En un paraje inigualable como es la Masia d’en Cabanyes, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), el Vida Festival presentó el pasado sábado la edición de este año. Lo hizo en un formato poco habitual: estamos acostumbrados a mucha rueda de prensa y mucho imaginar cómo será todo según lo que nos cuentan en éstas, mientras que en el Vida fue totalmente lo contrario: organizaron una BBQ en la Masia, que es uno de los espacios donde se llevará a cabo el festival, y montaron un escenario y una barra, tal como estará durante el festival.
La fecha coincidió con el Día Internacional de los Museos, y como la Masia alberga el Centre d’Interpretació del Romanticisme Manuel de Cabanyes, el evento fue gratuito y abierto a todo el público. Hasta 3 días antes se pusieron a la venta 250 tickets a 10€ para disfrutar de una comida en el jardín trasero de la Masia. Como la asistencia estaba prevista que superara ese número, y así realmente fue, la organización trajo una foodtruck para todos aquellos que se quedaron sin ticket o quisieran disfrutar de un café o unas deliciosas crêppes.
Con tal de poderse financiar y darse publicidad, también se pusieron a la venta por 1€ unos vasos reutilizables con la imagen del festival.
El papel de los miembros de la organización fue limitado, ofreciendo una rueda de prensa muy breve encima del escenario. Se presentó cada uno de los miembros, que es responsable de una de las secciones, y anunciaron varias cosas. La primera y más importante: el soldout de abonos. Diez días atrás se anunció en redes sociales que solamente quedaban 300 abonos a la venta, y finalmente el sábado se agotaron. Las entradas de día siguen disponibles. La segunda noticia más importante fue el anuncio de un cambio de espacio: en las ediciones anteriores la fiesta de presentación se había hecho en El Molí de Mar, una casa colonial de inicios del siglo pasado con diversas terrazas con jardines, a pies del Mediterráneo. Por problemas legales, este año la fiesta de presentación se hará en la Masia d’en Cabanyes. Otra novedad en esta edición es el Vida Bikes, una plataforma de alquiler de bicicletas que permitirá el acceso al recinto con este medio de transporte, fomentando así la sostenibilidad. También nos hablaron del Niu, un espacio igualmente situado en la Masia, que estará destinado a los más pequeños, de forma que puedan disfrutar del festival todos los miembros de la familia. En esta edición repiten el concepto decorativo (madera, plantas…) y también repetirá el Vida Market, una serie de stands con productos fabricados de forma artesanal.
El primer artista invitado fue Joan Colomo, quien no actuará en el festival este año. La mayoría de canciones fueron de su último trabajo, «Sistema» (BCore, 2016), pero también arrancó más de un coro con alguna de las antiguas. El segundo artista invitado fue el zaragozano Bigott, quien tampoco estará en el festival, pero no quiso perderse este día. Con su suave pop folk puso el broche final perfecto a una tarde de buena música maridada con cerveza que nos hizo creer por unas horas que el verano y las vacaciones habían llegado. Ambos artistas interaccionaron mucho con el público, y gracias a su peculiar humor la audiencia todavía los disfrutó más.
El photocall en la entrada nos invitaba a take a walk on the wildside, al más puro estilo Lou Reed, con un doble sentido: el Wild Side es como se llama el espacio VIP del festival, que será justamente en la Masia; pero además con esta salvaje invitación nos recuerdan que está enmarcado en su totalidad en la naturaleza. El Vida, un año más, vuelve a mostrarnos su buena organización, su capacidad para conglomerar un buen cartel y esa esencia wild side que lo convierte en todo un festival fuera de serie.