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Ahora que oficiosamente se acaba el verano y las redes sociales se llenan de bookstagramers comiéndose las uñas ante la inminente reentré literaria de este otoño, quizás sea un momento apropiado para recapitular lo que la temporada de pantalones cortos y camisetas de tirantes ha supuesto para estos humildes ladrones de setlists en lo que a directos se refiere.
Allá cuando el calor aún no apretaba demasiado y todavía se podía conciliar el sueño por las noches, la sala Upload de Barcelona nos dio la oportunidad de ver en plena acción a Grande Amore, que con su mezcla de timidez y desparpajo fue capaz de conseguir que una sala abarrotada de catalanoparlantes, cantara a coro y con los brazos en alto su ya himno vamos enchernos e vamos falar de cousas. El gallego, que se come el escenario incluso en los momentos en los que da la espalda al público, demostró que es posible conjugar el respeto y la diversidad lingüística y cultural a partes iguales y las cosas tan maravillosas que ocurren cuando esto pasa.
No tan maravillosa nos pareció la planificación de las actuaciones por parte de la organización que, no sabemos si deliberadamente o por exigencias técnicas o de conciliación, agendaron a Melenas tras el subidón del gallego, que en el cambio de escenario fue dando paso a un ligero bajón que no dejó que la banda de Pamplona brillara en todo su esplendor. Aún así, su buena predisposición y ejecución no evitó que los presentes marcasen los tiempos de Osa Polar a falta de un buen silbato. Pero que esta experiencia no nuble la calidad y los éxitos que Oihana, Leire, María y Lauri están cosechando allá donde van con su reverb fuzz pop -como ellas mismas definen su sonido-, llevando la escena musical femenina de nuestro país mucho más allá de sus fronteras.
Semanas después, los miembros de Parquesvr saldaron su deuda con el aniversario de La Mona en El Gran Café de León, donde dejaron bien claro que no solo de gregarios vive la música. Siete son las musas de las artes y dos de ellas elevan a la máxima potencia la envolvencia de la poesía y la música en el entonces casi recién sacado del horno “Arde, quema, duele”. Esta gente, queridxs lectorxs, sabe muy bien lo que hace y lo que es peor, sabe hacerlo muy bien. Yoga? Sí. Parquesvr? Pues también.
Pero sin duda el plato fuerte de nuestro verano musical se sirvió en dos turnos muy especialmente dominados por mujeres jóvenes: el evento/festival Come y Calle, reúne también en León, no solo un buen puñado de food trucks, mercadillo y sesiones dj en un ambiente recomendado para todos los públicos (nuestra más sincera reverencia ante la organización) sino que este año contó en sus dos fines de semana, a pesar del desplante en último momento de los madrileños Menta, con Shego y Hinds, que dejaron el listón muy alto para la siguiente edición de la ya habitual cita en el Parque de San Francisco. Así, bajo el cielo de León, unos cuantos farolillos y con acceso totalmente gratuito al parque de San Francisco, lxs millenials contemplamos cómo las nuevas generaciones de adolescentes cuentan con los referentes femeninos que nosotrxs, de algún modo, echamos en falta. La “banda chula, furiosa y divertida” (sic) Shego puso a las más jóvenes a callar bocas a grito pelado, porque las pivas estaremos todas un poco locas, pero señores, sabemos muy bien lo que queremos. Y casi culminando la edición, también llegadas desde Madrid, nos sorprendieron Hinds: Amber, Ana, Carlota y Ade, que asumimos acostumbradas a hordas de fans de otras partes del mundo, teloneando a The Vaccines o a los mismísimos Strokes, no se dejaron ni un ápice de ganas ni de energía en el bolo leonés. Qué bien lo hacen estas mujeres, que naturalidad y desparpajo ostentan y qué poco se las valora en este país.
Deseamos encarecidamente que estas cosas empiecen a cambiar, porque si algo nos ha enseñado este verano de olas de calor y precios de la luz casi rozando el mismísimo astro rey es que, sin duda, las chicas son guerreras.
