octubre 6, 2024

Videojuegos indie para oídos indie (Vol. I)

La escena indie no es monopolio musical. Como si de Cuarto Milenio se tratara, existe vida más allá de este género protagonizado principalmente por ondas acústicas: es el caso de los videojuegos catalogados como independientes.

Un juego de este género es aquel que se desarrolla sin apoyo económico de grandes empresas y suele estar formado por equipos pequeños o incluso una única persona. Por ello se suele decir que los primeros juegos indie aparecieron de la mano de compañías como Atari, con su famoso PONG allá por el 72 («cuando todo esto era campo» como diría mi abuelo), gestadas bajo el mando de un equipo minúsculo de desarrolladores. Actualmente el desarrollo de este tipo de juegos recauda fondos de compañías de crowdfunding como Kickstarter o Indiegogo. Por ello muchos de los actuales creativos indie se encargan de desarrollar la música de sus propios juegos o se lo encargan a pequeños compositores que saben encajar auténticas obras maestras a esas líneas de código que con tanta devoción han escrito para nuestro deleite.

Así que ¡al lío, amigos indiegamers! A continuación vais a ver algunos de los mejores juegos del género independiente del momento y sus espectaculares bandas sonoras que harán de vuestros tímpanos una explosión de felicidad al son de botones martilleantes.

Hyper Light Drifter

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¿Mezclar Pixel Art futurista con electrónica noventera al más puro estilo Stranger Things? ¡Increíble! Alex Prestor, fundador de Heart Machine, consigue con Hyper Light Drifter unir de manera hipnótica la estética basada en ese estilo gráfico que tanto añoramos los que nacimos en la era Spectrum, el Pixel Art, con una melodía fabricada por un maestro de las bandas sonoras del genero 8-Bit o Chiptune, como le dicen los puristas. Estoy hablando de Disasterpeace, compositor de Nueva York creador también de la música del famoso FEZ.

Vale, genial, tenemos una combinación ganadora pero ¿y qué decimos del juego? Bien, podemos englobarlo dentro del genero Acción RPG, debido a que te mueves por un mundo futurista a base de hostia limpia consiguiendo objetos intercambiables que te ayudan a subir tu potencial. Su jugabilidad es sencilla y recuerda en muchos aspectos a los famosos Zelda pero no por ello lo convierte en un juego fácil, ya que en los primeros diez minutos del mismo es más que posible morir cientos de veces, agotar tu frustración y arrojar tu ordenador por la ventana.

Su guión es famoso en la red: un mundo futurista arrasado, un protagonista que necesita una cura para poder sobrevivir, alimentando una historia contada a base de flashbacks, poca conversación y unos seres malignos que destrozan todo a su paso. ¡EH! Espera un momento, ese guión es un clasicazo ¿que le hace mítico? Pues que está basado en la propia vida de su creador, Alex Prestor. Alex sufre una enfermedad cardíaca que le ha tenido entre hospitales toda su vida y, como buen amante de matar ratos libres se dedicó al mundo de los videojuegos. Finalmente se lanzó a crear su propio contenido y se inspiró en su día a día hasta conseguir transformar su padecimiento en una obra de arte.

This Is The Police

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Política desdibujada, crimen organizado y agentes corruptos. No, tranquilos, no estoy hablando de nuestro país, que podría ser, sino del juego This Is The Police donde encarnamos a Jack Boyle, un jefe de policía encargado de salvar la ciudad.

Al más puro estilo de «Los intocables» de Eliot Ness los chicos de Weappy Studio nos dejan una historia policíaca basada en las decisiones que tomes en 180 días. De tu determinación e instinto depende el futuro de Freeburg, una ciudad dominada por la corrupción y el crimen organizado. El juego no destaca por su acción, prácticamente nula, pero sí cuida los detalles en su sencillo apartado gráfico: estética minimalista 2D flat-style.

Pero estaría incompleto si no se acompaña de un hilo musical propio de la época. Por ello le
encargaron este apartado a Ben Matthews, compositor australiano y amante del Jazz de los años 50 y 60. Ben logra enfrascarnos en un mundo con estética policial a golpe de piano, trompetas y seductoras voces femeninas.

Este juego es una oportunidad de oro para aquellos que no estén sumergidos en el mundo del entretenimiento digital, debido a su simplicidad para interactuar con el propio juego, hace que todo fluya y lo convierte en un pasatiempo que cualquier persona puede disfrutar.

LIMBO

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Vale, lo sé, no es un juego actual y seguro que todos vosotros ya lo conocéis, pero LIMBO se merece una mención especial por haberse hilado con una de las mejores bandas sonoras del mundo indiegamer.

Para los que no conozcáis el mundo de LIMBO, que lo dudo, fue el estreno de una de las compañías actuales de juegos indies más famosas: PLAYDEAD. El juego se basa en plataformas con una jugabilidad muy sencilla (únicamente un botón de saltar y otro de acción) y una estética minimalista muy bien tratada basada principalmente en juegos de sombras. Por ello, el juego está desarrollado íntegramente en 2D y monocolor, para que puedas experimentar junto a la música ambiente un mundo abstracto cuidado al detalle.

Martin Stig Andersen, compositor nacido en Dinamarca y ganador de varios premios, entre ellos un BAFTA a la mejor banda sonora, consigue crear un ambiente totalmente acorde a la estética del juego sin caer en la repetición de estrofas y creando «del tirón» la banda sonora que puedes escuchar en su totalidad en Youtube para deleite de exploradores en busca de rarezas. Una maravilla musical.

Su guión, simplificado a un niño que busca a su hermana, y la estética visual, producto de la elaborada belleza de lo mínimo, lo ha convertido en uno de los mejores juegos indie de la
historia.

Grandes juegos con grandes bandas sonoras que prometen entretenimiento en todas sus esferas. ¿Listo para conectar tu minijack al ordenador y olvidarte del mundo? ¿O prefieres escucharlo a todo volumen en tu maravilloso sistema 5.1? Como prefieras, pero ante todo sube el volumen, tus sentidos te lo agradecerán.

Artículo original de Diego Alonso para Hipsterian Circus.

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