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Todos sabemos que el Sonorama no solo son los conciertos, son el ambiente y ver a muchos colegas que no sueles ver en otros festivales. Pero por mucho que hagan que nos sintamos en casa y en cierto modo por eso mismo, porque nos gusta y porque las criticas no tienen porque ir con ninguna malicia queremos apuntar que no todo ha sido bonito en esta edición.
Sabemos que eso de añadir un día más al festival tiene su punto pero ese recinto reducido, en casi total oscuridad y con venta de sonos y barra colapsadas no era lo que nos apetecía a los que veníamos de un viaje largo y acababan de salir de trabajar unas horas antes.
Lo de los vasos reciclables el año pasado era genial, una gran iniciativa pero la evolución nos asusta un poco, el año pasado se podían devolver y este año nos hemos tenido que olvidar de eso y llevar el vaso con nosotros con la incomodidad que eso conlleva.
El tema de las duchas del Sonorama es ya un clásico festivalero, hasta le tenemos pillado el gusto, pero este año el principal problema en el camping no ha sido ese, han sido unos WC tan gores desde cierta hora que daba miedo mirarlos incluso desde fuera. No ha sido tanto culpa del numero de los famosos «polyklyn» como del mantenimiento por culpa de la empresa de limpieza, pero daba mucho miedo.
Tambien estaría genial un dispositivo de transporte para las mañanas que cada año echamos de menos, ya sean buses directos del festival o un tráfico constante de taxis (los cuales nunca nos cogían el teléfono de la parada, muchas gracias a todos los taxistas del lugar).
Por último apuntar que ha sido un poco caos para la prensa los líos con el acceso a la zona de prensa, no estaría mal una zona de prensa donde poder trabajar a la hora que sea, descansar o simplemente cargar el móvil y subir por wifi algo de material a redes (aunque fuese subir las típicas fotos de los escenarios desde lejos).
Son ya muchos años y no nos cansamos del Sonorama, pero al igual que otros muchos esperamos que el festival sepa aprender de sus errores y disfrutar de un Sonorama Ribera 2015 mejor, no decimos que estuviese mal, todos los festivales tienen ediciones mejores o peores y este no ha tenido su mejor año. Aún así no se nos quitan las ganas de volver año tras año.
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