Previo a su concierto en Málaga de la pasada semana, pudimos intercambiar unas palabras con Alondra Bentley. Esta artista de orígenes británicos y murcianos se encuentra inmersa en la presentación de «Resolutions», su nuevo álbum publicado en 2015 en el que se aventura por sonidos más pop por obra y gracia de Matthew E. White, dejando de lado aquellos sonidos más acústicos y folk con los que empezaba su carrera en «Ashfield Avenue». Hablamos con ella sobre su trayectoria y los entresijos de este nuevo álbum.
(P) Quería preguntarte por la portada del disco. La de “Ashfield Avenue” era más representativa, la de “The Garden Room” era algo más abstracta, y la de este “Resolutions” es algo mezcla de los dos. ¿Cómo surge el arte del disco?
(R) El arte del disco es una de mis partes favoritas de hecho. El arte lo he hecho siempre con gente muy cercana que me entiende que les he explicado lo que quería. El primer disco lo hice con una amiga que me hizo fotos y lo maqueté con mi hermana. El segundo lo hice con una amiga de toda la vida que es fotógrafa y diseñadora gráfica y todo lo que hace me encanta. Y “Resolutions” lo hice con una amiga de Galicia que tiene cosas mucho más minimalistas, que era lo que buscaba. Siempre preparo un moodboard para que sepan bien por donde voy. Me gusta explicar y dar referencias, es una parte que me encanta.
(P) Me llama mucho la atención tu personalidad, por un lado, abrazas todo el estilo de los 60, pero por otro eres una mujer actual con referentes actuales. ¿Cómo casas en tu música lo antiguo y lo nuevo?
(R) El folk en realidad te permite hermanarte con un montón de estilos diferentes, es muy agradecido para mezclarte con otros sonidos. Precisamente, una de las cosas que más me llamó la atención de Matthew E. White, que es quien produjo “Resolutions”, es que su sonido es muy clásico pero cuando lo escuchas sabes que es de ahora. Y es algo que me gusta mucho, porque la mayoría de mis influencias son de los 60 para atrás realmente, pero no me gustaría hacer un ejercicio para que saliera un disco retro.
(P) Y hablando de Mattew E. White, este disco lo habéis grabado en Estados Unidos a diferencia de “The Garden Room” y “Ashfield Avenue”. En alguna que otra entrevista vi que en “The Garden Room” te fijaste en el sonido americano, pero en “Resolutions” ya pudiste grabarlo propiamente allí.
(R) El productor de “The Garden Room” es Josh Rouse que es americano. Ese álbum también es más natural y más fiel a cómo sueno con mi banda en directo hasta ese momento que lo grabamos. De hecho lo grabamos en Valencia donde tiene el estudio con Chema, que ese que está sentado ahí [señala a su guitarrista, sentado en un banco mientras nos reímos]. Ellos tienen influencias americanas, y eso se nota.
(P) Siguiendo con “The Garden Room” notaba que en cuanto estilo había algo de Father John Misty o Lana del Rey a nivel vocal. Pero en “Resolutions” la propia ‘Pegasus’ que abre el álbum tiene superposiciones vocal al más puro estilo de Bon Iver.
(R) ‘Pegasus’ es un poco más mantra, muy etérea con muchas voces. Era algo que quería hacer y la hicimos de manera artesanal. La grabamos en cinta en Estados Unidos y la hicimos artesanalmente para crear el efecto, fue muy chulo hacerlo.
(P) ¿Cómo surge en “Resolutions” este sonido de omnichord, teclados y demás que hace pensar en algo más electrónico a diferencia de las raíces americanas de “The Garden Room”?
(R) Tal vez sea más pop, porque de repente hay más teclados, algún sintetizador… Hay más influencias que han estado siempre para mí de los años 80, como Kate Bush, que si conoces su música hay de hecho mucho teclado y sintetizador. Era una influencia muy grande para mí pero nunca la había mostrado antes, y en este disco tenía muchas ganas de mostrarla.
(P) ¿Cómo fue pasar de grabar en España a grabar un álbum entero en Estados Unidos?
(R) En España he tenido mucha suerte porque he grabado con amigos y gente que admiro muchísimo, con los que me siento muy cómoda en el estudio. Pero en Estados Unidos, además de profesionalmente ser una experiencia muy gratificante, luego en lo humano fue muy placentero hacer el viaje a Richmond, que es América profunda totalmente. Y conocerles a ellos que tienen una forma muy particular de vivir, son una comunidad. Fue muy bonito convivir con ellos en su casa. La experiencia entera fue una maravilla. Cada disco tiene su historia anexa (Risas).
(P) Hablando de historias del álbum, tú siendo británica y española, ¿qué aprendiste a nivel cultural a lo largo de tu estancia allí?
(R) Una cosa que me llamó muchísimo la atención fue que, estando en Richmond, que era la capital de los estados del sur, todavía se notaba mucho la segregación de barrios negros y blancos, muchísimo. No me lo esperaba, yo había estado en Nueva York y claro, ahí es muy distinto. Me llamó la atención que a los restaurantes a los que íbamos había zona de blancos y zona de negros. Para mí era algo que estaba totalmente superado y comprobé que no, y últimamente se ha corroborado que el racismo sigue siendo una cosa demasiado latente.
(P) Ahora pasando un poco al propio contenido del disco quería hablar sobre las letras. He leído en alguna otra entrevista que haces de tus canciones “descripciones de tu vida”, como ‘Dates To Remember’ que haces un repaso a tu vida. Sin embargo en este disco ‘What Will You Dream’ tiene un toque de abstracción y surrealismo. ¿Cómo has evolucionado líricamente?
(R) Me encanta esa pregunta porque no mucha gente se fija en las letras. Es verdad que para mí la forma de escribir ha cambiado mucho. Lo que he intentado ha sido contar las cosas de una forma más clara. En el caso de ‘What Will You Dream’ la letra es más abstracta porque habla de los sueños. Pero por ejemplo, ‘Water’ describe lo que es el agua, lo que hace el agua y ya, es una canción muy sencilla. Me gusta mucho cuando consigo explicar algo que todo el mundo sabe pero en este caso das por sentado, es una cosa en la que no reparas en el día a día. O ‘When I Get Back Home’ habla de un tema muy sencillo que es llegar a casa, estar cansada después de haber estado trabajando todo el día y enfrentarte a tu tarea de “eh, también soy músico”; porque en España es muy difícil vivir de la música. En mi caso soy profesora de Montessori, un método educativo. Compagino eso con la carrera musical. Ese tema habla de la dificultad de compaginar las dos cosas.
(P) Hablando de ‘What Will You Dream’ es una buena dosis de pop en comparación con tus álbumes anteriores. ¿Cómo surge este tema en concreto con una producción con sintes y tanto gancho?
(R) Antes de ir a Richmond estuve intercambiando mails con Matthew, meses escribiendo y pasando referencias. Esta canción la compuse a voz y guitarra, pero me la imaginaba como está en el disco. Le pasé como referencia a Kate Bush que en Estados Unidos no es tan conocida y Matthew dijo “Ya sé lo que quieres hacer”. Hay veces que tiene que venir alguien experto para materializar tal y como tienes en la cabeza la idea. Yo me pierdo mucho por el camino y necesito a alguien que me ayude.
(P) Hay un tema que me llama mucho la atención y es ‘Sweet Susie’. Acabo de verte tocándola en la prueba de sonido más desnuda e íntima con el omnichord, pero en estudio es uno de los temas más experimentales que has creado: partes diferenciadas, silencios, secciones de cuerda con tensión, guitarra sucia… ¿Cómo surge este tema tan complejo?
(R) Una parte que me llamó mucho la atención y que es probablemente lo que más me gusta de Spacebomb, donde grabé el disco, es el arreglista de cuerdas y metales que tienen que se llama Trey Pollard. Entonces a él le explique qué quería que sucediera con los arreglos de cuerda, quería que tuvieran mucho carácter: abrieran, acabaran la canción, luego la levantara… Y él es magnifico para eso. Luego fuimos metiendo sonidos más delicados, más fuertes… Eso es todo parte de la producción y de la ayuda de alguien como Matthew y Trey.
(P) En “Ashfield Avenue” se me viene una imagen tuya con la guitarra a solas, en “The Garden Room” ya te ves arropada por una banda y aquí en “Resolutions” a la banda pop. ¿Cómo fue pasar de solista a banda? ¿Echas de menos un formato más íntimo?
(R) Fíjate me gusta mucho tocar sola y con banda. Cuando empiezas a tocar sola te gusta mucho lo que haces, pero cuando lo haces con más gente te gusta mucho más porque hay más energía en el escenario, compartes lo que estás viviendo y eso es muy chulo. En el primer disco, cuando lo compuse no tenía banda pero me ayudó mucha gente, entre ellos Chema que está ahí (Risas), y un montón de amigos más que vinieron a tocar. Después me dije: “¿Cómo hago el disco en directo si no tengo banda? ¿Lo hago sola con la guitarra?”. Entonces se vinieron a la banda Chema, un trompeta y en este disco por primera vez tenemos un batería. Antes no teníamos y era todo más tranquilito.
(P) Me recuerdas un poco a Angel Olsen en cuanto a estilo, ella empezó con un folk tranquilo hacia un sonido más arropado por una banda y con más garra. A nivel nacional me recuerdas a la ola de cantautoras como Zahara, Anni B Sweet o Russian Red que empezaron íntimas y abrazaron el pop. ¿Crees que esta evolución común surge casual o por el contexto que te rodea? ¿Qué podemos esperar en un futuro trabajo tuyo?
(R) Qué nos queda por ver no lo sé ni yo (Risas) Y creo que pasa mucho lo que te decía antes, que cuando empiezas a escribir canciones sola con la guitarra, el resultado natural es ese: tú con la guitarra, y así es como te empieza a conocer la gente. Poco a poco vas ampliando lo que quieres hacer, buscando a gente que se una a desarrollar un disco y a que suene a una cosa distinta. Que una carrera en acústico y solitario vaya evolucionando y vaya a sitios más pop o rock es normal, es una evolución lógica de alguien al que le interesa la música y es melómano. Cambias y evolucionas. Y menos mal, porque sino todos los discos serían iguales, voz y guitarra (Risas). Bien si eres Nick Drake o alguien increíble, pero sino, sería algo repetitivo.