El Festival Cruïlla siempre se ha vendido como un festival de cruce de culturas donde el que menos cuota de pantalla recibe es quizás el pop comercial. Con un giro electrónico con la programación de Kygo, no obstante, el Festival Cruïlla se manifestó ayer como lo que viene siendo estos últimos años: un festival donde todo tipo de público tiene cabida, incluso los cochecitos de bebé, aunque no haya zona infantil planificada.
Empezó Joan Dausà con los cuatro gatos que llegamos a las 19:15 para verle aunque terminó con la explanada del Cruïlla Enamora con una cantidad de público aceptable, algunos de ellos desconocedores del trabajo de Joan Dausà, proporcionándole, pues, una situación «con mucho que ganar». El concierto le servía de presentación de su «Ara Som Gegants» (2018), imagen de la portada del cual presidiría durante todo el concierto, y que significa el retorno del cantante tras tres años de silencio.
Cantante consolidado en su tierra, Joan Dausà tenía el reto de ganarse a los ya conocidos y a los múltiples que aterrizan en el escenario para conseguir primeras filas para el acto posterior, LP, como era el caso. A pesar de eso, Joan Dausà logró una complicidad envidiable con el público, entre el cual se hallaba su recién convertida en esposa y pronto madre de sus hijos, incluso en la primera parte, definida por él mismo como «más intensa». Marcaron la diferencia sonora (a peor) los temas de «Barcelona Nit d’Estiu«, con bases pregrabadas que sonaban un tanto artificiales, pero que hacían falta incluir en el set list, pues, efectivamente, «Barcelona… » es una peli tan Cruïlla, tan «enamora», tan edulcorada, tan de verano cruïllero. Joan Dausà arrancó más de una sonrisa, a pesar de también llegar a emocionarnos con la rabia e impotencia de ‘No pots tancar-nos a tots’, que sirvió de reividicación política para la liberación de los presos políticos del Govern de Cataluña, a la vez que luces amarillas , el color prohibido, iluminaban el escenario.
Nos emocionaríamos también con ‘Caure no feia mal‘, en homenaje al rol fundamental de las abuelas que todo lo curan con un beso. Celebraríamos con alegría la inclusión de ‘Jo mai mai’, aunque bromeara Joan con un «esta ya no la tocamos», pues es LA canción de Dausà con la que al grito de «Puto Héctor» levanta la moral del más tieso.
Al término del set de Dausà, se empezaron a oír pruebas de sonido del escenario contiguo, el Estrella (¿hola, Cruïlla?), escenario donde tendría lugar una de las actuaciones más esperadas de la jornada, la de N.E.R.D., con Pharrell Williams. Fue una actuación que, desde la distancia, parece que subió los ánimos de entrada del fin de semana, aunque la impresión de lejos hacía que nos pareciera un copia-y-pega de temas sin ton ni son. De mientras, esperaríamos en primera fila para LP, confirmando, pues, que la mitad de la primera fila de Joan Dausà, efectivamente, estaba guardando posiciones para la norteamericana.
LP nos cargó. Mucho. Una cosa es jugar con el falsete, y la otra es basar el 97% de todos tus temas en él, logrando llegar a sufrir por la integridad de tus tímpanos aun llevando tapones. LP tenía a un público fiel reunido en el Cruïlla Enamora, un público que cantaba todos sus temas y al que tuvieron que llamar la atención más de una vez. Una de las asistentes llegó a caer en el foso. Cómo llegó a terminar ahí estando en la tercera fila todavía nos lo preguntamos. Incluso le llegaron a hacer llegar regalos a LP a través de los miembros de la organización. Mucho fan devoto había por ahí.
Así pues, con el público en el bolsillo, poco más tienes que hacer que salir y soltar tu repertorio. Nos faltó profundidad. Nos faltó emoción. Nos faltó algo que hiciera valer la pena estar ahí además de para escuchar su tema más conocido y con el que nos dejaría indiferentes, ‘Lost On You‘, que dejó además para el final. Ni con esto fue original.
Nos tomaríamos un descanso en la hierba cruïllera mientras escuchábamos de fondo a Prophets of Rage, que por lo que se ve, tuvieron también su momento reivindicativo uniformados con camisetas del Barça y mostrando mensajes de «Catalunya lliure» (Cataluña libre) en una de sus guitarras, tal y como se han hecho eco los medios. No podemos valorar la actuación de este supergrupo de rap y rock pero sí el estado de embriaguez de algunos de los miembros del público, altamente perjudicados hacia el final de la actuación de los miembros de Cypress Hill, Rage Against The Machine, Audioslave y Public Enemy. Mientras Damian Marley, habitual del Cruïlla, cumplía con sus deberes, esperaríamos para Kygo, que ofreció la típica y tópica sesión de DJ, con dedicación incluida al malogrado Avicii.
Programación sorprendente donde las haya para un festival como el Cruïlla, y que reuniría en el Cruïlla Estrella Damm a toda la juventud, divino tesoro, del festival, en gran parte sorprendentemente extranjero y que aguantó hasta las 3:30am.