El mundo de los djs lleva tiempo decayendo gracias a la imagen que se da de estos y cada vez son más los famosillos que se suben al carro, como hacen en el pop los pseudocantantes salidos de programas de TV basura y hará el bisnieto de Isabel Pantoja. Nos sorprende lo que celebrities como Paris Hilton pueden llegar a cobrar por un show, en el que se limita a introducir un USB en un portatil y animar el cotarro con sus bailes dignos de go-gó trasnochada.
Hace poco, reconocía en una entrevista en el New York Post haber llegado a cobrar 1 millón de dólares por show, lo que nos lleva a preguntarnos qué está pasando aquí y si realmente se paga por trabajo realizado o por imagen. Y lo que es peor, por qué no resurgen cada día miles de Change.org liderados por DJs (de verdad) en los que exijan la dimisión de esta clase de personajes del mundillo que tan mala imagen dan al sector.