enero 23, 2025

Soplamos la velas con Ambkor

Si hace unos años alguien me dice que terminaré en un concierto de hip-hop, sinceramente, me lo hubiese tomado como una broma; pero han pasado los años y ahí estamos, en una Sala Rouge abarrotada de jóvenes (y no tan jóvenes) que quieren escuchar a uno de los referentes dentro del rap melódico estatal: Ambkor.

El Lobo Negro llegaba a Vigo para presentar su último trabajo, «Nudos«, en un concierto muy especial y es que Oscar (aka Ambkor) celebraba su cumpleaños, por primera vez, lejos de caja y sobre un escenario en, posiblemente, uno de los conciertos más atípicos de la gira. Una montaña rusa de canciones, sorpresas, bromas y sentimientos.

 Con una propuesta que se aleja del gangsta rap tan habitual de los 90 Ambkor ha preferido hablar en sus letras de emociones, miedos y sentimientos, una propuesta que le ha llevado sin duda a conectar con el público ya que cualquiera de nosotros, cualquiera de los presentes en la sala podemos encontrarnos reflejados en sus rimas. Sus ‘Recuerdos‘, su ‘Miedo‘, son tanto parte de su pasado como del nuestro, o incluso de nuestro presente, sentimientos universales que en algún momento todos hemos transitado.

Ambkor se ha convertido en ese bufón que señalaba a los ricos de la corte sus errores pero que lo ha hecho de tal manera que nadie pide su cabeza; todo lo contrario, que lo ha aupado a la cumbre. Ambkor, y su equipo, han conseguido que su mensaje cale desde la coherencia a base de trabajo y esfuerzo, y es que como él mismo dice: luchar por uno mismo es lo más cuerdo que podemos hacer dentro de nuestra locura.

Comenzaba la noche con ‘Hola‘ y como no podía ser de otra manera, se despedía con un ‘Adiós‘, que esperemos que suene a hasta la vista. En el medio tartas y chupitos, velas y cumpleaños, lágrimas mientras se proyectaba un vídeo en el que compañeros de profesión y familia felicitaban a Óscar el cumpleaños. Recuerdos y sentimientos flor de piel marcaron el camino de un concierto que para muchos quedará en el recuerdo como un tiempo feliz que duró un segundo.

Por cierto, aunque al igual que a Jordan, a Ambkor le hubiese gustado vestir el 23 en su espalda las velas a soplar eran 33; lejos de ser un drama es felicidad, felicidad de superar los malos momentos, felicidad por despertarse y luchar cada días por los sueños, por subirse a un escenario para hacer lo que más le gusta: lanzar barras y fundirse con el público.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *