Termina la última canción, resuenan los últimos aplausos y en tu cabeza ya está la estructura de cómo y de qué va a hablar. Es así, fácil, cuestión de entrenamiento hasta cierto punto pero sucede que a veces, como el pasado sábado, cuando esos aplausos aún resuenan, tú continuas sumergido en la música que hace minutos lo cubría todo. Este podía ser un gran resumen de lo que Slowdive es capaz de conseguir. Un resumen algo simplista quizás pero una verdad incuestionable.
El pasado sábado en el Hall del Auditorio Mar de Vigo se procedía a la presentación del Super Bock Under Fest, el nuevo festival que se celebrará los próximos 23 y 24 de marzo en diferentes espacios de Vigo con la colaboración de la cervecera lusa Super Bock y que acercará a la ciudad de la Rías Baixas a una buena selección musical no solo nacional sino también internacional. Un cartel que os hemos ido desgranando a lo largo de los últimos meses en Hispterian Circus. Así, a las 21.30 horas, daba el pistoletazo de salida el Super Bock Under Fest con la presencia en el escenario de los parisinos Dead Sea.
Muy posiblemente la mayoría de los presentes no sabíamos demasiado bien quienes eran Dead Sea pero ¿cómo se supone que vas a conocer a una banda que no ha editado aún ni su primer EP? Con tan solo dos singles en el mercado, ‘Lotion‘ y ‘8.50‘, han conseguido acompañar a una banda de culto como Slowdive en su gira europea. Pop melódico con gran carga electrónica, melodías bailables, una voz y una actitud que conseguían que los allí presentes pausasen sus conversaciones y centrasen su atención sobre un escenario bañado por colores rosas que dotaban a la banda de una apariencia naïf que acompañaba a sus temas.
Será en primavera cuando llegue el primer trabajo de este cuarteto parisino, un álbum que ya estamos deseando escuchar y desgranar para vosotros, así que permaneceremos atentos a todo lo que Dead Sea nos pueda mostrar.
Slowdive anunciaba su regreso en 2014 cuando su nombre se incluía dentro del cartel de Primavera Sound, en ese momento, tras 19 años separados Nick Chaplin y Christian Savill se unía de nuevo a Neil Halstead, Rachel Goswell e Ian McCutcheon para resucitar a Slowdive. Una oportunidad única de disfrutar así de eses sonidos tan peculiares que acompañaron a una generación durante su desarrollo personal y emocional. Pero algo ocurrió en esa gira y la banda comunicó a sus seguidores la intención de grabar nuevo material. Ha sido el pasado año cuando regresaban de manera definitiva editando un nuevo y homónimo álbum 22 años más tarde de aquel «Pygmalion» que ponía lo que parecía un punto y final.
Slowdive sigue fiel a esas guitarras capaces de generar atmósferas inquietantes o momentos oníricos, guitarras que se retroalimentan y crecen hasta llegar a introducirse en quien ante ellos se coloca. Y lo hacen desde el primer tema. ‘Slomo‘ sonaba y comenzaba más de hora y media de evasión porque sí, gracias a Slowdive durante más de hora y media flotamos.
Flotamos entre temas nuevos que se unen a los antiguos creando un todo. Está claro que Slowdive se encuentran en su mejor momento como grupo y que estos años en barbecho han traído consigo el que posiblemente haya sido su mejor trabajo hasta el momento. Un trabajo con el que los británicos han conseguido resucitar un estilo que pensábamos ya extinto.
Pero no Slowdive no se limitaron solo a tocar. Durante todo el concierto sus temas eran acompañados por proyecciones, desde la clásica píldora que giratoria que les acompaña desde su regreso a mapeados en los que las imágenes del propio concierto se mezclaban con otras pregrabadas.
Dos momentos sobresalieron en el tramo final. Primero la llegada de ‘Sugar for the Pill‘ porque ¿qué tendrá este tema que es capaz de cambiar el ambiente desde el primer momento? Y posteriormente, para cerrar el concierto el homenaje que la banda rendía a Syd Barrett proyectando su retrato sobre el fondo del escenario mientras tocaban ‘Golden Hair‘. Pero este no sería el adiós definitivo de los británicos, minutos después regresarían al escenario para interpretar una nueva terna de canciones que encabezaría ‘Don’t Know Why‘ y cerraría ‘40 Days‘, llegando ahora sí el final del concierto.
Soy de aquellos que siempre se queja por el comportamiento de los que asistimos a los conciertos, por las voces, por las charlas entre amigos… por eso es justo reconocer el respeto que el público guardo a la bandas, y a quienes querían disfrutar del espectáculo, el pasado sábado. Una lección de respeto y civismo que nos hace seguir creyendo un poquito en la humanidad.