diciembre 12, 2024

Las «Historias de Caza» de Eladio [Entrevista Hipstérica]

El pasado 1 de noviembre Eladio y los Seres Queridos lanzaban al mercado su nuevo trabajo: «Historias de Caza«, un álbum del que ya conocíamos «Algún Iluminado» tema que sirvió como adelanto de este nuevo disco. La semana pasada fuimos invitados al estudio que vio como nacía y se desarrollaba este nuevo trabajo de la banda olívica. En él nos recibió Eladio con el que hablamos de los porqués de este nuevo trabajo.

(P.) – Desde la primera escucha «Historias de Caza» resulta un disco luminoso y optimista ¿cómo han nacido las canciones que dan forma a este trabajo?

(R.) – Sí. Teníamos una consigna clara: el disco debe ser tranquilo pero rítmico. Si te fijas aunque no te pongas a bailar mueves el pie en cada tema. Parece sorprendente pero tiene más ritmo que «Orden Invisible» y este aunque lento es rítmico.

Lo de luminoso se debe a la cantidad de arreglos que tiene.

(P.) – Incluso os habéis atrevido a hacer una instrumental.

(R.) – Sí. En «Cantares» ya metimos una, ‘A Bruxa‘ de Milladoiro. Es una cosa que nos gusta, si te fijas en todos los discos hay una canción a cappella o muy bajita: en el primero ‘Desnuda la Verdad‘, en el segundo ‘Las Madres Están Cansadas‘, en «Orden Invisible» era ‘El Silencio‘. Siempre necesito un parón, supongo que sin ese parón el disco se hace demasiado largo… a mí todo se me hace largo jajaja

Así que ‘Bou Vian‘ no es más que eso: un pequeño descanso.

(P.) – Puede que ‘Tormenta‘ y ‘Tormenta y Tú‘ sean las canciones más arregladas del disco. Son canciones muy arropadas, mucho más de lo que estamos acostumbrados a escuchar en vuestros temas.

(R.) – En realidad las maquetas suelen ser así. Si te pongo maquetas antiguas de ‘El Tiempo Futuro‘ o temas así verás que todas tienen de todo, lo que pasa es que al llegar a los discos, a los bonitos, a los producidos, tiendes a quitar un poco lo superficial.

En «Historias de Caza» hemos hecho mucho muro, mucho muro de sonido. Todo lo que se nos ha ocurrido está ahí: metales de MIDI, la trompeta de David Rial, violines, tubas, metales de muchas clases, piano, piano MIDI, teclado… tiene de todo.

(P.) – Porque «Historias de Caza» lo habéis grabado en casa, con calma y habéis decidido autoeditarlo ¿a qué se debe esa decisión?

(R.) – «Orden Invisible» era el disco que siempre quise hacer, el disco soñado. Canciones que hablaban de mi visión del mundo así que con «Historias de Caza» pensamos que debíamos renacer.

Con «Historias de Caza» me encontré con un «problema», notaba como las canciones ya me las predecían Los Seres Queridos. Me decían «ahora vas a hacer un cambio en La Menor…» conocían ya el método de como se iban a hacer las canciones. Eso, sin duda, me echaba atrás incluso se puede decir que entré en una pequeña crisis.

Yo parto de una idea y le doy muchas vueltas, la vario mucho… y me he dado cuenta que cuanto más vario una canción más típica se vuelve, más lo de siempre. Así que para romper con eso decidí cambiar muchas cosas. Lo primero fue romper con mi forma de frasear, decidí atreverme más: decidí grabar sin tocar. En «Orden Invisible» grababa mientras tocaba el piano y eso te lleva a ser más cuadriculado. Intenté grabar la música, incluso, si la música era de otro mejor porque me obligaba a reinventarme como letrista.

Entonces surgió la idea de: voy a hacer una con este, otra a medias con el otro… y comencé a tirar de canciones que estaban ahí, con gente. Llamarlos y decirles «¿Sabes aquello que teníamos ahí? Aquello que grabamos aquel día pero que no se terminó… ¿Me das permiso para acabarlo?» y a partir de ahí acabarlo. Así nacen las «Historias de Caza«.

(P.) – Si revisamos los créditos podemos ver como tienes una canción a medias con Esther Zecco, una canción de Pablo LeSuit quien os acompaña en otra, algún tema a medias con Jorge Ojea… parece que en «Historias de Caza» los Seres Queridos aumentan

(P.) – Sí, en «Historias…» encontramos ‘Ella‘ un tema de Pablo. La tocamos por primera vez en Madrid, en Fotomatón hace dos años o así. Invitamos a Pablo, la tocamos y se puede decir que ‘Ella‘ nos acompaña desde ese momento. Además tenemos otro tema a medias con él, ‘La Lleva en la Sangre el Amor‘.

Encontramos dos con Jorge Ojea: ‘Algún Iluminado‘, que fue el single presentación, y ‘Camino‘. Jorge y yo siempre estamos en contacto, él me manda cosas sin letra pero cosas muy muy hechas. Es una forma diferente de trabajar. Viene tan hecho que tan solo tengo que añadir, quitar, meter o reestructurar. Son canciones tan bonitas, con tantos giros tan cuidados, que tienes que hacer algo especial para ellas.

Trabajar con Esther es diferente. Me envió una canción solo con guitarra acústica pero que ya contaba con algo de letra. En ese caso el arranque ya está, así que se podría decir que solo es tirar del hilo.

(P.) – Además seguís colaborando con Ari Magritte quien ya aparecía en algún tema de «Cantares»

(R.) – Sí. Comenzamos a colaborar en «Cantares» y ahora, a veces, hago algo y me digo «que bien quedaba la voz de Ari aquí«.

Con lo de las voces femeninas yo tenía un problema. En su momento me compré un pedal que hacía como una vocecita por encima, un recurso que usé por ejemplo en ‘El Tiempo Futuro‘ pero claro, no terminaba de convencerme, sentía que cantaba con un pitufo. En cambio Ari tiene una voz muy llana que encaja muy bien.

Creo que a mediados de los noventa, en España, las voces de mujer comenzaron a ponerse muy de moda pero siempre se buscaban voces blueseras, voces afectadas, muy pentatónicas. Después OT creó la figura de «la gran voz femenina» haciendo malabarismos y a mí eso me mata.

En ocasiones había pensando en acompañarme de una voz femenina pero mi voz es muy plana y muy lisa así que una «gran voz femenina» no encajaría conmigo en absoluto. Pero un día la encontré a ella y dije «es perfecta«. Me recuerda a Jeanette, a Rosa León… a todas esta voces que ahora son casi imposibles de encontrar ¡Ojo! Ahora mismo hay muchas voces femeninas muy buenas pero son demasiado malabaristas para mí. Yo buscaba una corista y ella tiene mucha técnica. Sabe encontrar bien los coros y afina perfecto.

(P.) – Una cosa que me llama la atención es que vosotros habéis hecho el camino inverso al que muchas bandas entienden como natural: habéis formado parte del catálogo de una discográfica para después tomar la decisión de hacerlo en casa por vosotros mismos ¿a qué se debe esta decisión?

(R.) – Creo que es un poco porque hemos aprendido un poco. Cuando empezamos.

Antes de Los Seres Queridos, formaba parte de Medusa. Medusa era un grupo de multinacional con todas las de la ley, con promo en avión y todas esas cosas… pero fue una época horrible. Pasábamos hambre, era horrible y lo peor, la sensación: todo tenía un pinta de la hostia, parecía que los colegas músicos te envidiaban y te decían «lo vas a petar» pero todo era diferente, yo estaba pensando en como seguir viviendo. Todo era muy precario. En ese momento eso de fichar por una multinacional perdió para mí la ilusión. En ese momento decidí que prefería hacerlo por mí mismo, es más recuerdo decirlo a mis amigos y allegados «algún día grabaré yo», recuerdo exactamente el día que se lo decía a Kin de EsmerArte y joder ¡han pasado 10 años!

Sucede que luego encontramos a los productores de «Orden Invisible» y no nos podemos engañar: estuvo guay. Fue una forma de trabajar muy guay, nunca nos pidieron hacer concesiones. Nos dejaban trabajar, disfrutábamos haciéndolo… tenían muchas aportaciones, eran productores, pero nunca nos cortaron ¡todo lo contrario! ¡A veces ellos eran mas heavies que nosotros! Nosotros éramos más pop y ellos más atrevidos. No vivimos el tópico del productor que quiere hacer todo más digerible. Me acuerdo que en los ensayos ellos nos pedían que subiésemos lo amplis, nos pedían que le diésemos caña.

El siguiente paso llegó al terminar «Orden Invisible«. Pensamos que había que dar un giro y el giro pasaba por ahí. Decidimos hacer un disco mágico como «Cantares«, un disco cantado con mucho placer y mucho gusto. No buscábamos la perfección del estudio, el estar allí, el estar solo, bajar y grabar… no. Cuando oigo esos discos grabados en Madrid me escucho a mí mismo con la presión de «estamos aquí, lo vamos a hacer bien». Con «Cantares» es diferente, lo mismo sucede con «Historias de Caza«, me veo a mí mismo aquí, donde estamos tú y yo, pasándolo guay, contento, gozándolo…

(P.) – Claro. Ya sabes que soy de los que opina que quizás no suenan tan cuidados pero en cambio suenan mucho más cercanos. Supongo que estar aquí enriquece el disco de alguna manera que no lo hace el estudio de Madrid.

(R.) – Para comenzar le puedes dedicar mucho más tiempo a la emoción. Tú, cuando grabas escuchas el disco en el coche cuando lo empiezan a mezclar y vas diciendo «a lo mejor esto no sé…«, «quizás me pasé…«, «me escucho afectado«, empiezas a tener demonios internos ¿El peor? «Molaba más la maqueta«. Ahora lo que haces es volver a casa y hacerlo de nuevo y pruebas y pruebas. Una noche llegas y dices «hoy sí» porque estás conectado. Y grabas la canción de un tirón, toda entera y queda perfecta. Ya no la tocas nunca más y quedará así para siempre.

De la otra manera es: «ah, me quedó la toma muy bien, vamos a intentar hacerla igual» pero… nunca te queda igual.

(P.) – Hace un momento aparecía un nombre en la conversación: «Cantares» ¿sois conscientes que ese disco es ya una obra de culto?

(R.)- Bueno…

(P.) – Cuando hablo contigo, con Uka o con Marcos siempre es lo mismo «eran las canciones que escuchábamos en casa» (en la entrevista esta parte se realiza el galego) pero por diferencia generacional a mí, por ejemplo, esas canciones no me tocó escucharlas en casa. Yo creo que, de manera consciente o no, estáis mostrando unas canciones que generaciones menores desconocían.

(R.) – Bueno, en ese aspecto sí. Nosotros hemos presentado «Cantares» en varios coles y sin ir más lejos la pasada semana fuimos a uno cerca de Pontevedra, un colegio donde la mitad de los alumnos o incluso más eran galegofalantes pero no conocían ni una canción.

Preguntamos ¿quién conoce ‘Meu amor é Mariñeiro‘? Y nadie… ¿en serio? Después preguntamos si conocían ‘O Niño Novo do Vento‘ y solo un 20%… y yo dando por hecho que eran superfamosas. Para mí son canciones de toda la vida.

Sí, puede ser, «Cantares» es un disco guay. Tuvimos muchas dudas y miedo, es más ofrecimos a gente el disco antes de hacerlo nosotros. Y aunque yo estaba convencido que iba a funcionar algunos nos miraban reacios. Yo tenía claro que como mínimo a 200 personas iba a gustar, sabia que tenía algo… Eva (mujer de Eladio) me decía que le iba a gustar a todo el mundo y cuando salió y fuimos al Culturgal fue increíble. Llegamos preocupados, pensando en qué le parecería a los autores, que le parecería al público, que le parecería a los folkies, que le parecería a mis padres… Además, es que se lo había pasado a algunos familiares y nadie me decía nada (risas).

Después nos dieron el premio («Cantares» fue premiado como el Mejor Álbum en Gallego en los Premios MIN de la Música Independiente en 2017) fue uno de los mejores momentos de mi vida. Escucharlo, en Madrid, en un teatro grande y maravilloso.

Ahora que nos dijeran «meteros a grabar un disco por el método antiguo» era una cosa que no encaja. Ojo, ahora, para el que venga tras «Historias de Caza» a lo mejor lo grabamos en estudio. Quizás me apetezca grabar en estudio pero grabarlo yo y que quede sin ruidos pero hace un año era inevitable que lo grabásemos nosotros y da igual como salga o quien nos apoye o no. La idea fue conservar el control de principio a fin para que no se estropease. Algunos decían «llévalo a un estudio y que lo limpien un poco» pero no, lo hubiésemos jodido. O el formato….

(P.) – Cuando hablamos en la anterior entrevista de «Cantares» te decía que era un acto de valentía y un riesgo tal y como estaba el mercado musical nacional.

(R.) – Pues aunque no lo creas el riesgo era mínimo. Podíamos haber vendido 200 copias en Navidad, que la gente dijese «uff»… y no hubiese pasado nada. No nos hubiese afectado y no hubiese pasado nada. Se hubiese convertido en una rareza.

El riesgo era mucho mayor en los anteriores discos donde la inversión de dinero es realmente importante. Grabados en estudio… por cierto, siempre recordaré la sensación de encontrarme con críticas chungas de «Están Ustedes Unidos» y pensar: me estás destrozando la vida (risas) ¡Ahí sí que había riesgo! La ruina y destrozar económicamente al grupo. Y sin embargo en «Cantares» no había riesgo.

(P.) – Pero ahora encontramos una edición de «Cantares» en vinilo.

(R.) – Sí, las peticiones de la gente nos ha llevado a editar en ese formato «Cantares«. Nos lo pedían y al final hemos dicho porqué no.

(P.) – E «Historias de Casa» ¿en qué formatos podremos encontrarlo?

(R.) – «Historias…» solo tendrá formato sobre para su venta en web o en los conciertos. Esto se debe a que no vamos a tener distribuidora y optamos por ser pragmáticos: con este formato podemos reducir el precio del CD y de su envío.

(P.) – Volvamos al riesgo. Como el riesgo en «Historias de Caza» era controlado habéis decidido hacer una versión de Camarón de la Isla… Cuando la escuché en el Noroeste me planteé qué os había sucedido en Sonorama.

(R.) – (Risas) Nos lo dicen muchas veces que es un tema muy arriesgado… pero no sé.

(P.) – Hombre, «arriesgado» no sé pero encontrar se una banda galega haciendo una versión de Camarón… común, lo que se dice común, no es.

(R.) – ¡Es que nosotros escuchamos cosas muy raras! Cosas rarísimas… Yo soy de escuchar cosas raras y le pego cosas raras a los Seres. Sin ir más lejos fíjate la playlist que hicimos para el Noroeste: había fados, paso-dobles… es que a veces vas en la furgoneta y te pones a hablar de paso-dobles y David que tocó en bandas cuando era pequeño te dice «pon el de tal que es la hostia» y con Camarón pasó eso, fue supernatural… es que lo escuchamos mucho.

Además, esa letra es flipante.

(P.) – Para ir terminado que después la entrevista se hace demasiado larga y la gente no se la lee entera: ¿Cuándo podremos disfrutar de «Historias…» en directo?

(R.) – De momento nos quedan un par de conciertos con «Cantares» y ya en diciembre, el día 2 presentamos «Historias de Caza» en Costello Club en Madrid. Después llega navidad y a la vuelta comenzaremos la gira de presentación de este nuevo trabajo.

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