La verdad es que he escrito, borrado y reescrito hasta el propio aburrimiento esta crónica; y es que los que leéis habitualmente esta web sabéis de mi particular admiración por Quique González. Un músico que decidió cambiar las calles de Madrid por los valles Pasiegos, donde sus discos se han convertido en pequeñas tablas de salvación para aquellos que aún creemos en los viajes por carretera, los bares que cierran de mañana o en las vías que se cruzan dando lugar a instantes únicos.
Con “Sur en el Valle” ha vuelto, no solo a la carretera, sino a ser ese llanero errante que cada noche nos envuelve en un viaje de emociones. Recuerdo, en la primera escucha de este último disco, pensar aquello de Quique vuelve a sonar a Quique; lejos de artificios y engaños, Quique González suena de nuevo honesto y crudo, capaz de disparar las balas más certeras a través de temas que acarician a quien los escucha. Marca de la casa difícil de replicar para quienes pretenden montarse en su caballo pero que el madrileño, con sus altibajos, lleva defendiendo desde hace más de dos décadas.

El concierto del pasado sábado, era como ‘La Ciudad del Viento’ se convertía en un fin de temporada; la gira presentación de “Sur en el Valle”, tras kilómetros y conciertos a su espalda, llegaba a su fin en un Auditorio de Galicia que presentaba un sorprendente lleno y es que la noche compostelana estaba cargada de música, no solo la del Quique González sino la de Los Chikos del Maíz o Rafael Lechowski entre otros.
A la hora señalada la banda tomaba posiciones y el duelo comenzaba como comienza este último disco, con ‘Sur en el Valle’. Pero el revólver, contra todo pronóstico, se encasquilló, no una vez sino dos hasta abandonar la canción herida de muerte a un lado del escenario. Entre sonrisas y aplausos seguimos descubriendo temas de este disco como ‘Te Tiras a Matar’ o ‘Amor en Ruta’, olvidándonos de los nervios iniciales.

Arropado, como viene siendo habitual en esta gira, por Toni Brunet, Edu Olmedo, Raúl Bernal y, por supuesto, su hermano de armas Jacob Reguilón el concierto transcurrió entre temas clásicos y maniqueísmos de humilde estrella del rock que cuida su sonido pero sobre todo sus silencios, para que una vez más, el viento, el de la ciudad, el del valle, esté muy presente. El viento del sur levanta tejados y fantasmas, es menos denso y alimenta a los demonios; “Sur en el Valle” es un disco que clama a la derrota pero que a su vez marca muchos finales y, por lo tanto, principios. Un disco que puede doler pero aunque no lo sepamos, cura.
Siempre es un placer encontrarse con ese ‘Pequeño Rock & Roll’, ‘Kamikazes Enamorados’, ‘Y Los Conserjes de Noche’ que hicieron las delicias de un público entregado que brindó al cantante y su banda casi un cuarto de hora de aplausos que desembocaron en un segundo bis que ponía una guinda no solo al concierto de Santiago sino a un fin de gira que dejó muy buen sabor de boca y promesas de prontos regresos. Siempre es un placer disfrutar de la propuesta de Quique González, incluso cuando te encuentras lejos de ella, y es que pocas trayectorias son más honestas y oportunas.