Después de 3 años, Andrés Calamaro vuelve, por fin, con un álbum de estudio abajo del brazo. Se llama Volumen 11, salió a la venta el pasado viernes y tiene 18 canciones inéditas (más una escondida).
Como fan del rock argentino con el que me crié, siempre les he tenido un cariño especial a las canciones de Andrés. Pero es cierto que, de un tiempo a esta parte, me empiezan a suscitar una serie de dudas… «¿Qué le ha pasado a Andrés Calamaro?», «¿Se ha hecho mayor?», «¿Por qué no se dedica a hacer canciones y deja de hablar de los toros?».
Con todo esto, me adentré en «Volumen 11», el decimocuarto disco de estudio del argentino. El single que ya había ido abriendo el apetito se titula ‘La noche’ : una canción rápida, fresca, fácil de escuchar. Nos prometía un disco más rockero y eléctrico que lo que nos venía ofreciendo Calamaro en los últimos tiempos.
Si nos adentramos en el resto de temas, la cosa cambia. Nunca fue más acertado decir que no se puede juzgar un disco por su single.
Se abre la experiencia con «Apocalipsis en Malasaña», tema que forma parte de la banda sonora de «El bar», la última película de Alex de la Iglesia. No hay duda de que empieza en pie de guerra, con fuerza, presentando un tema intenso en el que ya se intuye la línea blues-rock que llevará el disco.
Seguimos con otros temas como «Frío y Barro (segunda parte)» en el que vuelve con su mítico falsete en una balada oscura y profunda. Nunca fui del todo fan de estos falsetes, pero con el paso de los años las cuerdas vocales no han ayudado a Andrés a mejorar -o mantener- su afinación y/o calidad.
«Rock y juventud» forma parte del proyecto colectivo de Javier Corcobado “Canción de amor de un día”, donde participan otros muchos artistas como Bunbury, Nacho Vegas, Amaral o Vetusta Morla. La melodía sutil y delicada sirve de telón de fondo para una letra brillante que me recuerda al Andrés Calamaro del que yo me enamoré. Vamos mejorando.
No faltan los homenajes a los clásicos: «Mareo» es un tema sacado del repertorio de Babasónicos; nostálgico, triste y enamorado. Al mítico rockero Pappo le llegan homenajes por todos lados, pero el más directo es con la versión de «El blues de Santa Fe», una cover nada despreciable que mantiene esa esencia tan rebelde y sin edulcorar de la original.
Vamos con el pack que más cuesta tragar. Empieza con «Vampiro torero» y sigue con «Pánico en Benidorm», para terminar (¿por todo lo alto?) con «Cazador de ateos». En esta última digamos que una piensa “menos mal que sólo dura 1:53”, con frases como “qué maricón preocuparse por ballenas” y otras declaraciones que no sorprenden después de que el rockero levantara una cruzada contra los defensores de los derechos animales. No sorprenden, lo dicho, y el compositor tiene todo el derecho de expresarlas, pero siguen hiriendo un poco la sensibilidad de la que aquí escribe.
Después de estos minutos de esfuerzo por escuchar el disco entero y con la esperanza de encontrar una pieza maestra que me devuelva la fe, vienen otros temas con una calidad superior a lo que veníamos escuchando, con un Calamaro músico ante el que quitarse el sombrero. Destacaría «Hasta el cielo» por su sensibilidad brutal y «Que te vaya bonito», impecable versión de José Alfredo Jiménez que deseas que no acabe nunca.
Voy a ser honesta y diré que me han hecho falta varias -bastantes- escuchas para poder escribir esta reseña, ya que no sabía muy bien por donde cogerla. Puede que sea uno de los trabajos más eclécticos de Andrés Calamaro, con tintes canallas y muchos homenajes al rock argentino. Todo unido en un disco que forma una suerte de cajón de sastre, con grabaciones hechas durante varios años, sin pulir demasiado y sin pensar en el qué dirá la crítica (ni los fans). Un disco no apto para todos los oídos y que no entra fácilmente, pero en el que el argentino ha bailado con todos los géneros que ha querido y ha despertado esa faceta blues que siempre viene bien recordar. Globalmente, he de decir que a mí no me ha convencido nada, aunque mis expectativas tampoco eran muy altas.
El lanzamiento del álbum ha coincidido con el final de la gira «Licencia para cantar», que termina con cuatro noches en el Gran Rex de Buenos Aires los días 10, 11, 16 y 17 de diciembre.
No sabemos aún lo que nos esperará próximamente ni cuándo será la gira de presentación de Volumen 11. De momento sabemos que, además de grabar estas 19 canciones de estudio, Andrés Calamaro ha sacado un hueco en su agenda para colaborar en el nuevo disco de duetos de Julio Iglesias. Sí, sí, habéis leído bien. Calamaro cantará con Julio Iglesias. No sabemos lo que nos deparará esa ¿estelar? colaboración, pero desde luego no podemos decir que ‘El Salmón’ ya no nos sorprenda.