julio 10, 2025

PortAmérica 2025: un festival atrapado entre el fervor infantil y la redención indie

La segunda noche de PortAmérica 2025 fue un torbellino de contradicciones que expuso las grietas de un festival en busca de una nueva identidad. La inclusión de Emilia marcó un giro narrativo que colapsó el espíritu indie y pop que define al festival, atrapando a los fieles de siempre entre un mar de niñas en pos de autógrafos. Mientras Iván Ferreiro ofreció un set sólido capaz de encender al público y Love of Lesbian mostró signos de redención tras años de titubeos, la velada fue un reflejo del delicado equilibrio entre la autenticidad y la ambición comercial en un 2025 donde la música lucha por definirse. PortAmérica, antaño un refugio para los puristas del indie, se tambaleó bajo el peso de su propia diversidad, dejando un eco de preguntas sobre su futuro.

Iván Ferreiro, figura clave del indie español, subió al escenario con la solvencia de un veterano, pero su actuación fue un eco de las luchas de Mikel Izal la noche anterior. Su repertorio, que alternó clásicos de Los Piratas como ‘Años 80‘ con cortes de su etapa en solitario como ‘El pensamiento circular‘, es un compendio de pop introspectivo que destila la melancolía con un toque ibérico. Sin embargo, sus nuevas canciones de «Trinchera pop«, tras meses de su lanzamiento, no logran arraigar. El público, nostálgico y aferrado a los himnos de antaño, respondió con entusiasmo a los clásicos, pero mostró tibieza ante los temas recientes; su set fue impecable pero carente de chispa, como un lienzo perfectamente dibujado pero sin color. Ferreiro sigue siendo un pilar, pero su incapacidad para conectar con nuevas generaciones plantea preguntas sobre su evolución.

La irrupción de Emilia, la joven estrella argentina conocida por su pop azucarado y su tirón en plataformas como TikTok, fue un misil que desbarató la esencia del festival. Su set, diseñado para un público infantil y adolescente, llenó las primeras filas de gritos agudos y pancartas fluorescentes, pero alienó a los asistentes que acudieron en busca de la introspección del indie o la sofisticación del pop alternativo. Canciones con ritmos electrónicos y letras de autoafirmación, evocan una versión latina de Olivia Rodrigo, pero carecen de la profundidad que PortAmérica suele abrazar. Muchos medios han elogiado su ascenso meteórico, pero en este festival su presencia se sintió como una invasión, un intento de captar a la Generación Alpha que dejó a los puristas desorientados. Las colas para selfies y búsqueda de autógrafos, mientras los altavoces escupían sintetizadores genéricos, convirtieron el escenario en un parque temático pop, alejado del alma que define al festival. Emilia no es el problema; el problema es un cartel que, al abrirse a su fenómeno, sacrificó su coherencia.

Love of Lesbian, por su parte, emergió como la redención de la noche. Tras una década de vaivenes en el indie español, con discos como «V.E.H.N.» que dividieron opiniones por su experimentación, la banda de Santi Balmes mostró un regreso a la forma. Su set, centrado en «1999» y cortes más recientes como ‘La Hermandad’, fue un torbellino de pop emocional que recordó los mejores días de la banda. Las guitarras, brillantes y melódicas, se entrelazaron con la voz de Balmes, que navegó entre la euforia y la vulnerabilidad con una facilidad que desmentía sus años de incertidumbre. El público, desde veinteañeros hasta veteranos, cantó al unísono, demostrando que Love of Lesbian puede recuperar el terreno perdido. Nos hace felices vivir este renacimiento silencioso, su actuación no solo cerró la noche con fuerza, sino que ofreció un antídoto al caos previo.

Molotov, los iconos mexicanos del rock combativo, llegaron como un terremoto para celebrar su 30 aniversario. Su set, cargado de clásicos como ‘Gimme Tha Power‘ y ‘Frijolero‘, fue una explosión de rabia y groove, con riffs pesados y letras mordaces que evocan la irreverencia y la lucha de clases. Molotov, con su fusión de rock, rap y crítica social, sigue siendo una fuerza indomable.

La segunda noche de PortAmérica 2025 fue un ejercicio de contrastes, un festival atrapado entre su legado indie y una ambición por abarcar públicos dispares. Emilia expuso las costuras de un cartel que, en su afán por crecer, arriesga su alma; Love of Lesbian, con su redención, señaló el camino hacia lo que el festival podría ser. En un 2025 donde la música indie lucha por mantener su relevancia frente a fenómenos virales, PortAmérica se encuentra en una encrucijada.

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