marzo 29, 2024

Dreambeach 2015: lo que parecía que iba a ser y no fue (II)

Tras un viernes muy, pero que muy agotador, nos tocaba afrontar lo que sería la última jornada de lo que estaba siendo toda una revelación: Dreambeach llegaba a su fin.

El sábado del festival, prometía dejarnos sin aliento, y es que nada más y nada menos, empezamos con una de los sets más prometedores de la jornada: Paul Kalkbpaul kalkbrennerrenner.

El set del dj y productor alemán fue uno de los más punteros del Dreams Tent en la jornada del sábado. Y es que además, siendo uno de los primeros de la jornada, la carpa estaba a rebosar de público con ganas de darlo todo, con un ambiente inigualable.

El siguiente al que le llegó el turno en el Stage principal fue a Sub Focus, que tras haber presenciado su show en 2014 en el FIB de Benicássim, sabíamos que no iba a defraudarnos, y así fue, no lo hizo, y el público del Dreambeach lo notó.

Los que si parecían un poco defraudados eran aquellos que habían presenciado el show de la ‘dj’ Madds, una modelo que al parecer ha conseguido el éxito gracias a una marca de gafas que está pegando demasiado fuerte. Pero lo de pinchar no es lo suyo al parecer.

Sub focus

Los siguientes a los que pudimos presenciar con algo de retraso, fueron Nero. Fue una gran decepción, que no nos enteráramos (no sé si quizás por nuestra propia falta de atención, o porque el grupo no avisó) de el cambio de Live a DJ Set. Y es una pena la verdad, ya que nos apetecía muchísimo presenciar ese Live.

Los que sí que hicieron un gran Live en el Dream Tents fueron Damian Lazarus & The Ancient Moons. Sinceramente no los había escuchado demasiado antes, pero tenía una gran curiosidad en ver aquel Live. Y no me defraudaron, fue un buen directo, aunque a veces, se hacía algo lento pero sin ser aburrido. Además de nuevo, el ambiente que se respiraba en la Dream Tents, era bastante mejor que en cualquier otro escenario a esa misma hora.

Y aunque no apetecía demasiado, pudimos presenciar los últimos minutos de Nicky Romero, quizás lo poco que me gustó durante toda la jornada de electrónica comercial (la palabra EDM ya cansa). Llegué justo cuando el holandés estaba despidiéndose con ‘Lighthouse‘ y ‘Warriors‘, con pirotecnia incluída, cosa que pegaba bastante con el set y con ese gran escenario del Dreambeach.

Nicky Romero

Y bueno, llegaba el turno para lo que menos gustó de la noche. El gran Deorro, o también llamado «el que si lo sé me lo ahorro» o «Deorrible». Hizo un set bastante tedioso, tirando de estribillos conocidos o temas muy trillados (sonó hasta ‘Internet Friends‘) acompañados de un big room bastante… Cómo decirlo de forma suave… repugnante. Fue un set eterno, del cual no quería marcharme para ver como se hacían solas esas mezclas horribles mientras que el mexicano levantaba los brazos (si, si, superpoderes, ahora las sesiones se mezclan solas). Para terminar de hacer que su sesión nos encantara, Deorro nos deleitó con una muestra de cultura musical pinchando como broche final ‘El Perdón‘ de Nicky Jam. Maravilloso todo. Menos mal que no era el único asqueado con esta situación, y se escuchaban suspiros de indignación entre todo el público del Dreambeach.

Tras este bajón musical, quizás deberíamos habernos ido a casa, pero no. Quisimos aguantar hasta que llegara el gran Armin Van Buuren al escenario principal del Dreambeach. No sé para qué.

El ‘dios’ del trance me decepcionó. Y es que la verdad es poco trance ya el que Armin lleva encima del escenario. Da la sensación de que toda su sesión fue una máquina perfectamente engrasada, pero que funciona de forma automática, sin una pizca de iArminngenio o creatividad. Aunque de las pocas sorpresas que nos llevamos fue de la aparición de Mr. Probz para cantar en directo ‘Another you‘ y ‘Waves’. También sonó  ‘Are you with me‘ entre otras. Lo que si hay que destacar es que el sonido de Armin fue el mejor de todo el festival, superando incluso al de Norman Cook. Y no sé si el trance en Armin ha muerto, pero lo que si se le ve es disfrutar, y mientras que alguien disfruta y es feliz, lo demás debería ser secundario. Y así terminamos el festival, con un sabor agridulce, pero con una sonrisa y con un amanecer con el que abandonábamos Dreambeach Villaricos hasta dentro de un año.

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