diciembre 2, 2024

¿Por qué nos gusta el Castelo Rock?

Ahora que están tan de moda los viajes en el tiempo, hemos decidido hacer el nuestro:

Los almanaques ahora dicen 2003 y nos encontramos en Muros, una pequeña villa marinera en la que bien se pudo haber rodado Verano Azul, aunque Piraña no hubiese tenido valor para entrar en la «refrescante» agua del Atlántico. La «crisis» no ha llegado a Muros, Goldman Sachs aun no es portada de los diarios mundiales, pero está claro que algo sucede cuando la gente joven decide abandonar su casa para «huir» a las grandes urbes.

castelorock01En este contexto social nace el Castelo Rock, un festival que llega de mano de los hosteleros de la localidad y que trata de dinamizar una villa que se encuentra culturalmente algo estancada y «poblacionalmente» venida a menos (también, para qué negarlo, de captar clientes para sus negocios) y que sube al escenario a grupos como Os Macarróns, Sarabanda, A Media Ghasta, Trapos Sucios, Razzia… grupos que jamás han estado en el FIB, el BBK o mucho menos el Primavera, al contrario, «gente de casa» que derrocha ilusión y sobre todo ganas.

El éxito de esta primera edición se combina con las ganas y con la ilusión de un grupo de chavales que decide apostar por su propia idiosincrasia. Con esto, dan lugar al nacimiento de la Asociación Cultural Recreativa e Deportiva Praia do Castelo que, de manera voluntaria y altruista ha luchado por este Castelo Rock durante 13 años (que se escribe rápido pero ahora pensad: ¿dónde estabais en 2003?). Desde ese 2003 la directiva, voluntarios y socios han ido cambiando de caras, de nombres, de personas, en una constante renovación, que aporta frescura y nuevas ideas a cada edición. Indudablemente, buena parte de la masa de socios se mantiene desde su fundación porque el Castelo Rock (y los demás eventos culturales que la Asociación organiza) vive en gran medida de las aportaciones de estos socios.

Es cierto que desde 2003 las cosas han cambiado. Desde fuera de la organización, el cambio más significativo se percibe cuando el festival, en 2013, se convierte en un evento de pago: ¿es el momento para ganar dinero con la música? Pues no, no lo es y 2016 tampoco lo será. Por eso, los posibles beneficios del Castelo Rock siempre han repercutido en el presupuesto de la siguiente edición del festival, única fórmula que ha permitido que se siga organizando el festival desde una asociación sin ánimo de lucro y es que, aunque hayan pasado los años, el objetivo continúa siendo el mismo: la dinamización y promoción de bandas locales, a las que en los últimos años han acompañado grandes referentes dentro del rock, ska y punk estatal. Además, en esta promoción de la cultura local se genera una consecuencia colateral: el cuidado y la promoción de la música en gallego porque sí, en esta esquina del mundo tenemos la suerte de nacer, comunicarnos, cantar y amar en dos lenguas propias y no excluyentes.

Ángel Nieto decía «12+1». Nosotros, en Hispterian Circus no somos supersticiosos y decimos 13, porque 13 son las ediciones que el Castelo Rock lleva dando visibilidad a este rincón del país. Sin duda en Hipsterian Circus pensamos que proyectos como el Castelo Rock, amparado por la Asociación Cultural Recreativa e Deportiva Praia do Castelo, son necesarios para la riqueza cultural de un país masacrado por impuestos abusivos y limitaciones para todos aquellos que buscan ser felices, y hacer felices al resto, con su arte.

PS: por cierto, ahora que habéis descubierto que os apetece ir a Muros: no busqueis el castillo (‘castelo’ en gallego) ya que hace más de cinco décadas que el mismo se derruyó, ahora ya solo queda una playa en su honor.

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