Atlantic Fest 2024 vivió el sábado una mezcla de emociones bajo un cielo cambiante. La mañana comenzó gris y lluviosa, pero la música y el buen ambiente lograron desafiar al clima y convertir el festival en esa reunión de amigos que no terminamos de entender porqué asistimos pero que año tras año repetimos y, para qué negarlo, disfrutamos.
Nuestra tarde comenzó ya iniciado con el concierto de Luis Fercán, un artista que parece rehuir del protagonismo y convierte su puesta en escena en una experiencia grupal, posicionándose en un lateral del escenario. A pesar de las nubes, de no ser cabeza de cartel y los amagos de lluvia, Fercán consiguió que el público se entregase a su propuesta quizás no la más festivalera pero sí cargada de sentimientos y emociones.
El sol, como un profeta entre nubes, apareció justo a tiempo para la actuación de Tropical Jesus, esa disociación con la que tanto le gusta jugar a Carlos Sadness. El público del Atlantic Fest se volcó con Sadness desde el primer minuto. Bailaron, cantaron y disfrutaron al máximo de su propuesta musical y es que es innegable la conexión entre el artista y sus fans, creando un ambiente único y lleno de energía.

Pero el plato fuerte de la noche no era otro sino Los Planetas. Los granadinos ya forman parte del ecosistema de Atlantic Fest como lo hace la Praia da Concha o ¡Incluso más! Ya que sus actuaciones en la Illa de Arousa en las primeras ediciones del festival o las presentaciones de sus proyectos paralelos son ya historia de este festival.
En esta ocasión la cita era diferente ya que la banda (o lo que queda de ella) celebra el 30 aniversario de su icónico disco «Super 8«, un viaje musical a través un disco que cambió los paradigmas del indie patrio. Un concierto lleno de nostalgia, memorable a la par que extraño; tras el aciago último paso de los granadinos hace dos años por Atlantic Fest en esta ocasión se presentaron más en forma que nunca con un sonido claro y limpio, pese a los problemas de acoples iniciales, es justo decir que ha sido su mejor concierto de los últimos años en el festival y por ello puede que el menos Planetas.

Tras ‘Un Buen Día’ arranca Depedro. Ni que decir tiene que en esta web somos seguidores de Jairo pero su concierto estuvo algo descafeinado. Posiblemente se deba a que los temas de su último disco, «Un Lugar Perfecto», no han llegado a calar entre la gente y el concierto no terminó de arrancar a pesar de haber invitado a Iván Ferreiro a colaborar con él en ‘Déjalo Ir‘. A diferencia de Los Planetas, para Depedro no fue un buen día.
Tras Depedro llegó uno de los platos fuertes de la noche: Crystal Fighters. Con Sebastian Pringle recuperado de malaria (contraída en un viaje a Ghana) la banda arrancaba su fiesta étnica aporreando la txalaparta porque sí, un grupo londinense puede usar una txalaparta.

Crystal Fighters sí supieron conquistar al público con su fiesta electrónica. Liderados por un Pringle que llena por si solo el escenario de carisma y energía, la banda hizo vibrar a Vilagarcía con sus éxitos como ‘Follow‘, ‘LA Calling‘, ‘Love Natural‘ o ‘You & I‘. La banda llegaba al festival para presentar su último trabajo «Light+» pero no arrancaron con ‘I love London‘… la sensación fue rara al ver a Tobi Gens gritar eso de «Hola. Me llamo Mimi. I love London» mientras nosotros, sí, añorabamos a Mimi Borelli.
Los británicos cerraron el sábado siendo una explosión de energía y ritmo, dejando al público con ganas de más y siendo despidos entre aplausos, consolidando su posición como uno de los grupos más festivos y enérgicos del panorama alternativo internacional.