Sin duda ha sido uno de los años más polémicos del festival, un veinticinco aniversario que de antemano sabríamos que sería «nada especial» según la misma organización del festival nos informaba hace ya un año. Sin embargo el FIB es mucho festival y pese a la baja asistencia de público, la invasión del festival por parte del público nacional o el cartel aparentemente «flojo»… supo ofrecer una experiencia inolvidable como cada año.
Desde los días previos se podía ver venir la baja asistencia de público cuando el segundo camping no empezó a llenarse hasta el mismo jueves cuando habitualmente el martes o miercoles ya podemos ver como pasa esto. Llevamos varios años viendo como el acento inglés cada vez se aleja más del FIB pese a seguir siendo el festival más «guiri» de nuestro calendario. Este año la tendencia llegó a su máximo exponente siendo una de las poquísimas veces que un grupo nacional ha encabezado el cartel del festival.
En este contexto hemos vivido el mayor punto de inflexión del festival en su historia, momento en el que The Music Republic se ha lanzado a incorporar el festival a su cartera con la intención de revitalizar al festival. Según ellos mismos informan su intención es mantener la esencia del FIB y volver a competir en el panorama internacional como una fecha marcada en el calendario para el público internacional y nacional.
Para los asistentes veteranos al festival ha sido un año «raro», un año con muchos cambios que van desde el recinto y escenarios hasta la forma de pago y el público. Pero un año más en el que la esencia del FIB (aunque algo desdibujada) se ha mantenido por encima de todo con un cartel donde pudimos ver como más grupos nacionales de lo habitual se abrían hueco entre grupos internacionales que no es fácil encontrar de gira por nuestro país mas allá del FIB.
En cuanto a lo musical todo trascurrió según lo esperado menos algún retraso puntual y la cancelación del concierto de Bakermat debido a problemas en el aeropuerto. Tengo que hacer una mención especial al último día, uno de los mas animados para los asistentes nacionales y cuyo broche de oro corrió de la mano de Vetusta Morla, dejándonos a todos boquiabiertos con su concierto aniversario de «Un día en el mundo».
Un año convulso que el festival ha sabido superar aunque para ello fuese necesaria su venta. Ahora nos queda un año para saber como será el «nuevo» Festival Internacional de Benicasim y que sorpresas nos traerá.