Hemos necesitado una semana de relax en la Costa Tropical para reponernos y escribir esta crónica de la pasada edición del Granada Sound y además porque, como decía mi abuela, las cosas se ven mejor con un poco de perspectiva.
El sexto aniversario del festival granadino ha superado todas las expectativas: más de 20.000 visitantes cada jornada con llenazo absoluto en casi todos los escenarios; pero sobre todo, una de las cosas que distingue al Granada Sound es su buen rollo y esta edición ha vuelto a dejar muestra de ello. No nos llegan los dedos de las manos para contar a toda la gente que vimos disfrazada. Estas son las cosas que más y que menos nos han gustado del festival.
Lo que más nos gustó:
- Dorian, Lori Meyers y Maga: son nuestro podio indiscutible de conciertos. Los primeros fueron los reyes absolutos del sábado (con perdón de Kakkmaddafakka). Pese a que muchos dicen de ellos que son un grupo para quinceañeras, supieron meterse al público en el bolsillo desde el minuto uno. Papelillos, muchos papelillos, luces y un ritmo sin decadencia marcaron el concierto de los barceloneses. Por su parte, Lori Meyers, se llevaron el premio a «mejores efectos de luces y sonidos». Los granadinos jugaban en casa y demostraron que habían venido a disfrutar. Con un tracklist cargado de sus mayores éxitos hicieron bailar sin parar a los presentes. Y por último, los sevillanos Maga fueron los mejor acompañados del festival. Javi de Full y Anni B Sweet se unieron a Miguel para cantar ‘Silencio’ y ‘Por las tardes en el frío de las tiendas’. Además supieron terminar por todo lo alto con ‘Diecinueve‘ y ‘Agosto esquimal‘ con las que los más puretas disfrutaron como si no hubiese un mañana.
- Granada, Ciudad del Rock. La iniciativa que se presentó hace un tiempo como la gran novedad de esta edición ha sido un éxito rotundo. Desde el miércoles, las calles han estado llenas de festivaleros que han dotado a Granada de un aura especial. Además las cañas (¡¡y las tapas!!) típicas de Graná estaban acompañadas de música en directo, showcases y actuaciones de grupos revelación muy recomendables. El buen rollo que se respiraba en el ambiente ha hecho mucho más especial esta edición.
- El tercer escenario. A veces, los escenarios más pequeños suelen pasar desapercibidos, pero son un hervidero de grandes talentos que descubrir. Eso nos pasó a nosotros con MOJØ, un dueto de chicas llegadas desde las Islas Canarias que nos sorprendieron muy, pero que muy gratamente. Teté y Ana están preparando su primer disco y en Hipsterian Circus no pensamos perderles la pista (¡además son majísimas!). En este tercer escenario se vivió también otro de los grandes conciertos del sábado, el de Sexy Zebras. Son puro espectáculo y en el Granada Sound hicieron buena muestra de su espíritu rebelde. A destacar también la actuación de Supertennis. Los de Alburquerque han sido el grupo apadrinado del Contempopranea y, después de haberlos visto en concierto, entendemos por qué. Desde ya son uno de nuestros grupos de cabecera.
- Los Planetas. Jota y los suyos partían como cabeza de cartel. Volvían a su casa y lo hacían por todo lo alto. Con ellos siempre ha habido una cosa clara: o los amas o los odias. Nosotros somos muy de Los Planetas y disfrutamos como enanos con su directo. Eso sí, para quien no es fan acérrimo de los granadinos, el concierto fue «un soporífero y monótono repertorio de canciones muy parecidas«. ¿Lo que más nos gustó? La diversidad de edades. Sabemos que el esplendor de Los Planetas se produjo hace ya algún tiempo, por ello la mayoría de espectadores eran mayores de 30 y de 40 años. Pero fue ese mismo público quien llevó a sus hijos al Granada Sound, convirtiendo la actuación del grupo en un gran ejemplo de que hay esperanza en las generaciones futuras.
- La oferta gastronómica. La zona de food trucks era grande, con una buena variedad (ocho puestos diferentes) y no muy alejada. El único problema es el mismo de siempre: que a todos nos da por cenar a la misma hora y claro, petamos las colas como si no hubiese un mañana. A destacar: la amabilidad de los dependientes que, pese a estar hasta el moño de festivaleros, no perdieron la sonrisa en ningún momento.
- Iván Ferreiro. En Hipsterian Circus somos muy de Ferreiro, mucho, mucho. Aunque hubiese hecho su peor actuación seguiríamos pensando que fue de lo mejorcito del festival. Pero, subjetividades a parte, el de Nigrán se ganó al público cuando dijo: «tenemos poco tiempo, así que, vamos a hablar menos y a cantar más, ¿os parece?». Como viene siendo habitual en su última gira, estuvo acompañado, entre otros, por Martí Perarnau, quien sube Mucho (broma fácil) el nivel de los conciertos del gallego.
- Los autobuses lanzadera. De un tiempo a esta parte, la conexión oficial Granada-recinto-Granada es más organizada que en las primeras ediciones. Gran culpa de ello la tienen los abonos que, previo pago, garantizan que el servicio sea mucho más eficiente. No hubo grandes colas, ni excesivo jaleo a la hora de coger el autobús, lo cual se agradece cuando vuelves de fiesta las 5:00 de la madrugada.
- Los trabajadores y voluntarios. Camareros, personal de seguridad, los encargados de coordinar las líneas de autobús, las chicas de la limpieza. Todos ellos hicieron más sencillo un festival que por momentos estaba masificado. Es cierto que en ocasiones se formaron colas de gran magnitud, pero avanzaban rápido gracias a la agilidad con la que se desenvolvían los encargados de cada una de las secciones. ¡Incluso en los baños!
- Los vasos reutilizables. Son ya muchos los festivales que se han unido a esta iniciativa y el Granada Sound no es el primer año que se apunta. Pero no por ello deja de ser digna de mención. Es una medida que ayuda a mantener la limpieza del recinto y sobre todo a hacer la cita más sostenible. Pagas por tu vaso, sí, pero al irte del festival tienes dos opciones: te lo llevas de recuerdo o lo devuelves y recuperas lo que has pagado por él. Eso sí, el suelo nunca es una opción.
- La carpa de Dj’s. Fue una fiesta constante en la que se agolparon decenas de personas para bailar y saltar. Era imposible pasar por allí y no hacer una breve parada con algunos de los melocotonazos que se pinchaban. Lo único malo era que tanto salto provocaba unas polvaredas muy serias, pero «que nos quiten lo bailao».
Lo que menos nos gustó:
- La falta de sombra y áreas de descanso. Sabemos que es difícil y que, si quieres ciertas comodidades, te toca pagar el abono VIP. Pero el calor arrollador y la falta de sombra no sólo pasaron factura a los asistentes, sino que castigó a grupos como Ombra. Los ganadores del concurso de bandas, pese a tener un directo realmente bueno y de calidad, tocaron delante de no más de 20 personas. En la jornada del sábado, no fue hasta la presentación de Viva Suecia cuando se empezó a animar la cosa. El viernes la mayoría de la gente eligió directamente el tercer escenario y la sombra de su carpa. ¡Menos mal que había 2×1 en cerveza!
- Las largas colas de acceso al recinto. Sabemos que no se le puede echar la culpa a nadie, además la organización avisó de que se intentase acceder al recinto con, al menos, dos horas de antelación al concierto que se quisiese ver ya que habría cacheos exhaustivos. Pero los puntos de acceso se colapsaron de tal manera que era casi imposible no echarse a llorar. ¿Lo mejor de todo? Sobre la barrera de acceso se instaló un escenario en el que pudimos ver, entre otros, a Los Térmicos, que, quieras que no, amenizaron la espera.
- El sonido del escenario Alhambra. A lo mejor fue nuestra impresión, pero grupo que tocaba en el escenario de la derecha, grupo al que se le escuchaba mal. Con ruido constante e instrumentos muy por encima de las letras. Lo notamos especialmente en el concierto de Viva Suecia quienes, pese a tener un gran directo, parecían no terminar de sentirse cómodos en el escenario.
- No había zona de visibilidad reducida. Para mí, personalmente, esto fue un fallo gordo. Vi a un par de espectadores en silla de ruedas entre el público que, como mucho, verían las posaderas de quien tenían delante. Es cierto que no es un servicio obligatorio, pero hubiese sido un detallazo que en la misma torre de luces y sonido se colocase una plataforma para que aquellas personas que lo tienen un poco más difícil pudiesen disfrutar y ver sin problemas los escenarios. Desde aquí hacemos nuestro particular llamamiento para que en la próxima edición esto no sea un problema.
- Que haya que esperar un año para la siguiente edición. Sí, amigos, de todas las cosas que os hemos contado del Granada Sound, ésta es la que menos nos gusta. Ya hay fecha para la próxima edición, que se celebrará los días 21 y 22 de septiembre de 2018. De momento las entradas saldrán a la venta el próximo 28 de noviembre y estamos seguros de que se nos irá quitando poco a poco el mono con todas las confirmaciones que están por llegar. ¡Que pase rápido, por favor!
Fotos de Nerea Coll para Granada Sound.