Los Punsetes es una de las bandas españolas que más controversia ha creado en los últimos tiempos. Adoradores y detractores aparecen bajo las piedras cada vez que se menciona el nombre de los madrileños y el debate está abierto. Así que decidimos abandonar nuestro rol de asistentes y tomar cartas en el debate. Para ello el pasado viernes nos acercábamos a Radar Estudios para asistir al concierto de la banda.
Como cabía esperar la sala presentaba una entrada más que interesante y es que la visitas de los madrileños a estas tierras se pueden contar con los dedos de una mano. La anterior había sido formando parte del cartel de la última edición del Festival V de Valarés allá por el mes de agosto.
A las 21.45 horas Los Punsetes hacían suyo el escenario de Radar entre los nervios y el morbo de los asistentes al concierto. Debo reconocer que en un primer momento las dudas se apoderaron de mí, espera algo más impactante… tras decenas de fotos, cientos de comentarios y alguna exposición itinerante esperaba una puesta en escena mucho más impacte así que un poco decepcionado comencé un concierto que se abría con ‘Matadero‘ y continuaba con ‘Humanizando los Polígonos‘ y ‘Mabuse‘ que acortaba la distancia entre público y banda porque sí, en la cálida primavera olivica Los Punsetes habían comenzado realmente fríos.
Así poco a poco no solo recorrimos «¡Viva!» sino que nos adentramos en los trabajos anteriores de la bandas; así visitamos en varias ocasiones su anteriores «Una Montaña es una Montaña«, «LPIV» y como no podría ser de otra manera también aquel maravilloso debut de 2010 titulado «LP2» de la mano de ‘Tus Amigos‘ que desataba la locura entre buena parte de los asistentes.
Cuando un par de horas después del concierto, tras los primeros comentarios y reflexiones en caliente, con un poco de calma repasas el set-list de los madrileños y descubres como en menos de una década son capaces de componer un concierto en 22 temas entre los que ya se encuentran grandes himnos como ‘Tus Amigos‘, ‘Opinión de Mierda‘ o el propio ‘¡Viva!‘ que acompañaran a la banda a lo largo de toda su carrera. Y es que los temas de Los Punsetes rezuman mucho sarcasmo y muy mala hostia, posiblemente por eso nos gusten tarde, porque al final todos queremos decir que nos nos importa tu opinión o que tu grupo es ni más ni menos que una mierda que no somos capaces de soportar. Por estos detalles Los Punsetes nos atrapan, por ser políticamente incorrecto a la par que riquiños (que diríamos por estas tierras).
Sin duda Los Punsetes se mueven con sabiduría entre el shoegaze de Slowdive y el pop de Los Planetas una conjunción perfecta que teóricamente tendría que enganchar y enamorarme, convertirme en uno de más del grupo de adoradores de la banda pero hay algo… Hay algo que me produce rechazo y muy posiblemente se deba a su puesta en escena. Conozco su planteamiento, sus objetivos y su propósito pero soy de esas raros que consideran que los directos tienen que aportar algo más que los disco porque entonces ¿qué necesidad tendría yo de pagar 15 euros para colocarme de pie rodeado de un grupo de desconocidos que no me caen ni medianamente bien para presenciar algo que puedo disfrutar con toda la comodidad de mi sofá mientras me bebo un maravilloso Albariño?
Los Punsetes son contradicción entre melodías y letras, entre los colores que destila Ariadna con su inmovilidad objetivo de todas las miradas. Los Punsetes me atrapan con la misma fuerza con la que los aborrezco y es que la virtud está en el término medio entre quienes los adoran y quienes los detestan, la virtud está en quererlos y detestarlos a partes iguales.