Los Sexy Zebras son únicos en su especie. Si hay algo que les caracteriza es que son canallas, sucios y deslenguados, ¿y qué?
Destruyeron su aspecto para el single La máquina de su nuevo disco y con ello, sin lugar a dudas, han marcado un buen territorio con su imagen y su sonido rock garajero.
El pasado jueves en la Joy Eslava, una manada de fans esperaban ávidos una buena ración de música en estado puro. Si el título del disco ya de por sí es un descarado despropósito Hola somos los putos sexy zebras (Vagabundos Records, 2015), lo de salir al escenario semi-desnudos, mucho más.
Así son ellos y como dicen, salen siempre al escenario a matar. La libertad de hacer y tocar lo que quieren, les permite ser transparentes y reflejar con ello esa cualidad en sus directos.
Comenzaron a rugir con ‘Babilonia’ y ‘Salvajes’, después de la intro que también da inicio al disco. ‘Volvimos a la selva’ con ‘Libres’ y ‘Vagabundos’ del anterior disco, en las que nos dieron la bienvenida propia en su estilo «Hola, somos los putos sexy zebras y es un placer estar aquí». El tema Libres tuvo una dedicatoria para toda esa gente «que está muerta por dentro y esto es algo que nos toca la polla».
La explosiva ‘TNT’ nos enloqueció y Gabi hizo alarde de ello: «me lo estoy pasando de puta madre». Introdujo la canción ‘Caníbales’ con una llamada a todos «los hijos de puta que son unos putos caníbales, esta canción es para ellos».
Antes del bis, ultimando con ‘La Máquina’ y ‘Visitantes’, Jose (GoPro en su pecho incluída), tuvo la osadía propia de un bisonte enloquecido, y se tiró al foso donde sus feroces fans le elevaron bien alto.
El punto álgido de la noche lo puso la canción ‘Hijo de puta’ que fué una auténtica revolución de masas. Samu abandonó la batería y se dedicó al tema micro en mano y furia desmedida poniendo todo patas arriba.
La marea de fervientes veinteañeros se empujaban violentos y frenéticos en la pista sacando toda su rabia en las últimas del show: ‘Búfalo blanco’ y ‘El fugitivo’.
Los Sexy Zebras se han reinventado, han marcado un nuevo estilo y quieren dar que hablar. Este grupo tiene poder y garra de sobra para atraer a un público más amplio y enloquecer a multitudes.
Es el tiempo de recibir a los depredadores y desvanecerse en sus garras.