Este pasado viernes, 20 de junio, Lorde lanzó ‘Hammer‘, el sencillo final previo a su esperado álbum «Virgin«, que verá la luz este mismo viernes (27 de junio). Este tema, un destello de introspección y furia contenida, ha encendido las redes sociales con fans que especulan sobre el regreso de la reina del pop alternativo. En un 2025 donde el pop busca trascender la nostalgia, Lorde no ofrece respuestas fáciles; en cambio, blande un martillo que resquebraja las expectativas, invitando a la Generación Z a reconstruir su propio relato.
Desde Nueva Zelanda Lorde redefinió el pop con «Pure Heroine«, su propuesta se mueve en una escena donde Charli XCX y Billie Eilish exploran los bordes de la vulnerabilidad digital. ‘Hammer‘, producido por Jack Antonoff, es un paisaje sonoro que fusiona el minimalismo etéreo de ‘Melodrama‘ con una urgencia post-punk que recuerda a Kate Bush en ‘The Dreaming‘. Los sintetizadores reverberan como ecos en una catedral vacía, mientras la batería irrumpe como un pulso ansioso. Las letras, un collage de imágenes fragmentadas (“I swing the hammer, watch it fall / Building ruins of my all”) hablan de destruir para crear, una metáfora que resuena con una generación atrapada entre el colapso y la reinvención. En un comentario en Instagram, Lorde llamó al sencillo “un exorcismo personal”, y su intensidad cruda se siente como un grito liberado tras años de silencio.
El impacto de ‘Hammer‘ es un murmullo que crece. El post de Rolling Stone generó miles de retuits, con fans en X celebrando su “vuelta al trono”. En YouTube, el video, dirigido por Grant Singer, presenta a Lorde en un desierto al atardecer, rompiendo esculturas de vidrio con un martillo, una estética que evoca la fragilidad controlada de Björk en ‘Vespertine‘. Aunque aún no ha debutado en listas, su presencia en Spotify New Music Friday y el aumento de búsquedas en Shazam sugieren un ascenso orgánico. En un 2025 donde la autenticidad es un bien escaso, ‘Hammer‘ refleja una tendencia clara: la Generación Z anhela artistas que no solo canten, sino que desmantelen las fachadas de la fama. Lorde, con su rechazo a las fórmulas pop, se posiciona como una arquitecta de esa demolición.
En un mundo que se tambalea entre pantallas y sueños, ‘Hammer‘ no es solo una canción; es un acto de fe en el poder de romper para sanar. Lorde no promete salvarnos, pero nos entrega un martillo y un lienzo en blanco. Mientras el amanecer de «Virgin» se acerca, su eco nos desafía a construir algo nuevo de las ruinas, a encontrar belleza en el golpe que resuena.