A principios de la década de los 90, la aislada población americana de Ruston se veía sacudida por las transmisiones de la KLPI 89.1, una humilde emisora local de radio que, dirigida por universitarios, introducía la más abundante variedad musical en “una pequeña ciudad que apenas había evolucionado más allá de los 50”. Fue alrededor de este oasis en un desierto musical donde Robert Schneider, Will Cullen Hart, Jeff Mangum y Bill Doss, cuatro jóvenes habituales de la casi inexistente escena independiente de la pequeña localidad de Lousiana, prendían la mecha de lo que se convertiría en uno de los movimientos underground más importante de la década.
Profundamente influenciados por el sonido de los Beatles, Velvet Underground y otros grupos del pop y la psicodelia sesenteros, los cuatro amigos empezarían a crear maquetas caseras con una grabadora de 4 pistas alquilada, adquiriendo así el toque lo-fi y el gusto por lo experimental que caracterizaría ya para siempre el resto de sus proyectos. Sin embargo, no fue hasta que los amigos se esparcieron a través de los Estados Unidos cuando, uniendo las bandas de Schneider en Denver (The Apples in Stereo) y los restantes Hart, Mangum y Doss en Athens (Olivia Tremor Control, Neutral Milk Hotel), crearon la compañía Elephant 6 Recording Co., con la que The Apples in Stereo lanzaba su primer single oficial en 1993.
Aunque ya desde sus etapas más prematuras el “sello” actuaría como padrino de diversas bandas a través del territorio estadounidense, éste nunca fue creado con la intención de ser una empresa seria. De hecho, la mayoría de bandas usaban el respaldo de Elephant 6 como lanzadera para firmar con discográficas de mayor tamaño y alcance. Ante todo, Elephant 6 era una familia, un colectivo que servía como refugio de todos eso músicos que huían del grunge y el garage rock de su época, llevando sus exploraciones más allá de los límites sonoros que separan unos géneros musicales de otros. Este sentimiento de camaradería se hacía patente en el libre movimiento de miembros entre las diferentes bandas del colectivo, lo que daba lugar a una confusa amalgama de músicos y bandas en continua transmutación.
Precisamente es esta ambigüedad y falta de definición que rodeaba al colectivo uno de los factores que más ha contribuido a que hoy Elephant 6 se considere como una auténtica leyenda de la música independiente. Tan sólo basta con visitar su página web, la cual apenas cuenta con un logo sobre fondo negro y unos cuantos artículos en venta, para empezar a plantearse preguntas que solo pueden ser respondidas con las divagaciones y especulaciones de los cientos de fans que proliferan en los blogs y foros de todo el mundo. Este misticismo también rodea a algunos de sus álbumes más importantes, como lo es el beatle-esque álbum debut de Olivia Tremor Control, “The Unrealized Film Script: Dusk at Cubist Castle” así como “In the Aeroplane Over The Sea” el aclamado segundo LP de Neutral Milk Hotel, basado en su mayoría en el diario de Ana Frank. Ambas bandas continúan actuando de manera esporádica, como es el caso de Neutral Milk Hotel, que visitó Barcelona en la pasada edición del Primavera Sound, aunque ninguna ha vuelto a lanzar material (al menos bajo el mismo nombre) desde finales de los noventa, lo que contribuye a la mitificación de su escasa discografía.
Bien mirado, esta manera de trabajar puede ser considerada más como una muestra de su excentricidad que como un intento deliberado de mantener su misticismo. En una época en la no queda de la música independiente más que el nombre, los componentes de Elephant 6 representan una clase de libertad que es difícil de encontrar en la industria musical de nuestros días. A pesar de su progresiva disolución como entidad tras la entrada del nuevo milenio, el espíritu del colectivo está todavía presente en grupos como Of Montreal, Elf Power y Dressy Bessy, bandas que, veinte años después, continúan portando la llama del espíritu independiente de Elephant 6; siempre en la mitad del cartel, siempre manteniendo su libertad de creación.
Pese a que la figura de Elephant 6 ha sido injustamente tratada por la historia, la influencia del colectivo en la historia de la música independiente es sin duda de una importancia indiscutible. El sello fue uno de los mayores responsables de la revitalización de la psicodelia americana, uniendo dispares influencias que abarcaban desde los melódicos Beach Boys hasta los ruidosos Sonic Youth y probablemente sin su ejemplo hoy no podríamos escuchar sonidos como los de Ty Segall, Ariel Pink, Animal Collective o Sufjan Stevens. Esta pandilla de jóvenes excéntricos cambió con su filosofía el rumbo de la música de su tiempo, estableciendo una leyenda que suena a disparates, a elefantes, a máquinas de escribir y a Ana Frank; una leyenda que aún hoy resuena entre los quejidos de Mangum y el sonido de sus sierras musicales y que, esperemos, seguirá resonando e inspirando por mucho tiempo.