano que este año dicen adiós con su gira de despedida “Hasta la vista tour”. Era el segundo año que venían al Weekend y no defraudaron. Es un grupo al que no se puede clasificar bajo un estilo musical, pues es bastante ecléctico. Fusiona el flamenco, con unas letras profundas. Algunas de las canciones más coreadas fueron “La quiero a morir”, “Asuntos serios”, “Quiero saber”.
Seguimos con Siniestro Total, este grupo me llamó la atención. Salieron cuatro hombres que perfectamente podían ser mis abuelos, pero cuando empezaron a tocar descubrí porque seguían en la música ¡Y es que mi tía ya bailaba con ellos! Cantaron todo su repertorio conocido y como no cabía esperar terminaron con su mítica “Somos Siniestro Total”.
Cambiamos de registro y nos vamos con O’Funkillo grupo sevillano de música funk mezclado con reggae y flamenco. Su nombre procede de la expresión andaluza “ojú killo” y el funk. Presentaron su nuevo disco 5mentario (2014), además de cantar las de siempre. El siguiente grupo en aparecer fueron Betagarri, un grupo de ska del País Vasco. No había escuchado nunca nada de ellos, pero nada más escuchar su sonido el cuerpo se te mueve solo. Venían con disco nuevo 20 Urte Zuzenean (2014). Y terminamos el día con el grupo de rap malagueño Hablando en Plata. Se le ha definido como un grupo horrocore pues rapean de temas como violencia, cine gore, historias de terror…
Ya era hora de volver al camping para poder descansar para los días que se nos venían encima.
Gran festival, precios y organización. El año pasado estuve y lo que mas me flipo era la distancia del camping a la playa ( 50 metros), al recinto (20 metos) y al Mercadona (200 metros).
Muy buena crónica