por «Tan solo es agua, ¡se chove, que chova!«, ese fue el mantra al que Carolina Durante se encomendó para despedir las coruñesas Fiestas de María Pita porque sí amigos, las fiestas se despidieron pasadas por agua, cosa que dio bastante igual a los seguidores de la banda que desde horas antes del inicio se agolpaban en las primeras filas (aunque es cierto que deslució la foto final).
A las 22.00 horas con un aguacero más propio del otoño el escenario de María Pita seguía vacío; minutos más tarde (casi 10) sonaba el Miudiño y todos nos mirábamos un tanto atónitos, que vale es un cariño pero no veo a Novedades Carminha o a La Pegatina arrancándose con un chotis en las Fiestas de San Isidro, con la camiseta de la selección galega que vestía David hubiese bastado pero, vamos, que tampoco seremos nosotros quienes nos quejemos. La lluvia amainaba y los últimos compases de la emblemática canción se fundían con los primeros de ‘Aaaaaa#$!&‘ y ya nadie se acordaba del día de mierda y la gente ya no quería romper cosas sino bailar al ritmo enfervorecido de los madrileños.
Pero no fueron los únicos guiños a Galicia y es que los madrileños dedicaron ‘La Noche de los Muerto Vivientes‘ a Triangulo de Amor Bizarro… vamos, que se ganaron al público desde los primeros compases. Sabiéndose triunfadores y lanzaron a por un concierto sin apenas pausa más allá de la presentación de sus temas o la parada para que Mario pudiese ir al baño, y es que cuando las ganas aprietan, aprietan.
‘No Tan Jóvenes‘ precedía a uno de los temas más coreados de la noche ‘Perdona (Ahora Sí Que Sí)‘ que sonaba sin la presencia de Amaia pero sin duda mucho más rabioso. Sin tiempo para presentaciones David preguntaba como se dice eso de «uno, dos, tres, cuatro» en galego, todos sabíamos quien llegaba a la plaza pero Cayetano, cual Pokémon, ha evolucionado ya que ahora «vota a Vox, antes a Ciudadanos«, está claro que al partido de Arrimadas le quedan menos de dos canciones porque sabemos que Día Sexto siempre la recordará.
‘Famoso en Tres Calles‘ ponía el punto final a un concierto frenético. Triunfales y sin bises los madrileños se despedían de Coruña al ritmo de «otra, otra«, para muchos un final abrupto para nosotros coherente con el discurso y las formas de Carolina Durante quienes capearon la tempestad siendo ellos la tormenta.
