El pasado sábado en el hall del Teatro Afundación de Vigo concluía una nueva edición de Acustiquísimos, un ciclo auspiciado por Momentos Alhambra que no invita a disfrutar de concierto únicos en los que el artista se desnuda (de manera musical) ante un público al que mira a los ojos. Un edición de 2022 que concluía con la presencia de una e las artistas que más darán que hablar en los próximos meses: Alice Wonder.
Porque sí, es inevitable, Alice Wonder está llamada a ocupar el lugar de la dignidad musical dentro de Benidorm Fest entre tan orquesta y música de verbena. Sin duda su inclusión entre los finalistas del concurso en el que se elije el representante español a eurovisión ha sido toda una sorpresa por varios motivos. Alice Wonder no es una recién llegada, con un nombre dentro de la industria toma partido en una competición que sin duda será tediosa pero que le servirá para el paso que le permita acercarse a un público más mainstream.

Debo reconocer que la propuesta de Acustiquísimos es una de mis favoritas, gracias a esos enclaves singulares, a la cercanía con el artista y a la predisposición del público, se generan instante mágicos que convierten estos pequeños concierto en conciertos que recordaremos durante mucho tiempo. Temas como ‘Por si Apareces‘, ‘Corazón Mármol‘ o ‘No Te Vayas‘ consiguen que durante un segundo la respiración se entrecorte, que el entorno desaparezca, que solo exista una voz, una persona, un segundo de calma… En muchas ocasiones leemos que el último disco de un artista es su mejor trabajo hasta la fecha, una maniobra de marketing que ya rara vez nos creemos pero en el caso de «Que Se Joda Todo Lo Demás» estamos ante una obviedad. un trabajo con el que Alice Wonder confirmaba todas las expectativas que generaba con «Firekid«, su álbum debut.
En muchas ocasiones hemos escucho eso de «el color de la voz», no sé de qué color es la voz de Alice Wonder, poco me importa porque no podemos definir su concierto por colores; quizás sí con nudos en la garganta, dolor de abdomen y ganas de huir cada dos temas. Un montaña rusa de emociones que habitualmente nos arrastra y nos hace regodearnos en nuestras propias heridas, a veces comprobando si aun sangran, otras tanta porque, en el fondo, no estamos preparados para que realmente se cierren. Delicadeza y sensibilidad con la Alice Wonder nos acaricia de una manera frágil, una caricia que nos abraza y nos acompaña, algo que reconózcamelo es muy difícil que ocurra en panorama actual.

Alice Wonder es una rara-avis en el panorama musical actual. Poco tiene que ver la propuesta de Benidorm Fest con la de Acustiquísimos, no sabemos como le irá en el concurso pero nosotros sabemos que Alice Wonder brilló con luz propia en la noche de Vigo ajena a concursos, led o la, casi perenne, navidad.