diciembre 13, 2024

Rufus Wainwright muestra y convence en Vigo

«Solo Show«, así rezaba el título de la gira que ha acercado al compositor e intérprete Rufus Wainwright a España estos últimos días. Una gira que contaba tan solo con cinco paradas (Girona, Sant Cugat, Gijón, Vigo y Murcia) y que nosotros pudimos disfrutar en al Auditorio Mar de Vigo este pasado martes.

carlos-nunezLa primera sorpresa que nos tenía deparada Rufus Wainwright la descubrimos horas antes del concierto a través de las redes sociales, concretamente a través del Instagram del gaiteiro (y adalid de la música folk) Carlos Nuñez quien sirvió de anfitrión en la ciudad a Wainwright y que acompañó al mismo, tal y como podéis observar en la fotografía que acompaña al texto, a comprar un sombrero tradicional gallego al que posteriormente añadiría también un fajín también perteneciente al traje tradicional. Así, ataviado con monteira y fajín, Rufus Wainwright tomaba el escenario del Mar de Vigo cuando apenas pasaban 10 minutos de las 9 de la noche.

Tras un tímido saludo al público Rufus Wainwright se sentaba ante el piano que presidía el escenario para interpretar al más puro estilo «solo show» ‘Candles‘, el tema escogido para iniciar casi dos horas de concierto; y es que en este primer tema Rufus despojaba su composición de instrumentos y lo interpretaba a capella. Tras el atronador aplauso el músico se excusaba por no llevar más piezas del traje tradicional pero las mismas están hechas a medida y no las había podido encontrar.

Las primeras notas al piano de ‘The Art Teacher‘ ahogaban los aplausos de un auditorio que que se sumía en el silencio para asistir a un concierto donde Rufus Wainwright alternaría el piano con la guitarra acústica y en que recorrería buena parte de su discografía. Una discografía capaz de llenar un auditorio con una heterogénea mezcla de asistentes: desde aquellos que se acercan para asistir a un concierto de un músico clásico que a veces ha jugado con el pop hasta aquellos que ven el otro lado de moneda y que encuentra en Rufus Wainwright a un músico al que el pop se le ha quedado pequeño.

Sea como fuere Rufus Wainwright contentó a la inmensa mayoría de los asistentes a su concierto en Vigo y es que el compositor e intérprete conjunta de manera excelente temas como ‘Les Feux d’Artifice t’Appellent‘ (un aria perteneciente a su primera ópera «Prima Donna«) con temas mucho más pocp como ‘Cigarettes and Chocolate Milk‘ o ‘Martinee Idol‘, un tema dedicado al fallecido River Phoenix y perteneciente al álbum debut de Wainwright del 1998. Encontramos también dos temas pertenecientes a su último trabajo «Take All My Loves» como fueron ‘When Most I Wink‘ y ‘A Woman’s Face‘, la adaptación de los Sonetos 43 y 20 de William Shakespeare, momento que aprovechó entonces para comentar las relaciones entre Shakespeare y Cervantes y además señalar que esa misma noche comenzaría a leer a un nuevo poeta que esa misma mañana le había descubierto Carlos Nuñez: Martín Códax. ¿podremos encontrar en un futuro un disco de adaptaciones de los poemas del escritor gallego de la mano de Rufus Wainwright?

Fotografía de Ricardo Grobas
Fotografía de Ricardo Grobas

El tramo final del concierto nos trajo la esperada ‘California‘ y ‘Gay Messiah‘ pero no la archiconocida versión de Leonard Cohen de ‘Hallelujah‘, una pieza que, como el propio Rufus se encargó de recordar, no tocará hasta que el magnate (racista y misántropo) Donald Trump pierda las elecciones.

Uno de los momentos más especiales llegó en el tramo de bises cuando Rufus tomó por segunda vez el escenario para interpretar ‘Going To A Town‘ poniendo la piel de gallina a los allí presentes y terminar este primer tramo de bises con ‘Poses‘ y una larga ovación que conseguía que Rufus se sentase ante el piano por tercera vez para interpretar ‘La Complainte de la Butte‘ y poner fin a un concierto donde demostró que la cercanía no está reñida con los virtuosismos y que el pop no está enfrentado con la ópera o la música clásica; y es que la grandeza de Rufus Wainwright va más allá de aunar dos mundos, su grandeza es enseñarnos y convencernos que ambos pueden convivir en un mismo concierto.

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