El verano es ese periodo donde las preocupaciones quedan atrás en aras del más puro divertimento. Los días son más largos, el clima agradable invita a una larga jornada de playa y las noches están diseñadas para ser disfrutadas. Pero Jenny and the Mexicats quieren evitar el nihilismo fácil en el que se cae en esta temporada, tal vez ahí radique la esencia de su recién estrenado “Mar Abierto”.
Lo que mayormente puebla este álbum son melodías animadas y luminosas, y es que se mira a los ritmos latinos que parecen ser el punto común de la inglesa, los dos mexicanos y el español que conforman este grupo; pero como digo, a lo largo del elepé encontramos claroscuros, como ‘La Primera Despedida’ o ‘Aprendimos’, que nos muestran el carácter sentimental y sincero del grupo al plasmar ideas que hablan del marchar y el amor.
Es interesante la habilidad que demuestra tener este conjunto para crear un trabajo que mezcla la diversión melódica con la intensidad de una lírica que hace que este álbum importe. Quiero decir, Jenny and the Mexicats podrían haber entregado un álbum vacuo bien cargado de la adrenalina que encontramos en ese merengue que lleva por título ‘La Diabla’, pero a lo largo de “Mar Abierto” buscan trascender mientras hacen cortes que luzcan por sí mismos.
El resultado es altamente satisfactorio e idóneo para la temporada estival que se avecina. Parte de la culpa la puede tener el hecho de que la instrumentación (que presenta una mezcla deliciosa, todo sea dicho) se aventura por una gran variedad de géneros dotando de cierta versatilidad a este trabajo. Desde el soft-pop naïve de temas como ‘Boxes’ pasando por la ligera oscuridad y reflexión de ‘Fantasmas’ o ‘Canela y Azabache’, el maravilloso toque soul de ‘Amplifire’ o la reminiscencia reggae de ‘Tanto Tiempo’.
Todo en este elepé es un acierto: la instrumentación sencilla, la voz delicada, la mezcla de géneros… Si buscas un trabajo fácil de escuchar que se prenda a ti con delicadeza, sin duda en “Mar Abierto” vas a encontrar un firme candidato para ello. Son canciones que nos enseñan a disfrutar de la vida. “Aprendimos a correr sin saber andar” canta Jenny en uno de los cortes, y no es más que su forma de encomendarnos a parar y disfrutar de lo que nos rodea. Este álbum es un oasis de tranquilidad con el que el grupo espera nos evadamos de nuestros males diarios; y, sin duda, es algo que consiguen.