por Luis Brea se trata de un artista consolidado, que lleva dos décadas en el mundo de la música y cinco años con su proyecto homónimo en solitario. Ahora hablamos con él con motivo de su más reciente álbum, «Luis Brea y El Miedo«, en una conversación que nos hace plantearnos qué nos impide hacer lo que queremos y lo fundamental que es no imponerse límites, ni en la música ni en ningún ámbito.
(Pregunta) Personalmente pienso que las portadas van ligadas al estilo del álbum, una especie de sinestesia: los colores de los temas corresponden con lo que veo en la portada, pero no es este caso. ¿A qué se debe la elección de esta portada que podría evocar intimismo lírico y melódico para encontrar lo contrario?
(Respuesta) Cuando hice el disco hablé con un diseñador, no había trabajado con él pero confiaba en su criterio. Le conté lo que el disco significaba para mí, que sobre todo son canciones que muestran la mirada de un niño, con los arreglos justos… Él decidió hacer un taller con niños, que son los que hicieron los dibujos que hay dentro del disco. Entonces uno de esos niños escribió “Luis Brea y el Miedo” en una pizarra, él le hizo una fotografía y nos pareció que tenía sentido. Era la mirada inocente que tenía una la niña del disco. Así que la portada la eligió ella más que nosotros (Risas)
(P) Comparado con tu trabajo anterior, “Hipotenusa”, este disco se ve más directo, con menos artificios electrónicos, menos samples… ¿Cómo el proceso de composición de este disco en comparación con el anterior y qué te llevó a elegir un sonido más concreto?
(R) En “Hipotenusa” delegué más el trabajo de producción en Jorge Martí, que era el que trabajaba conmigo. Él estaba descubriendo todo el mundo de samples. Yo llevaba las canciones más desnudas y dejaba que las orientara en ese estilo. En “Luis Brea y el Miedo” yo he tomado el rumbo de la producción, aunque ha sido un trabajo en el que hemos colaborado varios. Me apetecía más participar, que las canciones fueran más rápidas, tuvieran más energía… Nos costó ponernos de acuerdo al principio para ver la continuación de “Hipotenusa” hasta ahora pero estamos muy contentos con el resultado.
(P) A nivel lírico encontramos una temática costumbrista: nos podemos sentir identificados por nombres, lugares o la cercanía con la que te expresas. ¿Cómo es el proceso por el que escribes las letras?
(R) Yo voy tomando notas de cosas que tienen sentido para mí, imágenes que me molan…Cuando tengo un espacio de tiempo para ordenarlas, me pongo con ellas y se van como ordenando solas. Hay otras veces en las que las letras salen del tirón, como ‘Dicen Por Ahí’, ‘Automáticamente’… Las que son más detallistas o costumbristas como dices a lo mejor surgen de otra forma. Pero esta es mi forma habitual de trabajo.
(P) ¿Te personalizas en tus letras?
(R) Hay cosas que me han pasado, cosas que le han pasado a otra persona y cosas que me gustaría que me pasaran (Risas).
(P) Esto tiene relación a que hay letras como en ‘El Verano del Incendio’, ‘Mil Razones’ o ‘After Crisálida’ en las que te encontramos arrepentido y dolorido: te levantas y te encuentras al lado de alguien del que te arrepientes haber estado. Pero luego en ‘Singles’ te encontramos hablando de cómo echas de menos a una mujer y cómo la quieres. ¿Estamos siempre hablando de una misma persona?
(R) Es posible que estemos hablando de una misma persona, o de distintas. Todos hemos vivido en muchas ocasiones un desengaño o al acostarte con alguien un arrepentimiento. No hace falta que sean diferentes personas, es perfectamente compatible.
(P) ¿Este podría ser el origen del miedo que pones de manifiesto en el álbum, el amor y el desengaño?
(R) El título del disco es un poco extraño, estoy descubriendo el sentido a medida que hago entrevistas. El otro día hablé con Jorge, pensaba que el título era una cosa que se me había ocurrido a mí pero me dijo que era una cosa que me comentó y de la que no me acordaba. Este “miedo” del que habló es un miedo primario, el que nos impide hacer cosas que queremos hacer, a lo mejor por lo que puedan pensar los demás, por lo que tenemos dentro… También podría ser el miedo a hacer determinadas cosas en la música.
(P) Quería preguntarte sobre ‘Dicen Por Ahí’: Al final encontramos a una mujer jodida porque su hombre la ha abandonado. En este disco encontramos el punto de vista de esta mujer. ¿Te sientes identificado con tu personaje?
(R) No me había parado a pensarlo, pero en ‘Dicen Por Ahí’ tengo identificado de donde viene. En ese momento estaba descubriendo YouTube y me encontré viendo una actuación de María Jiménez en un programa de Lauren Postigo. Empecé a darle vueltas a algo que hablara sobre María Jiménez y su relación con su marido y casi me meto en un follón (Risas). Pero coincidió en ese momento que dos parejas que conocía habían roto, y de algún modo fueron las cosas en paralelo, la canción se empezó a desarrollar en ese contexto. Luego, si hay una continuidad con respecto a otras canciones, tal vez se me haya ido la pinza en ese sentido, pero no fue la intención.
(P) ¿Qué podrías señalar como algo propio de tu producción que hace que te diferencies del resto?
(R) Creo que lo que más me distingue puede ser mi forma personal de escribir las cosas. Musicalmente hay una evolución en la que no me pongo límites musicales, pero sí tengo muy claro la línea que quiero seguir más o menos con las letras, esa visión hiperrealista o costumbrista.
(P) Escuchando tu producción me doy cuenta de que me recuerdas a Beck por lo aparentemente ecléctico de tu obra y, en “Hipotenusa” sobre todo, a Fangoria en sus comienzos cuando jugaban con algo de trip-hop y detalles electrónicos. ¿A quién señalarías como influencias importantes a lo largo de tu carrera?
(R) Lo de Beck me lo habían comentado, porque yo creo las canciones con mi guitarra y mis letras en mi habitación. He pasado por muchos campos. Empecé escuchando a Queen, luego pasé toda mi adolescencia escuchando metal, desde el más californiano y glamuroso hasta los Stone Roses. He ido descubriendo yo la música a mi ritmo. En esa época quién más me influyó fue Led Zeppelin, pero el grupo que más me ha calado es The Velvet Underground. Cuando entré ahí me quedé mucho tiempo ahí (Risas).
(P) ¿Cómo fueron tus comienzos?
(R) Tuve una formación clásica desde pequeño, de la cual reniego, pero luego me vuelvo a enganchar y empiezo a tocar canciones de heavy en casa. Mi primera banda seria fue en el 95-96 y hacíamos shoegaze. Nos llamábamos Los Hijos de Han Solo y hacíamos versiones de Sonic Youth, My Bloody Valentine… Hicimos un EP de tres temas y algo de material que no se editó pero que tal vez editemos ahora.
Luego en 2001 cambio de tercio y hago un grupo que empezó haciendo versiones de Los Brincos para luego ir evolucionando al indie. Estuvimos diez años y luego empecé mi proyecto en solitario como Luis Brea a partir de 2010. Hay un espacio de tiempo en el que hago un proyecto que se llama Aviación Española que apenas duró unos meses. Voy un poco a mi bola y no tengo miedo de ponerme límites musicales.
(P) Este viernes tienes un concierto en Barcelona, luego en Madrid, Huesca, Granada… ¿Cómo planteas estos conciertos? ¿La gente está reaccionando bien al disco?
(R) Pues la gente está muy contenta con el disco. Estos conciertos lo planteamos como algo muy enérgico. Hay muchas etapas dentro del directo, una dinámica. Nos centramos más en el nuevo disco pero hay cosas de “Hipotenusa”, que hemos arreglado para que no se alejen demasiado en directo. Llevamos haciendo conciertos desde marzo, y esto es una continuación. Tuvimos un descanso para hacer ahora salas en invierno y para preparar todos los festivales que vengan en verano. Pero no hay diferencias entre salas y festivales. Somos cuatro hombres bastantes fuertes derrochando energía en un escenario (Risas).
