por Muchas veces nos preguntamos si es más importante el talento o la suerte. Posiblemente una combinación de ambas regadas con una gran cantidad de trabajo es lo que ha convertido a Shinova en una de esas bandas que disco a disco, y concierto a concierto, han crecido exponencialmente.
La pasada semana los vitorianos llegaban a Galicia dentro de la iniciativa Directos Vibra Mahou con dos paradas en la comunidad: la primera el viernes en la Sala Karma de Pontevedra y al día siguiente en O Pantalán de Coruña, en las que colgaban el cartel de “no hay entradas” demostrando así la gran acogida de su último trabajo, “La Buena Suerte”.
Sobre el escenario los de Berriz muestran la seguridad del guerrero curtido en mil batallas, y es que por ejemplo, a Galicia, llegaban con la baja de Ander, positivo en COVID que se tenía que quedar en casa convirtiendo así en cuarteto a la formación. Lejos de bajar intensidad la banda cumplió con lo pactado: una imponente presencia (liderada por los maniqueísmos de Gabriel) y un concierto convertido en discurso narrativo en el que navegamos por la discografía de la banda. Y es que los vascos tienen ese escaso don de convertir sus conciertos en algo más, juegan con el intangible de su presencia y forma (posiblemente en un recinto mayor que Sala Karma incluso con la puesta en escena).
Suenan rotundos, empastados, sin fisuras… combinan a la perfección la aplastante batería de Frou con la caricia de temas como ‘Volver’, ‘Doce Meses’ o ‘Si No es Contigo’. Un puzzle que encaja sin formar ninguna de sus piezas, un concierto sin grietas pero ¿queréis la verdad? Demasiado lejano para mí. Sin duda Shinova pueden colocarse ante salas llenas hasta la bandera para que el público coree sus temas de principio y es que la comunión con el público es total. La banda da a sus fans, desde niños a mayores como se demostraba en las primeras filas, lo que ellos quieren y eso, en cierta medida, es impagable. Como lo es compartir con el cantante de tu banda favorita los versos que conforman la canción de tu vida.
