La pasada semana descubríamos «I’m Glad You Happened«, el debut la joven Eva McBel. Un trabajo en el que McBel habla de despecho, heridas familiares y la dificultad del amor en el siglo XXI con una perspectiva fresca, y que no cae en tópicos, sino que anima tener los pies en la tierra cuando tratamos con otros seres humanos.
Ahora nos sentamos con Eva McBel para hablar de este debut, de la industria musical o de las etiquetas. Un divertida entrevista como la que conoceremos más en profundidad a una de las artistas más interesantes del panorama estatal independiente.
Pregunta – “La joven artista emergente Eva McBel”, del 1 al 10 ¿Cuánto te aburre ya esa etiqueta?
Respuesta – La palabra emergente suscita el inicio de algo que sobresale o nace. Creo que esta etiqueta va más ligada a cómo me percibe el resto del mundo y, sobre todo, cuándo me percibe. Hay muchos ejemplos de artistas cuyas carreras han sido cultivadas y trabajadas durante muchos años, incluso con varios trabajos discográficos bajo el brazo.
Y, aun así, se les sigue atribuyendo la etiqueta “emergente” hasta que estos artistas no tienen un impacto mediático y, sobre todo, económico sólido. No quiero decir con esto que mi proyecto cumpla con esta descripción, pero sí me da la sensación que voy a seguir siendo emergente mucho tiempo y realmente tampoco me molesta. Me lo tomo como un indicador de que alguien está descubriendo lo que hago por primera vez.
También creo que, igual en algún momento, empieza a ser vergonzoso por mi edad. Vamos viendo entonces qué me parece el término, de momento todo bien jajaj.
P. – Con 21 años publicas “Some Kind of Portrait” y terminas sonando en USA y en Australia. Ahora ve la luz “I’m Glad You Happened” ¿No hay ahí un miedo, por pequeño que sea, al “no llegar”?
R. – Intento tener en mente que cada paso que doy es el correcto, puesto que nunca podré comprobar a dónde habría llegado girando a la derecha en vez de a la izquierda. Con esto quiero expresar que, aunque obviamente tenga que pensar en la parte económica de que mi proyecto no funcione, tengo que encontrar un equilibro para no arruinar la música que hago con las expectativas y la importancia interna o externa de que ‘funcione’ o no.
Que tenga éxito o no mi primer disco no es un factor tangible para mí, me gustaría que llegase a muchas partes del mundo puesto que las canciones siempre mejoran cuando se comparten. Pero no sería justo para las canciones y el trabajo puesto en ellas tratarlas bajo esa presión. También me gusta apropiarme de la palabra éxito y darle importancia y peso según mi definición del término. La clave para mí es trabajar y estar abierta a lo que sea que este disco me traiga.
P. – Con mucha delicadeza hablas del amor pero sobre todo del desamor. A priori puede que representen a una persona vulnerable pero si te sumerges en el disco, y le das un par de escuchas más, descubrimos que bajo esa vulnerabilidad hay una fuerza y una seguridad inusitada ¿Cuándo de ti hay en las canciones de este “I’m Glad You Happened”?
R. – Hay que tener mucho valor para ser vulnerable, esto es algo que he aprendido sobre todo haciendo canciones. Si no hay verdad en ellas, carecen de valor. Las diez canciones de este disco han sido escritas a lo largo de un periodo de mi vida muy extenso, lo que me ha permitido escribir con muchísima libertad, no por el fin de que tengan que estar en un disco concreto. Todas las canciones estaban acabadas, o casi, cuando tomé la decisión de formar mi primer LP. Es decir, hay muy poca distancia entre “I’m Glad You Happened” y yo. Hay gente que escribe diarios, yo hago canciones.
P. – He leído por ahí que en tu primera banda tocabas el bajo y hacías punk. “I’m Glad You Happened” es muy diferente a ello, está más cerca de Labrinth, Morgan o Alice Wonder ¿El pop canaliza el dolor de una manera más “bonita” que el punk?
R. – Me ha hecho sonreír esta pregunta. Efectivamente, tenía un grupo de los 15 a los 18 donde tocábamos música muy distinta a lo que hago ahora. Pero fue extremadamente divertido y aprendí mucho del escenario y del por qué hacer música. Esta profesión es tan dura y difícil que, o encuentras momentos donde juegues y te lo pases tan bien como un niño pequeño o no merece la pena. Hay momentos en los que tienes que recordar la sensación de lo que era ir a ensayar con pepinillos y cervezas al local, o lo divertido que era tocar en convenciones de moteros (a pesar de ser 5 chicas absurdamente jóvenes que no pegábamos nada ahí).
Pero contestando a tu pregunta, honestamente creo que hay un hilo conductor en todos los géneros musicales y que depende de la época vital en la que estés elegirás una manera de expresar y canalizar ese dolor y estos sentimientos más punk o pop. Creo que cuanta más música explores mejores serán tus canciones.
P. – Con 18 años abandonas tu Zaragoza natal para mudarte a Madrid ¿Sigue siendo necesario abandonar “provincias” para triunfar? ¿Qué aporta la “gran ciudad” a Eva McBel?
R. – La decisión de mudarme a Madrid ha sido la más importante que he tomado, tanto por mi desarrollo como artista, como por mi desarrollo personal. Salir al mundo como persona independiente y buscarte la vida hace que tu cerebro se expanda rápidamente, todo el mundo debería irse de casa a otra ciudad y empaparse de conocer a personas y contextos diferentes.
Madrid me dio la posibilidad de escribir mis propias canciones, conocí y sigo conociendo personas que hacen música o se expresan artísticamente de una manera que nunca habría imaginado, sentí realmente la necesidad de comunidad y aprendí mil nuevas maneras de entender el mundo. Todo este aprendizaje vive en mí y en mi manera de hacer música ahora. Estoy tremendamente agradecida por todas las oportunidades que he tenido en Madrid, espero poder seguir explorando y creciendo en esta ciudad. Y ojalá en otras.
P. – Hace unos meses abrías en los Jardines de Invierno para Cat Power ¿Qué produce más vértigo, abrir para una leyenda como la estadounidense o mostrar tus temas en casa?
R. – Me da mucha pena esta pregunta porque no fue un buen día. A veces, a los artistas emergentes, en vez de facilitarnos la entrada en circuitos o escenarios, se nos pone la zancadilla. Hay partes de esta industria que no favorecen nada la llegada de nuevos artistas, minusvalorando nuestro trabajo debido a nuestra ‘poca fama’.
Ese día llegamos al montaje con muchísima ilusión sabiendo que íbamos a tocar delante de una artista como Cat Power en un sitio que significa tanto como es Zaragoza para mí. Pero no todos los días las cosas salen como esperas, hay que remangarse y seguir como hicimos ese día.
Estoy muy agradecida de tener los músicos que tengo al lado por ese día y todas las aventuras que nos han tocado y tocarán.
P. – Ahora que estamos en temporada eurovisiva ¿Te presentarías a un concurso como Benidorm Fest?
R. – Nunca digas nunca, de esta agua no beberé o este cura no es mi padre, pero ahora mismo no está en lista de posibilidades.
P. – Aunque ha pasado ya algo más de un mes de 2023 ¿Cuáles son los propósitos de Eva McBel en 2023?
R. – Hace unos días estuve haciendo una valoración de 2022, es lo típico que se hace al empezar el nuevo año. Intento un ratito antes de dormir todas las noches hacer una pequeña valoración de mi día. Pero el otro día tocaba mirar con un poco más de lejanía a la totalidad del año. 2022 fue un año duro, pero duro de verdad. He sacado mucha información de cómo quiero hacer las cosas en este año, y he aprendido muchísimo. Esto que se dice que la letra con sangre entra. Bueno, pues yo espero que esta afirmación no sea del todo cierta y que en el 2023 pueda seguir aprendiendo muchísimas cosas, pero sin sangre. Porfa.
Y más específicamente, me gustaría apuntarme a cerámica, leer un libro al mes, abrazar mucho y no mirar el móvil en la calle o en el metro porque creo que nos perdemos muchas cosas mirando la pantalla.