El pasado viernes, Red Moon Yard, la primera banda de rock budista, volvió a hacer historia al colgar el cartel de ‘sold out’ en la emblemática sala Joy Eslava, reuniendo a más de 700 personas en un evento único. Este es el segundo lleno consecutivo de la banda en menos de seis meses, tras su exitoso concierto en WiZink Center en abril. Un hecho insólito para una banda con menos de un año de vida y un único disco en el mercado, «Pureland«.
El concierto del viernes comenzó con una proyección única del maestro Lama Zopa Rinpoche, cuyo mensaje subrayó el propósito más profundo de la banda: la interdependencia y la conexión humana. “Nuestra felicidad depende de vuestra gentileza que venís a escucharnos. Sin los demás, la vida de un individuo no existe”, recordó Lama Zopa, destacando el papel del público en la experiencia de la banda. Red Moon Yard no sólo ofrece música, sino una experiencia que fusiona la fuerza del rock con elementos introspectivos, invitando a sus seguidores a la reflexión personal y al crecimiento espiritual.
Uno de los momentos más emotivos de la noche ocurrió cuando, en mitad del concierto, el escenario quedó completamente a oscuras. Marcos Fermoselle, líder de la banda, pidió al público que iluminara la sala con sus móviles mientras sonaba el ‘Mantra de Shakyamuni‘, un canto espiritual dedicado a Buda. Este mantra, interpretado en el disco por Khadro La, una figura clave del budismo actual y oráculo de Su Santidad el Dalai Lama, envolvió a la sala en una atmósfera mágica y poderosa.
Red Moon Yard presentó, además, cuatro temas inéditos que formarán parte de su próximo álbum, previsto para 2025: ‘Hang Out‘, ‘Lama Song‘, ‘Hey Mo‘ y ‘Kappa 4‘. Estos nuevos temas, que mantienen la esencia introspectiva y energética de la banda, fueron recibidos con gran entusiasmo por el público, generando expectación para lo que será su segundo disco.
El final del concierto fue coronado con la participación sorpresa de Marilia, del icónico dúo Ella Baila Sola, quien se unió a la banda para interpretar ‘Weird Song‘. Su presencia fue uno de los grandes momentos de la noche, creando una conexión aún más profunda entre la banda y su audiencia.