Yo, Estratosférico hacen suyo aquel lema de “trabajar, trabajar y trabajar”. Y es que, este joven grupo de Guadalajara han publicado un EP y dos álbumes en el lapso de tres años. En 2015 publicaron “Japonés Hablado” con el que Manu González a la batería, Óscar Muñoz al bajo, Diego Pérez a la guitarra y José Salcedo a la voz llamaron la atención de la crítica. Ahora publican su nuevo álbum, “Potencialmente Infinitos”, un álbum que da un paso adelante en su sonido con melodías igual de rockeras y directas. Un estreno con el que tenemos la excusa de mantener una charla telefónica muy agradable con José, vocalista del grupo.
(Pregunta) – Esto es algo que me gusta mucho, empezar a diseccionar los álbumes desde fuera, así que, ¿me podrías contar cómo se decidió el arte del disco y cómo os representa?
(Respuesta) – El arte lo he hecho yo (Risas). Por tiempo, por tenerlo claro y porque nos apañamos con lo que sabemos. Al final les gusta al resto de componentes y gente alrededor nuestro. Lo cogimos porque es algo diferente a lo que habíamos hecho antes, por la intensidad de colores…
(P) – ¿Qué tenías en mente mientras lo ibas haciendo?
(R) – Son unas ilustraciones que están relacionadas con Julio Verne, están inspiradas en él, su estilo. Un poco de la temática del mar, la aventura…
(P) – Si seguimos degradando el disco, la primera letra que encontramos es “Somos tontos por propios méritos”. ¿Es una confesión, una referencia a la actualidad?
(R) – (Risas) Era una referencia a mí mismo, al grupo y a todo en general. A veces somos demasiado tontos. Y cuando pensamos el orden de las canciones decidimos que esta, por su estilo y esa frase, debe de ser la primera.
(P) – Con “Japonés Hablado” llamasteis la atención de la crítica. ¿Sentisteis algún tipo de presión con “Potencialmente Infinitos” a la hora de superar unas expectativas, el miedo al segundo disco?
(R) – Yo no, pero el resto del grupo tenía ese miedo, sobre si las canciones son mejores o peores… Yo he ido más inconsciente, pero a la hora de plantearlo fue un reto. Le hemos dado más vueltas a los temas, nos hemos preocupado más por el sonido…
(P) – Eres cantante y letrista del grupo. ¿Qué diferencias has notado en estos ámbitos entre los dos álbumes?
(R) – He mantenido una línea, pero al haber una evolución a nivel de instrumentación y estructuras, me acaba afectando a la voz. Mis puntos son siempre parecidos, pero no soy consciente de los cambios. Sin embargo, puedo asegurar que mi personalidad está ahi.
(P) – Hablando de los puntos de los que cantas, noto algo de amor, rabia… ¿A la hora de componer que es la temática que más prevalece?
(R) – No es una cosa que haga adrede, a veces ese balance puede hacer que pienses algo en un principio y acabe en otra cosa. Pasar de amor a ira por ejemplo. No es un planteamiento en sí, pero luego te ves en el local y te sorprendes por el rumbo que toman las canciones y las letras. En mi cabeza quiero pensar que hay un hilo conductor, pero sé que es muy difícil hacer un álbum conceptual.
(P) – Quería preguntarte por un par de temas del álbum que me han llamado la atención del álbum. El primero es ‘Reikiavik’, ¿cómo surge ese inicio con la toma de un ensayo?
(R) – Ese tema surgió muy rápido en el local, y el hecho de grabarlo para no olvidarlo hizo que lo grabáramos con el móvil, así se quedó y decidimos que debía aparecer. Es un momento entre nosotros cuatro y queríamos compartirlo. Es una anécdota dentro del disco.
(P) – Hablando de anécdotas, ¿pasó alguna otra historia que merezca la pena ser contada?
(R) – La verdad es que hicimos algunos vídeos que no hemos compartido por falta de tiempo; los guardamos para nosotros por ahora. Pero sí que hay anécdotas, tanto buenas como malas. Realmente hay mucho que no hemos compartido para no ser pesados y por habernos centrado más en trabajar a piñón.
(P) – Eso desde luego. El año pasado salió “Japonés Hablado” y esta semana “Potencialmente Infinitos”.
(R) – Y el primer EP salió el año anterior. En tres años ya tenemos tres referencias. Hemos ido con la idea de fija de que teníamos que hacer material para que la gente nos conociera. Hemos preparado estos temas, hemos intentado hacerlo cuanto antes y trabajar duro para que el grupo sea reconocido y la gente conozca variedad, conozca nuestro lado más delicado… Nos hemos esforzado para tener un resultado muy bueno (creo) y rápido para que la gente nos siga descubriendo.
(P) – Quería seguir descubriendo vuestro disco y preguntarte por la canción que cierra el disco, ‘Camino de Hielo’, que me parece un pelotazo. Es un tema que abre acústico, empieza a progresar y rompe. ¿Cómo surge este tema y cómo se fue forjando el estilo del álbum?
(R) – La letra y melodía fue una cosa mía muy antigua. Fue empeño mío en grabarlo (Risas). Había gente que decía que no, pero eso como en todos grupos. Estoy muy contento con el resultado, siempre supe que tenía que ser el último y me alegro que te guste mucho.
(P) – Quería preguntarte sobre el álbum a nivel melódico del álbum, pero imagino que tú como cantante no aportarás tantas ideas como el guitarrista o el batería pero…
Pues fíjate, la melodía de ‘Camino de Hielo’ es mía (Risas). Yo toco la guitarra muy mal y muy básico, pero lo que saco, lo saco bien (Risas).
Pues quitando esta excepción, ¿cómo trabajáis?
(R) – Creo que nos hemos juntado gente muy hiperactiva y artística. Hemos grabado muchas cosas en poco tiempo. ¿Cómo lo hacemos? Tanto Manu, Diego, Oscar o yo vamos trayendo cositas, uno aporta, otro sigue, acompaña… Van surgiendo muchas cosas muy interesantes y la verdad es que desechamos muy poco.
(P) – Vuestro sonido me hace pensar en gente como Full, en ese sonido indie rock que está saliendo. ¿Qué influencias habéis tenido?
(R) – Por ejemplo, con “Japonés Hablado” abusamos un poquito más de sintetizadores, pero aquí queríamos algo más noventero en nuestras posibilidades en 2016. ¿Evolución? Sí. ¿Influencias? Ese sonido de los 90, gente como Lemonheads. No se hace expresamente pero vas siguiendo un camino que es ese sonido y llegas a cosas así. Intentamos huir, aunque a veces no se consigue, de lo que ahora está pegando fuerte en el indie.
(P) – Quería saber un poquito sobre vosotros, empezando por vuestro llamativo párrafo de presentación…
Que escribí yo también (Risas). Antes era más extenso y todo.
Dices que sois “mezcla de la locura con la música, baloncesto, anti-héroes de Larsson”. ¿Cómo casa todo esto en Yo, Estratosférico?
Cuando parábamos de tocar hablábamos de todo. Todas las referencias del párrafo vienen por las charlas que teníamos entre ensayos. Hay algo de añoranza del pasado y ganas de vivir el presente. Ese texto evoca un poco a todo esto. En un origen yo tenía un grupo, y Diego y Manu tenían otro aparte. Ellos hicieron un tercer grupo instrumental y me llamaron. No encajó pero el siguiente querían que fuese con canciones en castellano, ahí encajé mejor. Nos centramos en hacer algo… asequible, en comparación con el estilo anterior que era más enrevesado. El lema era “cuanto más sencillo, mejor”. Hicimos canciones de forma natural, sin importar no ser muy académicos, por decirlo de alguna forma. En cuanto al nombre, manejamos muchos, pero al final el que surgió vino porque estaba viendo una noticia de baloncesto en la que escuché el término “estratosférico”. Dije “joder, es raro y puede sonar de fiesta de pueblo”, pero si lo adornamos con un “yo” delante, queda como el recuerdo de un jugador de baloncesto. Sigue siendo raro pero curioso. También viene por parte de Diego, que jugaba al baloncesto a nivel profesional y nos contaba sus historias.
(P) – Este sábado presentáis en la Sala Contraclub de Madrid vuestro álbum. ¿Cómo tenéis enfocados estos directos? ¿Hay más fechas previstas?
(R) – Estamos en los ensayos y nos estamos quitando alguna capa y descubriéndonos de una forma especial. Estamos asimilando lo nuevo y lo viejo. Nos encontramos en un punto en el que tenemos un repertorio con el que no sabemos qué quitar y qué poner (Risas). Estamos muy orgullosos de lo anterior, aunque nos vamos a centrar en lo nuevo. También vamos a presentar nuestro álbum en Guadalajara y estamos preparando cosas ya para el próximo año.
(P) – Hablemos de Guadalajara, ¿cómo es la escena de por ahí?
(R) – Soy de los que piensa que en todos los lugares de España hay gente currándoselo. Estoy muy orgulloso de que haya gente que toque en Guadalajara, que haya movimiento. Como en Alcalá que pilla aquí cerca. Gente a la que se le conoce y gente menos conocida. Guadalajara no deja de ser una provincia al lado de Madrid y la eclipsa. Como anécdota, decirte que he escuchado a gente de Madrid que dice por ejemplo que no encuentra bajista. ¿Cómo no puedes encontrar a baterías o bajistas en Madrid? Si te quejas tú, imagínate yo (Risas).
(P) – ¿Crees que hay que emigrar para ser músico?
(R) – Entiendo que sí, pero depende de la profesionalidad con la que te lo tomes. Nosotros nos lo tomamos en serio, ya has visto todo el material que hemos publicado en poco tiempo, y nos tenemos que mover para entrevistas y demás. Entiendo que vivimos en Guadalajara y que Madrid esté cerca actúa en su beneficio y en su contra. A veces nos es complicado salir del círculo de aquí, por eso siempre hacemos cosas para intentar romperlo, y en parte lo estamos consiguiendo. Si a nivel profesional te quieres dedicar a ello… bien por el que se marcha y bien por el que se queda.
(P) – Por último, ¿planes de futuro?
(R) – Presentar el disco por ahora. Estamos haciendo vídeos para presentarlo también. Estamos ensayando para hacer mejores directos, habrá alguna sorpresa en los conciertos programados… ¡La actividad no para!
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