noviembre 16, 2025

Justin Timberlake y la enfermedad de Lyme: El peso invisible en el escenario

El 31 de julio, un día después de cerrar su Forget Tomorrow World Tour en Estambul, Justin Timberlake compartió en Instagram una verdad que había cargado en silencio: padece la enfermedad de Lyme, una afección transmitida por garrapatas que lo sumió en un torbellino de dolor nervioso, fatiga y malestar durante su gira de dos años. “Estaba en el escenario con un dolor inmenso o sintiéndome agotado y enfermo”, escribió, no buscando compasión, sino claridad frente a las críticas por sus actuaciones recientes, la confesión de Timberlake revela una lucha que trasciende el brillo de los focos, conectando su vulnerabilidad con un público que, como él, navega lo invisible.

La enfermedad de Lyme, causada por la bacteria Borrelia burgdorferi y transmitida por garrapatas de patas negras, es un enigma médico que afecta a unas 476.000 personas al año en Estados Unidos. En sus primeras etapas, puede manifestarse con fiebre, escalofríos, fatiga y una erupción en forma de diana. Con antibióticos, la mayoría se recupera en semanas, pero un porcentaje menor desarrolla el síndrome post-tratamiento de Lyme (PTLDS), con síntomas persistentes como dolor articular, fatiga crónica y confusión mental. “Es implacablemente debilitante, mental y físicamente”, admitió Timberlake, cuya diagnosis llegó tras meses de síntomas que lo llevaron a cuestionar si seguir girando. Otros artistas, como Justin Bieber, Avril Lavigne, Shania Twain y Bella Hadid, han compartido experiencias similares, destacando la dificultad de diagnosticar una enfermedad cuyos síntomas se confunden con otras dolencias.

Para Timberlake, de 44 años, la enfermedad de Lyme no solo fue un desafío físico, sino un peso emocional. El Forget Tomorrow World Tour, que recaudó 73,2 millones de dólares en 41 shows hasta mayo de 2025, fue su primera gira desde 2019, promocionando «Everything I Thought It Was«. Pero el tour, que comenzó en abril de 2024, estuvo marcado por contratiempos: cancelaciones por bronquitis, laringitis y una lesión de tobillo, además de una detención por conducir ebrio en Nueva York. En el festival Electric Castle de Rumanía, videos virales mostraron a Timberlake pidiendo al público que cantara mientras él apenas lo hacía, lo que desató críticas en TikTok: “Pagas por un concierto y te dan un cantante mudo”, escribió un usuario. Su revelación sobre Lyme transformó la narrativa. “Quise seguir porque el placer de actuar supera el estrés que sentía mi cuerpo”, explicó, mostrando una tenacidad que resonó con fans. En X (antiguo Twitter), elogió su “resiliencia”, mientras su excompañero de NSYNC, Chris Kirkpatrick, lo llamó “superhéroe” por perseverar.

El impacto de Lyme en Timberlake va más allá del escenario. Con una carrera que abarca desde NSYNC hasta diez Grammys y cuatro Emmys, su identidad como performer (energética, carismática) se vio desafiada por un cuerpo que no respondía. “Estaba en shock con el diagnóstico, pero al menos entendí por qué sentía tanto dolor”, escribió. La enfermedad, que puede causar parálisis facial, palpitaciones y problemas neurológicos si no se trata, lo obligó a replantear su relación con la fama. Su transparencia, apoyada por su esposa Jessica Biel, quien reposteó su mensaje con emojis de corazón, y sus hijos Silas y Phineas, refleja un deseo de conexión humana en un mundo que a menudo mitifica a las estrellas.

Sin embargo, la enfermedad de Lyme plantea dilemas. La falta de consenso médico sobre el Lyme crónico, con algunos expertos cuestionando su existencia y atribuyéndolo a diagnósticos erróneos como fatiga crónica, complica el tratamiento. Timberlake no detalló su etapa de la enfermedad ni su tratamiento, pero su caso subraya la necesidad de visibilizar estas “enfermedades invisibles”.

Timberlake no busca lástima, sino comprensión. Su gira, descrita como “la más divertida, emocional y agotadora” de su carrera, fue un acto de resistencia, no solo contra Lyme, sino contra las expectativas de un público que a veces olvida la humanidad detrás del espectáculo.

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