El pasado viernes, la Fábrica de Chocolate de Vigo acogió una velada que difícilmente pasará desapercibida para los amantes de la música. Querido, la banda que se ha ganado el reconocimiento como una de las grandes promesas del pop alternativo gallego, ofreció un concierto pero cargado de emoción. Con un repertorio que mezcló canciones de su primer álbum, «Una Nueva Esperanza IV«, y versiones, el grupo confirmó que el apellido Ferreiro no es su única carta de presentación.
La noche comenzó con la actuación de Castillo, proyecto del músico vigués Luis del Castillo, quien presentó temas de su álbum debut «Let the Moon Kill the Sun«. Con una propuesta íntima y cuidada, Castillo ofreció un viaje sonoro que exploró las emociones humanas acompañado de su guitarra y su armónica.
Castillo conquistó al público con temas como ‘Make This World Stop Turning‘ y ‘Thunder‘. Aunque el público parecía no estar del todo familiarizado con su nombre, su interpretación dejó claro que es un artista a seguir en la escena local.
Con la sala rozando casi el lleno, Querido subió al escenario con una energía que conectó de inmediato con el público. Desde los primeros acordes, quedó claro que la banda mejora significativamente en directo respecto a las versiones de sus canciones disponibles en plataformas digitales.
Andrés Ferreiro, voz principal, lideró la noche con una conexión realmente especial con los asistentes, pero Querido es algo más que el tono y el apellido Ferreiro, ya que la banda lograba crear un ambiente que oscilaba entre la familiaridad de estar «en casa» y la ambición de llegar más lejos.
Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con la interpretación de ‘La Gata Bajo la Lluvia,’ dedicada por Sergio Puga, bajista de la banda, a la madre del cantante. El gesto se sintió como un abrazo colectivo entre banda y audiencia.
El repertorio de Querido no se limitó a las canciones de su disco debut. Sorprendieron con versiones de artistas que claramente han influido en su carrera. Uno de los momentos más especiales del concierto llego con ‘Al Otro Lado del Atlántico‘, interpretada junto a Lucas Ferreiro, hermano de Andrés, quien se unió al escenario en un gesto cargado de complicidad familiar.
Además, la banda rindió homenaje a Los Piratas con ‘Filofobia‘, y a Galerna con ‘Cap. 8‘. Los vascos, apadrinados por McEnroe, han compartido escenario con Querido en ocasiones anteriores. Estas versiones demostraron que Querido no solo respeta sus raíces, sino que también las abraza con elegancia.
A pesar de los comentarios que rodean a Andrés Ferreiro por su herencia musical (siendo hijo de Iván Ferreiro), Querido mostró que está trabajando para construir su propia identidad. Aunque la comparación con su padre sigue presente, cada concierto, incluido el del pasado viernes, demuestra que la banda está en un camino claro hacia la consolidación de un sonido único.
Con «Una Nueva Esperanza IV» como bandera, Querido ha demostrado que puede navegar entre la nostalgia de la herencia y sus nuevas propuestas, ganándose a un público que espera ansioso por ver hasta dónde pueden llegar. La noche en la Fábrica de Chocolate fue un paso más en esa dirección: un recordatorio de que las grandes historias no solo nacen en un bar, sino que también se escriben sobre el escenario.