¿Demasiado casual? Una serie de chicas jóvenes, guapas, con vestido rojo, un día de lluvia, una canción melancólica en la radio… Todo apunta a una serie de hechos perfectamente hilados, piezas de un puzzle maquiavélico, una filigrana sangrienta, la perfecta obra de arte de un genio maníaco.
¿Puede ser de verdad que por casualidad, un pervertido se masturbe en el mismo sitio dónde está enterrado el cadáver de una chica que ha sido asesinada? ¿Puede que todos esos sucesos que encadenan las víctimas sólo hayan sido así por azar? ¿Puede de verdad el destino escoger uno de los infinitos caminos que podría tomar para engañar la frágil mente humana?
‘Crónica de un asesino en serie’ aparentemente podría ser un thriller policíaco, cuyo principal hilo argumental será reconstruir las pistas que irá dejando el asesino en serie en cuestión hasta ser atrapado. Una muestra más de simple ingeniería detectivesca. Bueno, en este caso no será así de sencillo.
Parte del gran atractivo de esta película se encuentra en la atípica relación entre los dos personajes principales, el detective de la policía local, Park Doo-man (interpretado por Kang-ho Song) que representa el vulgarismo, la violencia policial y el miedo, y un detective de la policía de Seúl, Tae-yoon (interpretado por Sang-kyung Kim) que por otro lado representa la inteligencia, la profesionalidad y la perseverancia. Dos caras opuestas de una misma moneda que juntos, tratarán de resolver el caso de una serie de asesinatos ocurridos en un pueblo de Corea del Sur en 1986.
Los acontecimientos que rodean la serie de muertes serán, a medida que avanza la historia, los encargados de hacer circular las emociones de cada uno de los personajes y de hacernos dudar de la eficacia de los métodos que proponen a la vez que la evolución de su perfil psíquico va avanzando. La profesionalidad y metodología de cada uno de estos detectives se irá poniendo en cuestión a medida que sus errores se hacen más latentes y les alejan aun más del camino hacia el verdadero asesino.
Es aquí dónde podemos cuestionar quién es realmente ese malvado genio que, como un marionetista a sus títeres, controla los hilos de los detectives y a todos los personajes influenciados en su entorno. Tal vez lo que hace realmente grande a nuestro misterioso asesino es su completa ignorancia respecto a lo que está pasando y el enorme conflicto que se está creando a su alrededor. Su acto más inteligente y digno ha sido limitarse a asesinar en puro silencio. Por ello, esta película nos plantea que tal vez, el verdadero criminal de esa historia es el propio destino y el azar de la situación, que entremezcla y baraja todas las pruebas frívolamente.
‘Crónica de un asesino en serie’ posee el ingenio retorcido de los thrillers modernos sobre asesinos en serie cómo ‘Seven’ o ‘Zodiac’, de David Fincher, y ‘El silencio de los corderos’ de Jonathan Demme. Pero tiene algo más: gran parte del errático comportamiento de los detectives (que no inútil, ni vano) es el que va causando realmente el conflicto dentro del caso y que las coincidencias que allí van sucediendo son parte del propio misterio. El asesino, desde el principio, parece ser una gran mente retorcida que va dejando pistas a los detectives, demostrando orgulloso lo bien que hace su trabajo, trazando un caminito de migas de pan hasta la conclusión. Todo ello, para terminar dándonos cuenta de que no todos los asesinos en serie tienen que ser esos seres villanos, inteligentes y pintorescos del cine de Hollywood. Aquí, el azar es realmente el gran destructor y creador de confusión, la relación que tienen entre sí muchos aspectos pueden haber sido mera coincidencia.
La prueba definitiva del destino al azar es quizá el momento en que identificamos al asesino en un árbol y se cuestiona una importante decisión: ¿A quien matar, a la mujer de Park Doo-man o la niña con la que Tae Yoon se había encariñado? Este momento será el punto de inflexión determinante para la evolución final de ambos personajes, otra simple cuestión de azar ante probabilidades de 50/50. Por si aún no estaba siendo suficientemente maquiavélica la situación.
Más allá del género y el thriller, más allá de ser una profunda reflexión sobre lo emocionalmente sensibles que somos los seres humanos y de cómo pueden ciertas acciones pueden desencadenar una tormenta de desastres, la película nos habla también de que existe un destino escrito, de que no tiene porqué haber una explicación a cada causa, de que a las buenas e inocentes personas también pueden tocarles terribles infortunios y de que quizás, no todo en este mundo tiene un sentido estricto.
Con un ritmo y estilo impecable y un inolvidable reparto, Bong Joon-Ho disecciona este thriller y lo reconstruye pieza a pieza para crear una compleja locomotora de emociones y acontecimientos sorprendentes que no dejarán al espectador indiferente. En esta película podemos reconocer algunos de los elementos más jugosos del thriller, como la escena de la persecución del hombre con lencería roja, así como algunas torturas de la sala de interrogatorio de la policía que hacen de esta obra una joya de la intriga pero también nos perfila una visión irónica (a ratos paródica) del cine convencional policíaco, de las condiciones sociales a veces típicas de este sector cómo la actuación violenta y brutal, y en general, de la estupidez e incapacidad de algunos integrantes del cuerpo policial a la hora de actuar de forma discreta e inteligente.