por La banda albaceteño-valenciana Tórtel nos presenta su nuevo LP “Transparente”. (I*M Records, 2016) Un disco con gran presencia de melodías psicodélicas que se resaltan con la cálida voz de Jorge.
El álbum comienza con ‘Respira’, un tema con una leve intro arpegiada con un leve vibrato que recuerda a tonos japoneses que va rescatándose en el estribillo, muy sencillo en cuanto a voces, pero más cargado en instrumentación, adornado con una atmósfera envolvente acentuada por los golpes secos de bajo y las guitarras cargadas de efectos modulares.
‘La Casa de Hojas’ se presenta como un tranquilo paseo a través de melodías espaciosas que terminan descansando a mitad de canción, llegando a una habitación instrumental donde podremos disfrutar de un pasaje de chorus reverberante con arreglos minimalistas de guitarra en segundo plano, sostenido por unos robustos cimientos de bajo y batería sin complicaciones que sirven de hilo conductor hacia el final del segundo corte del álbum, dejando espacio para un melódico solo de guitarra.
Llegados a este punto, me viene a la cabeza la banda americana Interpol, con quien Tórtel, a mi parecer, tienen bastante parecido. Los sonidos, a veces de estilo inclasificable, generan una sensación extraña, bizarra: en ocasiones no parece que encaje instrumentación y voz. ‘El Invitado’ y ‘Aquí y Ahora’, aunque muy diferentes, pertenecen, sin duda a ese tipo de canciones que, debido a esa experimentación con los pedales y sintetizadores, se logra crear esa sensación de estar escuchando sonidos extraterrestres.
Con una guitarra acústica se presenta ‘Transparente’, cuya voz cálida y aderezada con una reverb medio-larga son los elementos principales, alrededor de los cuales, se emplea un sintetizador casi inapreciable. El solo de armónica, por su parte, pone la guinda al pastel. Seguimos con ‘La Luz de Siempre’ y ‘Nadie Se Parece a Nosotros’, dos temas tranquilos en los que la voz melódica de pecho de Jorge, que nunca se aleja de la misma, nos envuelve y atrae a una tranquilidad propia de domingo tarde.
‘En Defensa Propia’ se presenta como una de las canciones más movidas, con un comienzo de sinte muy pegadizo y una guitarra acústica que llena de frecuencias todos los planos. Hacia mitad de la canción, un solo con un overdrive notorio, acompañado de un sintetizador de efectos marcianos, hacen de alfombra roja para la finalización del tema con el efecto de sinte del comienzo.
El álbum termina con un tema instrumental, ‘Pedra Cristalina’. Llena de efectos de modulación en guitarras, sintetizadores de sonidos que parecen de otro mundo, bajo juguetón con gran peso en tónicas y batería minimalista, se conforma como un resumen del disco al completo.
